CAPÍTULO I

Me encontraba corriendo en la estación de Seatle antes de que el tren partiera rumbo sin mí

"Corre Audrey, Corre"- decía mi mente

Y finalmente llegué justo a tiempo y entré directamente en el tren. Había mucha gente así que no encontré un asiento disponible para mí así que tuve que aguantarme estando de pie. De repente siento la rara sensación de que me están observando, entonces empiezo a buscar con la mirada a esa persona.

Y sí, me estaban observando, era un chico alto y rubio, de ojos marrones. Al mirarle solo me sonrió, no pude evitar girar mi rostro ruborizado. ¿Por qué me ruboricé?¿Solo por qué ese chico me estaba mirando y sonriendo?.

"Menuda tontería"- pensé

En ese momento el tren paró en mi destino y salí del tren. Me sentía cansada y quería llegar a casa cuanto antes para darme un baño relajante.

-¡Señorita!¡Espere!- gritó alguien-.

Me giré a ver quien era. Era el chico del tren

-Se te cayó en el tren esto- me dijo-.

Me entregó mi cartera, con los ojos abiertos por el asombre cogí mi cartera.

-Mu-muchas gracias, de verdad. No sé que hubiera hecho si se me hubiera perdido y...¿Como has sabido que era mío?- le pregunté-.

Este comenzó a reír

-Por la foto de identidad- me contestó aún riéndose-.

Madre mía, me sentía como una tonta.

-Esto...me tengo que ir, espero que tenga buena noche- le dije y salí corriendo por la vergüenza-.

Corrí hasta llegar a casa, al entrar en ella, suspiré intentando olvidar lo ocurrido con un baño caliente y relajante.