Viernes 7 de septiembre
El peor de todos los días fue el domingo. ¿El peor día de su corta vida? Sin dudarlo. Lloró como nunca. Luego ha llorado en algunas ocasiones más, pero nada comparado con los mares que derramó la noche del domingo sobre su almohada. La colgó de un gancho en la regadera para que filtrara las lágrimas. Bueno, exageraba. Ayer jueves ya no lloró, bueno, quizá una lagrimilla que se había separado de la manada, sólo eso.
«¿Día que más ha llorado Carmen Montiel? El primer premio es ―en su mente lo dice con voz de anunciador de boxeo (no sabe si así se les dice), ese deporte salvaje que tanto le gustaba ver a Matías― para el sá-ba-do 1 de se-ptiem-bre. ―Luego, con la voz del presentador de Miss Universo Steve Harvey―. Esperen, parece que ha habido un error, me equivoqué, les pido disculpas, el verdadero ganador es el domingo 2 de septiembre».
Esa línea de pensamiento le arranca una sonrisilla genuina. Es de las pocas veces que ha sonreído en la semana. En parte también es porque piensa en Matías, su ex (le cuesta pensar en él como ex) la contagió con un poco de su original sentido del humor. Cuando conoció al chico era un joven muy tímido, aunque lo seguía siendo, pero cuando cogía confianza solía ser muy divertido y original.
La sonrisilla se borra pronto. Inevitablemente es lo que ocurre cuando piensa en Mati, aun cuando lo hace en términos jocosos. Busca en el reproductor de su celular y le da play a una canción, una de las que han sonado sin parar en su habitación durante la semana, se trata del tema Sign of the Times de Harry Styles.
Just stop your crying
It´s a sign of the times
Welcome to the final show
Hope you´rew wearing your best clothes
Solo deja de llorar
Es una señal de los tiempos
Bienvenida al final del show
Espero que lleves tu mejor ropa
No entiende bien de qué va la letra, la ha leído en internet pero no logra captar sobre qué canta realmente Harry Styles. Simplemente le gusta, especialmente la primera parte y de ésta la frase “welcome to the final show”. «Bienvenida al final del show. Bienvenida al final del show». “Just stop your crying”. Hace justo lo contrario. Es imposible reprimir las lágrimas. ¿No son avecillas que buscan libertad?
Y es que también recuerda que fue Matías quien la contagió con ese gusto por la música en inglés. Antes no entendía cómo el chico podía poner música en inglés para hacer sus tareas, para limpiar el cuarto, mientras se duchaba y hasta para dormir. A veces le explicaba de qué iba la letra (Matías tampoco sabía inglés pero buscaba las traducciones en la web). Fue cuando empezó a darse cuenta que las letras de esas canciones eran mejores o contagiaban sentimientos más puros que la mayoría de las que ella escuchaba. No todas, pero sí muchas.
Como suele suceder con la mayoría de cosas en la vida, no se dio cuenta cuándo se volvió fan de la música extranjera por sobre la de su propio idioma.
Durante la semana comprende que le será muy difícil sacarse a Mati de la cabeza. El chico influyó demasiado en su adolescencia. No es únicamente que fueran novios diez meses, la influencia del joven viene desde mucho antes, desde que llegara a San Benito para cursar Administración, cuando ella empezaba el básico. ¡Si hasta estudia la misma carrera que él!
También entiende que el joven no tiene la culpa. Ella fue muy maleable. En parte porque eran amigos y nunca pensó en él de manera diferente hasta algunos meses antes de hacerse novios. Y se supone que los amigos comparten gustos y se enseñan cosas si estas no son malas. Y ella ¿qué le había enseñado a Matías?, ¿A soltarse un poco más, quizá, a tener más confianza en sí mismo? ¿Qué era eso comparado a lo que el joven le había contagiado?
Entiende que fuera Matías quien terminara la relación. Carmen no habría podido hacerlo. Dependía mucho más ella de él que él de ella. Matías era un ser libre, en cambio, ella parecía una extensión de él.