No Somos Tan Distintos

Capitulo 13

13.

—Te mueves bien —decía aquella chica de forma coqueta.

—Lo mismo digo.

James había dejado a Julie en la parte de arriba del bar, ella estaría bien además fue ella quien le sugirió divertirse y ¡oh vaya que lo hacía!

La chica de vestido rojo y ajustado aun sin nombre lo había metido a la pista de baile y no se separaba de él ni por un segundo, literalmente. Con movimientos lentos y sensuales apegaba su bien delineado cuerpo al suyo al ritmo de la música. James no se podía quejar, ciego debía ser para no notar la belleza de aquella chica y le encantaba lo atrevida que era al acercar cada vez más se rostro al de él, ella no estaba siendo discreta ni por error y aquello solo lo incitaba a seguir su juego.

No tardó mucho en cortar la distancia entre ellos, sus labios pedían a gritos probar los de ella y no esperó a cumplir aquel capricho. El beso era lento y tortuoso, pero inmediatamente se tornó hambriento, era una batalla por el control y ninguno de los dos estaba cediendo ni un poco.

James rodeó aquella fina cintura con sus brazos acercándola todavía más.

Su sabor era hipnotizante, una combinación entre fresa y frambuesa tan dulce. Ella sabía que lo que hacía le gustaba, entre ellos no cabía ni un alfiler sus cuerpos estaban tan cerca el uno del otro disfrutando cada instante con desespero.

James quería sentir más a esa chica sin nombre, pero la falta de aire los obligó a separarse, ella lo veía con claro y fuerte deseo, sería descortés no darle lo que quiere.

James quería volver a sentir sus labios, pero un golpe de realidad aterrizó sobre él.

No estaba solo aquella noche, tenía a una Julie esperando por él en el piso de arriba. Levantó su cabeza y buscó rápidamente a Julie entre las mesas que claramente se veían desde su posición, pero no encontró rastros de la enana.

—¿Dónde se metió?

—¿Sucede algo? —James no se había percatado de que estaba pensando en voz alta, cuando volvió a ver frente a él la chica sin nombre lo seguía esperando expectante de seguir lo que estaban haciendo.

—No es nada solo... —No pudo terminar la frase cuando su celular vibró sobre su bolsillo trasero.

James revisó rápidamente de que se trataba, para su sorpresa era un mensaje de Julie.

«Enana.

Saldré un rato, no tardo tu sigue con lo tuyo.»

El mensaje no decía a donde iría ni con quien aunque al final no importara, esa enana debía saber lo que estaba haciendo. 

James guardó su teléfono y regresó toda su atención en la chica de rojo frente a él, pero ella solo lo veía con un interés que no precisamente era el que él esperaba.

—¿Sucede algo? —preguntó James.

—Esa era mi línea —dijo la chica— ¿Tu hermana te necesita?

James estaba realmente confundido con la pregunta de la chica— ¿Qué? No, no para nada.

—¿Seguro? Porque no has dejado de voltear al piso de arriba.

James no estaba entendiendo nada, solo había revisado donde se suponía que Julie estaba una vez, solo una.

—Esta bien yo fui quien les arruinó su noche, deberías quedarte con ella si te preocupa —la chica de rojo no se veía molesta, incluso parecía comprensiva, pero no era eso lo que James quería.

Una pequeña risa frustrada salió de la boca de James— Te equivocas, no es como te lo imaginas.

—Puedo entender, nadie revisa su celular tan apurado si no se preocupara por alguien. 

La chica sin nombre no parecía del tipo que pierde el tiempo con alguien que no pone toda su atención en ella, James no era insistente sabía que él había arruinado el ambiente, rogarle solo haría que ella se alejara aún más.

—Puede que tengas razón —dijo James derrotado.

La chica sin nombre solo se alejó moviéndose entre la multitud que seguía bailando sobre la pista. 

James solo en medio de la pista soltó una risa amarga, la enana de Julie había logrado arruinarle un momento de diversión y ella ni siquiera estaba ahí. Él no era tonto y sabía que la enana era inocente, pero era divertido echarle la culpa.

Ahora que Julie se había escapado a quien sabe donde James se sentía como pez fuera del agua.

—Y ahora... ¿Qué hago? 

No sabía que hacer, junto a la barra de bebidas pudo ver a los amigos de Julie, no quería hablar con ellos pero al menos ellos sabrían donde se había metido aquella enana. No se apresuró para llegar hasta donde ellos estaban, una vez frente a ellos solo el chico de cabello rizado y anaranjado se dio cuenta de su presencia el otro chico estaba tratando penosamente de hablar con unas chicas que no se veían muy inmersas en la conversación.

—Ahmm... Oye —James no tenía idea de como iniciar a hablar con el chico de cabellos rizados.

—¿Todo bien James? —dijo Chad sonriente y relajado.

—Sabes mi nombre.

—Julie te ha mencionado y bueno todos te conocen —dijo Chad mientras tomaba su bebida y le daba un sorbo sin dejar de observar a James— Yo soy Chad, seguro que no me conocías.

Chad extendió su mano hacia James esperando que este la estrechara, James sin mucho ánimo alcanzó la mano de Chad.

—El de acá, se llama Alex —dijo Chad señalando a su compañero claramente alcoholizado— ¿Se te perdió algo?

—No se me perdió en realidad —contestó James.

—¿Seguro? Entonces se te escapó —Chad sonreía tan amistosamente que James no sabía si se estaba burlando de él.

—No se escapó, solo se fue sin decirme a donde.

—Julie a veces hace eso, tal vez vuelva —dijo Chad calmado.

—¿Tal vez?

—Todavía no la conoces así que puede sonar rudo de su parte, pero es algo que hace con frecuencia. A veces solo desaparece y luego nos manda un mensaje diciéndonos que tuvo que irse a atender un asunto.

—¿Por qué hace eso?

—Ni idea, solo lo hace.

—Y ¿no vuelve?

—Usualmente no, pero quien sabe.

—Ella fue quien me trajo.

Chad no dejaba de mirarlo fijamente y eso estaba incomodando a James.

—Entonces volverá, ella no te dejaría tirado aquí.




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