No Me Comprarás

I. La Mujer De Las Noticias.

 Morell era la cazadora más fuerte en el mundo de los negocios en toda Inglaterra; tenía una vida realmente próspera, un buen novio; no le faltaba nada ni a ella ni a su familia, tenía un buen auto y buenos empleados que hacían todo lo que ella decía y confiaban en su CEO. Era bien conocida por su carácter fuerte y su independencia, era el tipo de mujer empoderada que todo podía conseguirlo a base de palabras, se sentía orgullosa de que su imperio se expandiera a pasos agigantados, tenía una buena cartera de socios que invertían en todo lo que ella deseaba, a tal punto de que era conocida como "la mujer con manos de oro" ya que era capaz de hacer prosperar cualquier cosa, incluyendo empresas al borde de la quiebra ¿qué podría salir mal en su vida?.......

 

 Chad por otro lado no había tenido tanta suerte en la vida, su padre era un alcohólico que golpeaba a su madre, sus primero pasos en el mundo del crimen comenzaron tan pronto como cumplió su mayoría de edad, su primer objetivo fue su padre, pero todo quedó disfrazado como un accidente de tráfico muy desafortunado, el resto fue como jugar un videojuego, junto a su "padrino" reunió a la mayor pandilla de matones y los tomó bajo su mando para luego dar inicio a sus actividades de narcotráfico, fraudes y otra gran lista de "tareas" que sus socios se encargaban de manejar. A la edad de treinta y dos años era el hombre más temido de todo el Reino Unido e Irlanda; estaba bajo la mira de la policía, pero como cosa extraña todos los casos en su contra fracasaban uno detrás de otro sin parar, lo cual favorecía su fachada de empresario respetable. Se codeaba con los grandes capos del narcotráfico de otros países que garantizaban que sus influencias estuviesen bien respaldadas, la mujeres iban y venían como si fuese cosa de todos los días, las que no venían por su cuenta eran atraídas por sus grandes regalos y su dinero, podía comprar a la mujer que quisiera o eso pensaba.......

 

—Secuestraste a la persona equivocada —dijo Morell con la boca chorreando sangre después de recibir varios golpes— imbécil.

 

—¿Por qué crees que nos equivocamos? —preguntó uno de los encapuchados que estaban parados frente a ella— Llevas una semana diciendo lo mismo.

 

—Secuestraste a la chica que trabaja, es decir, a la que provee el dinero, si hubieras secuestrado a alguien más de mi familia ya tendrías el dinero que pides y que no te han dado —lanzó una risilla que luego se convirtió en una serie de carcajadas— llevas una semana torturándome y no has logrado ni siquiera que te contesten el teléfono mis asistentes —Morell se burlaba de ellos sin parar y parecía no tener ningún remordimiento aunque sabía que después de eso sería torturada— basuras ignorantes.

 

—¿Por qué no la matamos de una vez? Ya estoy harto de ella —sugirió uno de los seis hombres.

 

—Si me matan, dejé órdenes estrictas de no mover ni un centavo de mis cuentas bancarias —respondió con una sonrisa socarrona cargada de mucha malicia.

 

—¿Y cómo sabrán que estás muerta? —preguntó el líder de los enmascarados mientras blandía su cuchillo— Explícalo, niña genio.

 

—¿Acaso hicieron su tarea antes de secuestrarme, idiotas? —entornó los ojos con fastidio, los secuestradores estaban sorprendidos por su actitud de desprecio hacia ellos— Hace tres años me operé los pechos, sin embargo, también usé esa operación para que mi doctor pusiera un pequeño aparato en el implante izquierdo que fuese capaz de monitorear los latidos de mi corazón; si mi corazón deja de latir se emitirá una señal de alarma que le anunciará mi muerte a mi doctor —obviamente aquello era una mentira que acababa de inventar, pero lo había dicho con tanta seguridad que ellos parecieron creerse todo aquello— entonces querido inútil, no te conviene matarme.

 

—Es una perra muy lista —pensó el hombre antes de retirarse de entre la multitud.

 

—Pero ¿cómo es posible que alguien pueda pagar un aparato así?........

 

—Mírame atentamente animal despreciable con capucha —interrumpió de la manera más exasperante que se le ocurrió— ¿acaso me veo como alguien pobre y por eso crees que existe algo que mis tarjetas no pueden pagar?. Si ese es el caso, ¿para qué demonios me secuestraste entonces? Detesto que me hagan perder el tiempo de esa manera —resopló mientras que por dentro cruzaba los dedos para que se lo creyeran por completo.

 

—Bien, eso será lo de menos —dijo un hombre que estaba junto al jefe— es hora de que duerma.

 

 Morell sintió que le dieron un fuerte golpe en la cabeza que no la dejó desmayada, pero si la dejó muy desorientada, siguió la inyección que si la puso a dormir, despertó en una habitación que apenas tenía una cama, no habían ventanas por lo que no sabía qué hora era o cuánto tiempo había pasado, las torturas empeoraban, aunque le daba gracias al cielo de que ninguno de ellos se atrevía a abusar de ella, pero el tiempo parecía pasar demasiado lento, se estaba volviendo loca, ellos no le permitían tomar baños sino una pocas veces por lo que ella asumío era una semana, apenas le daban de comer por lo que bajó de peso, su piel comenzó a llenarse de manchas y comenzaba a picar, sólo uno de ellos quien nunca había revelado su rostro (parecía ser nuevo ya que no reconocía sus ojos ó facciones) entraba cada noche a la habitación y le daba algo de comer aunque no fuese mucho, también le llevaba agua tibia y pañuelos para que se aseara aunque fuese un poco, no hablaba demasiado por lo que parecía como si hiciera todo a escondidas, aparentemente era el único que seguía consciente de la presencia de ella en aquel lugar. Su estado mental decaía a medida que su físico se deterioraba y el tiempo pasaba sin un cambio, entró en una depresión tan severa que junto con las torturas por parte de los secuestradores la llevaron a su punto de quiebre. Uno de los encapuchados le había arrancado dos de sus uñas y el dolor era insoportable, estaba por arrancarle una tercera uña, pero de la nada se desplomó, luego de levantar la mirada entendió que estaba muerto debido a una herida de bala, los ojos del hombre que la visitaba cada noche parecían estar a punto de salirse de sus órbitas mientras maldecía a su compañero por haberle hecho daño a Morell.



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En el texto hay: peligro, independencia, mafia atraccion

Editado: 18.07.2021

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