¡no seré un cliché mas!

El callejón

Estoy sentada en el antecomedor de mi cocina, los cheiros con miel parecen una masa pegajosa, no he podido probar nada, se que soy una cobarde, se que he echo cosas estúpidas, pero en realidad, no quiero caer en el juego de ninguno de los dos apuestos chicos, ni heinz, ni mucho menos miller.

Todo este tiempo me he empeñado en guardar mis sentimientos, e luchado por mantener los pies en la tierra, por entender que en la vida real no llega a pasar lo que en  las bonitas historias de amor te hacen creer, tanto en los libros como en las peliculas de Disney,  en ralidad, no hay príncipes, ni héroes, por las calles buscando su otra mitad, ni mucho menos enamorandose de una chica normal, todo esto es absurdo.

Rafael, me saca de mis cavilaciones.

-lombriz, vamonos, de regreso tengo que ir al centro medico, te dare dinero para que regreses en taxi-

-ok, rafa-

El camino al campus, y las clases son normales, la cafeteria igual, como siempre mis amigas, hablan de lo divertido de sus domingos, hasta que me preguntan como estubo mi domingo.

-yuli, ¿y que tal tu domingo? - vivían espera a mi respuesta, marlena sigue con su ensalada.

-en resumen, me encontre a dylan miller, me pidio disculpas, las acepte y salí corriendo como enferma mental - me sonroje, y baje la mirada.

-¿queee? - las dos me miraban con la mandibula hasta los pies.

Explique rapido mi gran asaña del domingo, y escuche varios reproches de parte de mis confidentes. Volvimos pronto la campana resonó a nuestras clases,  la ultima hora llego, vivían los lunes tenia diferentes horas salteadas por lo que no coinsidiamos en esta ultima, sali del salon tan pronto cuando el profesor dio por finalizada la clase, a lo lejos vi a Emily heinz, saludarme con la mano en el aire, sonreí y le devolví el saludo animadamente, busqué temerosa a christian, pero no lo vi.

Espere el taxi, pero ninguno se encontraba cerca, el sol ya estaba oculto debido al horario de otoño/invierno, desidi caminar hasta el centro comercial mas próximo para así tomar mi taxi, recorri varias calles abarrotadas de jovenes que salian de la universidad, pero en las siguientes cuadras las personas iban desapareciendo, hasta que llege a unos departamentos proximos a westfield san fransisco centre. Los edificios de ladrillos obscurecian más las calles, por lo que me apresure a caminar lo más rápido posible, hasta lllegar a un callejon que no tenia salida, al fondo tres jóvenes estaban al rededor de un contenedor de metal ocupado como hoguera, de inmediato percataron mi presencia, gire lentamente para salir de ahy.

-¡hey tu! - me grito un chico de baja estatura.

-¿a donde vas bonita? ¡Quedate hacernos compañia! - dijo el tipo gordo, dando pasos hacia mi dirección.

No me moleste en contestarle, sabia que estos tipos no tenian buenas intenciones.

¡No te detengas por favor yuli! , ahora si tienes permitido correr, cómo siempre lo hacemos,¡ no te detengas, apresurate a salir de ahy!. Mi voz interna chilló.

Trate de avanzar rápido, pero mis torpes pies no podian hacer, mucho senti la opresión de alguien en mi brazo, trate de escapar, pero no pude. 
Los dos tipos tiraban de mi como perros con un pedazo de carne, tratando de ver quien me ganaba primero.

-¡alejen sus manos de mi!, ¡auxilió , por favor auxilió! - chille desesperadamente, pero tal parecía que nadie escuchaba.

El tipo delgado, el mas joven, tomo fuertemente mi mandibula acercándome a el, vi sus negras intenciones de besarme, como pude mi pequeño cuerpo agarro fuerza y lanze mis pies contra su abdomen, este gimio de dolor.

- con que quieres jugar sucio, maldita perra- este lanzo su puño en mi estómago, sacándome el aire.

-dejala roger, lastimada no, nos, servira de mucho-

-me golpeó la muy imbécil- ahora su puño fue contra mi cara, sabia que esto me sacaria un gran hematoma sobre mi pomulo, el golpe dolio hasta el alma.

Y asi otros dos golpes vinieron a mi, hasta que poco a poco perdía la razón, no supe exactamente hasta que momento ellos dejaron de golpearme, escuché lejanamente unos pasos llegar a mi.

-yuli, yuli, despierta por favor, ¡no te duermas! Escuchame- la voz me era familiar pero en estos momentos mi cabeza no podia procesar información.

-mierda yuli, ¡joder, no te duermas- sentí sus brazos sobre mi espala y piernas, este me levanto del pavimento con facilidad, y justo en ese momento una obscuridad reyno en mi conciencia, no supe más de mi.

Despertar fue terrorifico, una punzada de dolor se esparció lentamente sobre mi cuerpo, la habitación en la que me encontraba tenia pardes inmaculadamente blancas, junto a mi habia un enorme florero una pantalla colgaba de un extremo de la pared y un sofa reclinable color cafe estaba a la izquierda de mi cama justo en un rincon cerca de la ventana, hize un esfuerzo sobrehumano para poder levantarme cuando la cama crujio, debido al colchon de plástico que hay en los hospitales.

¡Mierda, estoy en el hospital!

-yuli, cariño, amor no te levantes por favor, no hagas esfuerzo alguno- mi madre se acerco a toda prisa hacia mi cama, para obligarme a permanecer quieta.

-¿mamá?,  ¿como llege aquí? ¿Quien te aviso? -

-yuli mi amor tranquila, Marlena hablo para informarnos, ayer en la noche-

-¿Marlena? ¡¿HAYER?!-  mi voz sonó dos octavas mas alta de lo normal.

-calmate, mi bebé, no te muevas mucho, traes una férula en las costillas, esos desgraciados las pagaran, que suerte tuviste de que tu amigo estuviera hay bebé - chillo mi mamá.

-Mamá, espera, ¿De quién me hablas? ¿Que amigo? -

-mi amor, te diste un buen golpe en la cabeza, Christian es maravilloso, su padre es el jefe de la policía de san fransico, ya estan buscando a tus agresores, ¿por que no me contaste de el? - me miro inquisitiva.

-mamá, ha, yo,-

-cielo, tranquila descanza, bajare a la cafeteria, ahorita sube rafa-




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