Capítulo XII. Diles que no volveré...

En estos momentos me encuentro en la oficina de mi jefe, pienso hablar con el y contarle todo lo ocurrido, no quiero guardarme nada ya que si lo hago se pondría peor.

-ya llegué Sky, de que querías hablar que me llamaste y hiciste que pierda un contrato importante.

-primero quiero que me prometa que me va a dejar hablar hasta el final ¿okay?

-si...

-muy bien, empezaré diciéndote que mi nombre verdadero es Romina Valkov Swith...

-¿cómo? Señora Venderwall espero que deje de bromear con eso, usted sabe perfectamente que odio que me hagan bromas de ese estilo.

-y yo cuando he bromeado con algo ¿eh? Mira te diré, cuando todos los problemas empezaron yo no los podía aguantar, no podía asimilar lo que estaba pasando con Blas y los chicos, fue muy fuerte todo. Cuando pasó lo de Nicolás todo se me fue abajo, quise matarme pero Natalie y Naza no me dejaron. Luego preferí irme cuando termine mis estudios y empezar algo para poder vivir, no quería decirte nada porque no me ibas a dejar ir ni ibas a hacer lo que me gusta. He logrado todo lo que tengo sola y pude ver mis capacidades para trabajar y avanzar en la vida.

-entiendo pero sabes que tus decisiones perjudicaron a otros ¿no? Ellos te querían como a su propia familia, también me sumo a ello.

-lo sé pero es algo que tenia que hacer, también pienso hablar con todos. Pero no pienso volver lo siento, si me quieres retener lo siento pero no sera el caso conmigo ya que me volveré a ir si quieren llevarme.

-sabes que yo no lo haría, soy tu amigo, tu aliado.

-bueno gracias, espero que puedas entenderme, sabes que en estos momentos eres el único con el que puedo contar, a todos ellos los tengo descartados en el momento que pise este lugar. Si quieres contarles no me enojaré pero quiero que te asegures de decirles que no pienso volver ni pienso verlos. Me voy...

Una vez que deje por acabada esta conversación decido despejarme, es demasiada la impotencia que siento. Voy para el gimnasio a desquitarse un poco con el saco. Cuando llegue lo primero que hice fue estirarme para poder calentar un poco con la soga, cuando ya termine el calentamiento empiezo con el saco.

En estos momentos he roto más de cinco sacos y sigo golpeando. Es increíble como con cada golpe que doy mi rabia aumenta, pareciera que estoy aquí solo para golpear el saco y no para desquitarme. No creo poder parar en estos momentos, he estado aquí por más de 4 horas y parece como si mi enojo no cesara, no quiero seguir así, si esto continúa tendré que irme a el callejón para tranquilizarme ya que está por cerrar este gimnasio.

En si tengo mis sacos en mi casa pero se terminan rompiendo. En estos momentos he perdido la cuenta de cuantos sacos he rompido pero lo que si se es que tendré que calmar esto con un buen baño de agua fría.

>>aunque estemos en Julio<<

Sin duda ese baño logró calmarme, aunque sea por un momento, no quiero descontrolarme como la primera vez que vine a este pueblo. No son buenos recuerdos ya que por ello mate a gente inocente solo por un mero capricho.

Una vez bañada fui a llamar a Mark Tominson >> mi entrenador<<

LLAMADA ENTRANTE.

-Mark tesoro necesito que vengas a casa por unas horas.

-¿recuerdos del pasado?

- si Mark en estos momentos necesito de tu ayuda ya sabes lo que pasará si no logro calmarme. Pero si Esteisy no quiere o le incomoda me las arreglaré sola.

-he cortado con ella (silencio) si peque la vi con mis propios ojos, tenias razón perdón por no creerte.

-lo sé, me lo imaginaba si no no creo como le hubieses cortado. Pero cambiando de tema, necesito un favor en lo que vienes a mi casa, tráeme un atado de cigarros, los nervios me están matando.

LLAMADA FINALIZADA.

Preparo la cena; pizzas de masa casera con tomates y espinaca.

Solo preparo eso y unos vasos ya que de seguro Mark se encargará de las cervezas, aunque yo tengo en la nevera. En lo que terminó de acomodar la sala suena el timbre por lo que supongo que es Mark.
Una vez que habro me sorprendo al ver a Davis y Sarah con sus manos entrelazadas.
Sarah es una chica con la que no me llevo bien, me he peleado unas cuantas veces. Ella cree que intentó seducir a Davis, yo le dije que no era así ya que ella y el son pareja ¿porque querría yo tener algo con el?

-hola (le dije)
-hola (hace una mueca Sarah)
-chicos ¿qué hacen aquí?
-es que tus nos dijiste que podíamos venir cuando quisiéramos a comer.
-miren chicos no es de mala pero justo hoy tengo una cita importante.
-¿con quien?

En estos momentos la cara de Davis es del sueño, sus ojos están ligeramente fruncido, sus brazos están hechos puños. Justo cuando iba a decirle que no se moleste tocan el timbre voy para atender y me encuentro a Mark con unas cervezas en sus brazos y con su rostro en el móvil, cuando levanta la mirada nota los ojos clavados de Davis junto a él.

-tu debes ser la pareja de Sky ¿no? (Dice Sarah tratando de seducirlo)

Le di una mirada a Mark para que no arruine mi mentira, el se acercó y me sostuvo de la cintura juntandome a su cuerpo.

-soy Mark el Novio de Sky mucho gusto (le extiende la mano a Davis)

La sala se llenó de un silencio incómodo no crei que iba a seguir esta mentira de esa forma. Igual cualquiera que nos conociera pensaría lo mismo, siempre estamos juntos, el trabaja en una empresa de seguridad altamente conocida. Puedo decir que una de las mejores empresas es la el, nos conocimos en una fiesta de la empresa, se me presento ya que lo contraté para que nadie sepa de mi. 
Mark es una de las personas con mayor carácter, no le gusta mentir pero conmigo lo ha hecho muchas veces ya que me conoce y sabe que es necesario. Tiene rasgos muy hermosos, ojos grises con fragmentos verdes, cabello negro, su cuerpo está bien tonificado, sabe defenderse bastante bien. 
El es una de las primeras personas aparte de mis padres que me ha podido ganar peleando, sabe usar cada clase de armas. Me protege por sobre todas las cosas en estos años que nos conocemos me ha propuesto matrimonio más de una vez, quedamos que íbamos a empezar a andar como ahora, hoy habíamos decidido hablar para aclarar todas las dudas que tenemos sobre nuestros sentimientos.