¿Habrá boda entre la hija del duque Werrington y el hijo del lord Perrowl?
Rumores y más rumores corren por la ciudad londinense sobre un acontecimiento que sería el último escándalo que afecta a la rebelde y famosa joven, lady Werrington. Pero debemos decir que dicho escándalo lo protagoniza el novio, el señorito Perrowl. Si alguien se esperaba que fuera la novia, más de uno se encontrará decepcionado sobre esta noticia suculenta. Sin embargo, le invitamos a que continúe leyendo, le aseguramos que no quedará defraudado.
Nuestras fuentes más cercanas dicen haber visto al prometido de la joven en antros de perversión y de dudosa reputación, como el local dirigido por M.R. Si es así, no estaría guardando respeto a la que va a ser su prometida. Después de esto, podríamos suponer que posiblemente el enlace no se vaya a llevar a cabo, y más cuando los últimos eventos sociales que los jóvenes han asistido se han tratado con frialdad cordialidad. ¿O realmente el amor lo podrá con todo?
Seguiremos informando.
Ecos de la sociedad.
Cassandra no había descansado desde su regreso a la casa. Afortunadamente, nadie se dio cuenta de su ausencia en la madrugada y buena parte de la mañana. Julian y ella habían sido discretos cuando habían llegado.
Quería haberse dado un baño. Tenía la sensación de estar sucia, pero lo que realmente deseaba era estar a sola y lamerse las heridas. Sin embargo, una hora después de su regreso a casa, su padre la llamó.
- Quiero hablar contigo, ahora - no admitía una réplica por parte suya.
Estaba tan cansada que no se negó y fue hacia el despacho donde la estaba esperando su padre, y como no, la duquesa estaba a su lado. Su padre la invitó a sentarse y sin articular palabra alguna, le lanzó una hoja del periódico de ese día.
La joven frunció el ceño y cogió el trozo de papel, cuando leyó el título se quedó lívida. Todo color desapareció de su rostro.
- ¿Peter te ha dicho algo? - Cassie se mordió el labio y negó con la cabeza. Escuchó el suspiro de su padre -. Bien, esto cambia las cosas. No voy a tolerar que ese joven te falte el respeto. Eres una Werrington, sobre todo mi hija.
No sabía que estaba llorando hasta que se fijó que una mano, anciana y masculina, le tendía un pañuelo. Lo cogió aunque por dentro anhelaba un abrazo por parte de su progenitor. Hace mucho tiempo lo estaba esperando. Sin embargo, no llegó.
- Si quieres personalmente me tomo la responsabilidad de tener unas palabras con él y se anula la boda. No voy a permitir que mancille el apellido Werrington - para dar fuerza sus palabras dio un golpe en la mesa -. Habrás cometido fallos, pero el de ese joven se lleva la palma de la deshorandez. Al menos, a ti no se te puede reprochar que has sido infiel.
La joven asintió sin mucho entusiasmo. No podía olvidar que su padre no la había apoyado en el pasado ni hace poco cuando salió mal desamparada del último escándalo que había protagonizado. Ahora sus palabras para ella le sabían amargas. La duquesa la seguía mirando como si sospechara algo. Pero no le dio la satisfacción de verla desmoronada en frente de su padre, y menos de ella. Aún tenía orgullo y dignidad. Además, había llorando en el piso de Matthew...
<<Matthew>> , un vuelco sintió en su maltrecho corazón. ¡Qué vergüenza! Había llorado delante de él. Pero... tenía que reconocer que no se había comportado como un cabrón con ella. Se había comportado gentil. Aunque Matthew había actuado de manera amable, no podía olvidar de un solo plumazo lo que le había hecho. Si él se hubiera comportado así en el pasado, quizá, lo miraría con otros ojos y hasta podía... Asustada por la dirección peliaguda que estaba tomando, se detuvo antes que su mente formulara esa palabra que temía. Su corazón latió desenfrenado.
¡Eres una ilusa, Cassie! Matthew es como todos los hombres. Porque te haya tratado gentilmente en un momento, no quiere decir que en el futuro te vaya a tratar de forma especial, saltó una vocecita de su interior.
Ese pensamiento la entristeció más que otro.
- ¿Podría subir a mi alcoba? No me encuentro bien - no mentía. Se sentía como enferma. Necesitaba descansar. Sí, lo necesitaba.
- Claro, esta noticia te ha afectado como a tu madre y a mí - dudaba que la duquesa le hubiera afectado esa noticia pero no lo dijo -. Descansa. Esta tarde haré una visita a los Perrowl y se habrá acabado toda esta humillación.
...
- Es difícil encontrarte, amigo. Apenas te veo. ¿Qué haces por aquí, en el bufete? Creo recordar que tenemos pocos casos, el de Howard fue cancelado. Gracias a que su hija ha atrapado a tu primo y ha solucionado por arte de magia sus problemas financieros.
Matthew levantó la mirada de los papeles que tenían en mano hacia su amigo Edward, este le miró con una ceja enarcada.
- Quería estar ocupado, últimamente no sé dónde está mi cabeza - solo con Edward tenía confianza pero no lo suficiente para decirle que un nombre rondaba por su cabeza.