No me digas así

Capítulo 4 – Espuma, jabón y muchas burbujas.

 

 

Katherine Brown:

Todos esperan los viernes, el día que por fin descansaran al menos por unos días. Por mi parte no, solo ahora solo quisiera tener una máquina del tiempo, o algo parecido para pasar rápido este viernes y llegar de una vez al sábado. Pero como no es tan fácil tengo que pasar el viernes normal cosa que no quiero por obvias razones. Pero aquí estamos, y aquí nos arreglamos.

– Estas algo callada Kath, ¿sucede algo?–  Pregunto Isabela y si sucede algo, tengo que quedarme todo la tarde limpiado de nuevo la cafetería junto a míster arrogancia.

–  Tengo que quedarme a limpiar de nuevo la cafetería –  Me queje –  Espero terminar temprano, quiero dormir.

Estábamos en los pasillos. Acabamos de salir de la primera clase, aún queda mucho día. Pero creo que la parte más lenta de este día será la tarde.

–  Ambos se miraron y se echaron a reír– Enana solo piensas en eso–  Bufo –  Ve el lado positivo vas a estar con tu persona favorita en el mundo–  Hablo sarcástico Matthew para cerrar su casillero

–  Reí sarcástica–  No es gracioso.

–  Si los es –  Hablaron al unísono para luego reír. Estos niños...

Después de terminar las clases, pensé en si ir o no, pero como seguro tendría más problemas mejor saco  esas ideas de esta cabecita quisquillosa. Tampoco debería dejar limpiando solo a Hill, que se lo merece por entrometido. Pero igual tampoco voy a ser así.

–  Brown –  Hablo dejándome pasar primero, se nota que tampoco está muy feliz con la situación. Apuesto que acaba de llegar de sus prácticas esta sudado y aun trae su camiseta del equipo. Debo aceptar que el tipo está bien entrenado.

–  Hill –  Conteste y me adentre en la cafetería. Pobre se ve que está cansado por las prácticas. Espera ¿yo pensé eso?

Empecé a limpiar los mesones de la cocina. El por su parte tomo la escoba y empezó a barrer. Se nota cuan exhausto esta por los entrenamientos. Seguí con lo mío mientras lo miraba pensativa, él se dio cuenta y me miro extrañado.

– ¿Que tanto me miras?– Me miro para luego sonriendo burlón – Acaso ya te diste cuenta de lo hermoso que soy– Hablo arrogante.

– Bufo – Puedes ser modelo o un chico Tumblr si quieres, pero tú jodida actitud hace que solo seas un idiota más.

– Solo lo dices para disimular que te gusto – Comento acercándose hacia donde estaba. Por mi parte termine de limpiar el mesón y empecé a limpiar los miles de platos sucios. Si claro respondí sarcástica–Sabes que tengo razón.

– Piensa lo que quieras Hill –  Me voltee para no mirarlo más y seguí lavando los platos – Ya me estas cansando con tus tonterías.

–  Y por eso eres una koala te cansas de la nada koalita –  Se puso frente a mí –  Eres irritante –  Aseguro entrecerrando los ojos. Admito que si lo soy y mucho en ocasiones.

– Y muy perezosa –  Asegure levantando mi cabeza para mirarlo a los ojos. El tipo es mucho más alto que yo – Seguimos diciendo todos mis defectos o ¿quieres continuar limpiando? –  Pregunte sin mucha emoción. El me miro pensativo para luego sonreír de medio lado. Típico de Hill.

–  ¿Eres así de amable todos los días? – Se puso a mi lado a secar los platos ya limpios.

–  Si ¿sabes?, soy un sol de persona ¿no lo crees?–  Hable poniendo mi voz más chillona de lo que ya es.

– Rodeo los ojos– Claro que si –  Puso al igual que yo su voz chillona–  De todo el instituto eres la más...irritante –  Hablo con su voz gruesa de nuevo.

–  Al menos no me la paso con puros engreídos – Puse mis ojos en blancos. El me miro para luego sonreír.

–  El koalita se puso a la defensiva – Sonrió divertido –  ¿Vas a golpearme?– Pregunto burlón poniendo su mano en mi cabeza. Cosa que me molesto – ¿Me golpearas pequeño koalita?–  Despeino mi cabello mientras me molestaba por mi altura.

–  ¿En serio lo dudas? – Lo mire retándolo – ¿Crees que no lo haré?– Hable mientras entrecerraba los ojos.

– Puedes intentarlo – Se encogió de hombros–  Te recuerdo que te gano en altu...– No lo deje terminar y lo golpee en el abdomen.

– Y yo te gano en agilidad –  Sonreí victoriosa viendo como sobaba su abdomen. Se paró derecho de nuevo y no le puse mucha atención. Cuando me di cuenta ya estaba llenando mi cabello de espuma del lavaplatos.

Sin pensarlo dos veces empecé a llenarlo también. El hecho de que fuera alto no me impedía llenar su camiseta de espuma. Empezó a correteare con espuma en sus manos por toda la cafetería y yo también cargaba en las mías.

Las burbujas y la espuma llenaron el piso, algunas de la mesas de la cafetería, hasta los mesones que ya habitamos limpiado. Nosotros estábamos en guerra y no pensábamos en nada más. Me escondí detrás de una mesa y agarraba espuma de suelo para lanzarle.

– ¿Sabes que parecemos un par de niños? – Pregunto desde el otra mesa. Tiene razón si mis padres me vieran probablemente estarían regañándome.

– Lo sé –  Me levante de donde estaba, pensando que ya habíamos terminado de pelear. Mala idea, Hill aprovecho y me lanzo más espuma. – Eres un tramposo.

–  Y tú una ingenua –  Admitió mientras reía a carcajadas. ¿Quieres jugar sucio?, jugaremos sucio.

Fui corriendo hacia él mientras tomaba espuma del suelo, fingí caer y me puse a quejar porque me había “lastimado”. Hill se levantó confundido y preocupado a la vez ¿?. Camino rápidamente a donde estaba y me miro revisándome.

– Pero… ¿en dónde te lastimaste? –Pregunto revisándome. Yo reía en mis interiores porque no sospechaba – Espera – Se levantó y no vi lo que hacía. Estaba ocupada fingiendo que me dolía la pierna. Joshua volvió y se puso de nuevo en el suelo junto a mí – Te duele aquí – Señalo mi abdomen preocupado y yo negué y sentí algo cubrir mi cuerpo. El idiota me hecho un balde de espuma encima.

– Hey – Me queje mientras me levantaba.



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En el texto hay: novelajuvenil, comedia romantica, odio-amor

Editado: 15.12.2022

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