No Quiero Amar

Capítulo 10

Tengo miedo por todo lo que Damián me hace sentir, claro que él es inconsciente de lo que causa en mí, de hecho lo he estado evitando desde hace tres semanas.  Cuando me escribe le digo que estoy con Luz y Amparo,  mis amigas de la Universidad, las únicas diría yo y no es del todo mentira ya que salimos de vez en cuando por ahí a comer o ver películas con tal de no toparme con la escultura andante, ya saben que podría derretirme teniéndolo cerca.

Los únicos días que lo tengo cerca son los días de clases, es decir de lunes a viernes aunque lo vea me hago la tonta y desaparezco de su vista. No sé cuanto tiempo voy a estar así, debo hacer algo para que él se aleje o me deje alejar.

-Shadday mañana nuevamente tienes ese reto de evitar a Damian, tú puedes- hablo conmigo misma empuñando mi mano derecha y alzando la. Será duro, ya van tres semanas evitandolo y hoy domingo estoy tratando de hacer otros métodos de supervivencia sin él.

Damian me estuvo buscando el viernes y mi madre dijo que si estaba, de hecho sonaba feliz porque a su hija la visitara un varón, creo que tambien duda de mi sexualidad.

Viernes

-Buenas noches Señora.

Escuché una voz poco conocida por lo cual me asomé y vi que era la escultura andante, me puse nerviosa ¿Qué hacia Damian en mi casa?

-Hola muchachito, en que le puedo ayudar- dijo mi madre con un pequeña sonrisa amigable.

-Mucho gusto, mi nombre es Damian Valencia- extendió su mano - soy compañero de clase de mach... de Shadday y vengo a hacer una tarea con ella- sonrió un poco apenado.

Que astuto es Damian pero no va a conseguir lo que quiere.

-Oh claro Damian, pasa siéntate ya te la llamo.

Dejé de observar y con mucho cuidado me escondí en mi armario para evitar salir a saludar a Damián. Mi madre entró a la habitación.

-Shada... ¡Shadday! ¡Oh Shadday!- grita al no verme en mi habitación. Sale de la misma     - Lo siento Damián Shadday salió sin mi permiso, debe estar con Loreth, si gustas puedo ir a buscarla, no tardo.

- oh no Señora, no hay problema. El lunes me pongo de acuerdo con ella en la Universidad. Gracias por todo Señora, que tenga  buenas noches.

Se marcha y puedo salir de mi pequeño armario. Qué quiere Damian conmigo, acaso es enloquecer me?

*****
Me levanto  por el fuerte sonido de mi frustrante alarma la cual odio pero tambien agradezco que me despierte, sin ella no iría a clase. Tomo un rápido baño para tratar de llegar temprano en el día de hoy. Salgo de mi habitación ya arreglada o más bien con ropa, ya que nunca me arreglo.

-¡Buen día gente!- digo para mis padres.

-Buenos días hija- responden mis padres a la vez

-Esperen, esperen ya vuelvo- me devuelvo a mi habitación y al cabo de un par de segundo salgo nuevamente.

-¡Buenos días gentee!- digo un poco más fuerte.

-¡Buenos días hijaa!- dicen con una sonrisa.

-Ahora si sentí mis buenos días- los tres reímos- ya me voy, como allá mamá ya voy tarde- me despido y me pongo en marcha.

Llego temprano por lo cual me relajo en mi asiento y espero a que venga Luz o amparo. A pesar de que Amparo es una niña que apenas estoy conociendo me parece una niña tierna aunque quiera demostrar que es fuerte y que nada le afecta, sé que tiene sus propios batallas internas y sé que pronto saldrá de ellas.

<Debería de acercarme un poco más a Amparo, ella quizás me sepa ayudar, quizás me aconseje bien o no sé, esto es difícil de contar, nunca lo he hecho y si...>

-Hola Machito- doy un pequeño salto en mi asiento, oh por Dios es Damián ¿Qué hago? -Calma no te asustes, me quieres decir porque me estás evitando?- lo dice con sus brazos cruzados mirándome fijamente.

-Oh no Damián, este mira yo...

-¿Por qué huyes de mi?- pone sus manos en mi pupitre acercándose aún más a mi.

Así menos puedo hablar

-Ah Damián lo que pasa es que me he ocu... -trago saliva -me he ocupado mucho y ya- no lo miro a los ojos.

- Digamos que es cierto, entonces salgamos después de clase.

-¿Qué? No, no no- digo rápido levantándome de mi asiento - te dije que estoy ocupada Damián.

- vez que me estás evitando, de igual en tu casa comerás y yo quiero darte de comer, el tiempo que tendrás comiendo en tu casa lo harás conmigo- besa mi mejilla y se va a su lugar sin importarle escuchar una respuesta de mi parte y que los demás compañeros nos hayan visto.

-uy pero que daría yo para que ese papasito me de un beso así- habló Luz, ni siquiera la había notado, Damián me deja anonadada.

- Cállate hey- le digo por lo cual ríe.

-En serio cualquiera aquí donaría sus órganos  por un besito así en la mejilla y creeme que si fuera en otro lado darían hasta a su madre.- Reímos por las cosas que dice.



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En el texto hay: comedia romantica, guerraromancedesamor

Editado: 28.08.2020

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