No fue otra noche loca

Capítulo Nueve

Laín tenía una sonrisa realmente hermosa, su forma de sonreírme, de mirarme me daba ese confort de alguna manera, sabía que él no podría lastimarme. Me era un poco difícil ser expresiva en cuanto a mis sentimientos, pero en ese momento estaba más que segura, deseaba una relación con Laín, quería intentarlo, el me gustaba y algo me decía que si no lo hacia me iba arrepentir. Era momento de soltarme y expresar lo que quería sin miedo alguno, sin miedo a lastimarme.

— Acepto —dije simplemente.

— ¿Qué aceptas, pequeña? —preguntó Laín cruzándose de brazos.

— El ser tu novia.

Su sonrisa se hizo más grande.

— Siempre lo deseaste, yo lo sabía...quizá muy en el fondo de tu corazón, pero lo querías.

— Siempre arruinando el momento—dije en forma de broma.

— Recuerdas cuando te lo dije, nadie se resiste a mis encantos—dijo guiñándome el ojo.

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando escuchamos gritos afuera, miré a Laín e inmediatamente empecé a buscar donde esconderlo, las voces eran de Eros y Carolina. No nos dio tiempo de buscar una alternativa pues la puerta se abrió.

La sonrisa que Eros tenía era tan macabra.

— Te encanta estar rompiendo las reglas, Sofía. Y luego todo por un chico ¿Tan urgida estas?

Como se atrevía a decirme eso.

— Hijo de...

— Cierra la boca, Laín—dijo Eros mirándolo ahora completamente serio—. Y lárgate de aquí.

Laín ni se inmuto.

— ¿Cuál es tu problema, tienes envidia que a él si lo quiera y a ti no? —habló Carolina — ¿Es eso, estas necesitado de amor?

Eros volteó a verla realmente molesto.

— Las reglas deben de seguirse al pie de la letra, por eso se hacen.

— Tú crees que Sofía no sigue las reglas y por lo tal te da derecho a ponerle la mano encima—dijo Caro.

— No hables de reglas Eros, tu eres la persona menos indicada para decir eso—intervino Laín—. O es que nunca le contaste a Laura que te metiste con una interna.

Carolina estaba sorprendida.

— Mientras Laura no este yo tengo la autoridad.

Ignorándolo por completo Laín se dirigió de nuevo con mi amiga.

— Retrocedamos un poco, repíteme eso Caro ¿Cómo es que este le puso una mano encima a mi pequeña?

Carolina no tardo en contarle rápidamente lo que sucedió la noche anterior.

Laín empezó a caminar hacia Eros.

— ¿Molestar mujeres crees que te hará más hombre? ¿Por qué mejor no te metes con alguien de tu tamaño?

Eros comenzó a reír.

— Hablas de molestar a las mujeres como si no hicieras eso, mira ella, la acosabas como un enfermo. Tú eres igual o peor a mí.

Fue un gran error haberlo comparado, Laín se le lanzó dándole un puñetazo en la mandíbula, Eros devolvió el golpe, pero Laín logró esquivarlo, así la pelea empezó.

No quería meterme, la ultima vez que me interpuse en una pelea de Laín el asunto no había terminado nada bien, para mi sorpresa la que se involucró fue Caro, antes de que Laín pudiera lanzar otro golpe el que se lo dio fue ella. No se metió a detenerla...si no a golpear a Eros.

La pelea no cesaba y llegaron hasta el pasillo, el ruido que hacían provocó que las demás chicas empezaran a salir de sus dormitorios. Los murmullos comenzaron.

Observaban la pelea sin entrometerse, nadie se metía pues se trataba de Eros y para ellas era satisfactorio ver aquello, algunas le habían intentado dar cosas a Laín para que lo golpeara con ellas...Por ejemplo, Carolina le dio nuestro despertador.

No deseaba seguir viendo eso, pese a que Laín era bueno con los puños Eros de igual forma lo era, en este paso ya Laín tenia un corte en la ceja y Eros el labio roto.

Otro consejo: Nunca se metan en una pelea.

Me dirigí hacia ellos cuando las chicas empezaron abuchearme.

— Quítate de en medio, deja que le dé una paliza—dijo una de ellas.

Antes de lanzar otro golpe Laín me vio y se detuvo, pero Eros no, no tenia esa intención, a el no le importaba en lo más mínimo golpearme y así lo hizo, su puño se posó en mi mejilla.

— ¡Sofía! —gritaron al unísono Carolina y Laín.

Sentí una fuerte punzada, el pedazo inmediatamente lo sentí caliente y después vino un profundo dolor. M regañé a mi misma, realmente no aprendía la lección, no debía meterme en peleas de Laín pues siempre iba a terminar lastimada.

— ¿Qué esta sucediendo aquí?

Todos volteamos a la par al escuchar esa voz.

— Yo...—Eros ni siquiera pudo terminar.

— ¿Quién te crees para golpear a mi sobrina?

Laura había llegado con dos policías a sus espaldas. 

 



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En el texto hay: romance, romance drama humor

Editado: 28.01.2022

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