No sueltes mi mano

Capítulo 10: Linda tortura

Isabella
Entro al Departamento que Valeria compró como se lo pedí, no es la mejor cosa del mundo pero

— Es pequeño — hago un puchero, mi amiga ríe

— Eso es porque aquí no vive Isabella Sullivan la diseñadora de moda, desde hoy eres Isabella Ross— me entrega los documentos que mandó a hacer para mí— vives sola, no tienes familia en la ciudad y eres extremadamente pobre

— Tengo una cuenta en el Banco con

— Esa cuenta es de la diseñadora, no tuya— bufo

— Ahora solo falta volver a la casa de Bastian— menciono caminando por el lugar— crees que esto está bien? — la miro

— No, esto es una locura, pero te hace feliz, solo quiero que me prometas algo, no volverás a intentar suicidarte

— Sí, fue un momento de debilidad, no se va a repetir

— Isa, no sé que pretendes encontrar en esa casa o en esa niña, pero si no es lo que quieres, no quiero que te hagas daño luego, entiende que quizás es una simple casualidad que se parezca a Ruth

— Lo se Vale, lo prometo, no me haré daño— sonrió mirando el lugar— ahora soy alguien más. ¿Pero cómo hago para volver a esa casa? Bastian seguro no me quiere ni ver

— Sabemos donde trabaja ¿no? digamos que se van a encontrar de casualidad — mi amiga ríe contagiándome con su risa.

***
Me preparo para salir a ver a Valeria, pero mi teléfono suena, ya lo olvidaba, tomo la llamada del número desconocido

— Diga?

—¿Ángel!? — me quedo estática al escucharla

— Vanesa?

— Si soy yo, me robé el número de teléfono del despacho de papá— sonrío

— Linda robar es malo

— Vienes a por mi Ángel?

— Y donde estás?

— Me salí del Colegio, no quería estar ahí y tampoco volver a casa— frunzo el ceño

— Vanesa puedes decirme donde estás?

— En el parque donde nos vimos aquella vez— suspiro y salgo del apartamento

— Linda no te muevas de ahí ¿ok? voy ahora Vanesa, no cuelgues y sigue hablándome— al llegar al parque veo a la niña ya casi es de noche y voy hacia ella

— Tardaste Ángel — sonríe al verme y me abraza

— Linda no puedes huir así — la regaño, sus ojos se llenan de lágrimas — no mi amor, no llores— me desespero al verla así

— Es que odio la escuela y la casa y— sigue llorando

— Linda mírame — tomo su rostro en mis manos— no llores, que las princesas no lloran— le sonrío— solo es que no puedes preocupar a las personas que te quieren así, en casa deben

— Mis padres no me quieren, no están preocupados

— Ellos si te quieren cielo, es solo que no saben hacerlo bien— la abrazo

— Estás enfadada conmigo?

— Claro que no, pero hay que ir ahora a tu casa— sonrío, después de todo fue bueno esto, creo

— No vamos en tu auto? — pregunta al ver que me alejo de este, miro mi auto, luego a la niña, Dios! con ella no puedo conducir ahí ni con otra persona

— Mejor tomamos un taxi

— Por qué? — muchos recuerdos

— Es lo mejor— en todo el camino la niña no deja de hablarme de cosas que le gustan y otras que no, me encanta escucharla, es una tortura porque  me recuerda a Ruth, pero es una linda tortura, soy masoquista quizás.

Suspiro al bajar del auto y al entrar a la propiedad de los Park estos están fuera y todos miran hacia mi dirección cuando entro de la mano de la niña

— Maldita zorra loca— me grita Karol que viene hacia mi llena de furia

— Espera Karol— Alex la aguanta

— Que dirás ahora? — cuestiona Bastian mirándome

— Yo la llamé— dice la niña sin darme tiempo a responder — odio la escuela y odio vivir aquí contigo que no me quieres y llamé al Ángel

— Le está lavando el cerebro a mi hija esta loca— grita Karol que se aleja de Alex, vergüenza es lo que siento en este momento porque todos me miran

— ¿Algo que decir Isabella? — Bastian se acerca más a mi

— Ya Vanesa dijo todo— este asiente

— No le creas Bastian, amor— Karol coloca sus manos en el rostro de él— nos quiere quitar a nuestra hija, está loca, mándala a la cárcel

— Basta Karol, deja el drama — este la aleja de sí y vuelve a mirarme— tú vienes conmigo a mi despacho Isabella y tu— señala a Vanesa— tú y yo vamos a hablar y estarás castigada hasta que me acuerde

— Así es! — exclama Karol que se acerca a la niña— no puedes hacer eso! — le grita, los ojos de Vanesa se llenan de lágrimas — maldita niña que me va a dar un infarto— la toma de forma brusca del brazo

— No le grites — la empujo alejándola de la niña y me pongo frente a esta que se abraza a mis piernas, cosa que desata la próxima acción de Karol que le quita el arma a uno de los guardias y me apunta a mí, mi alma se enfría al ver la pistola

— No me dices como criar a mi hija— masculla cargada de rabia

— Karol baja eso— le ruega una señora que se acerca— bájala Karol, puedes lastimar a alguien

— A esta loca!! — sigue apuntándome — esta loca se quiere robar a Vanesa y a Bastian y se quiere meter a esta casa a saber para qué

— Karol tranquilízate— Bastian se coloca frente a mi

— quítate Bastian, aléjate de ella

— Baja eso mi amor— dice este con calma que da un paso hacia ella— puedes herir a alguien, piensa en Vanesa que lo está viendo todo ¿si?

— Bastian

— Dámela Karol— con lentitud este le quita el arma y ella lo abraza, siento que vuelvo a respirar otra vez

— No llores linda— me pongo a la altura de la niña que está alterada

— No me dejes aquí sola— dice y me abraza fuerte

— Tranquila — la tomo en mis brazos, la niña sigue llorando

— Ven conmigo— me dice una chica que se me acerca y me guía hacia la casa, entro a lo que parece la habitación de Vanesa

— No te vayas Ángel — esta toma mi mano cuando la dejo sobre la cama

— No me iré, duerme si? — me acuesto a su lado acariciando su rostro, no sé cuanto tiempo pasa, pero se queda dormida, cuando salgo de la habitación Bastian está ahí esperándome

— Bastian

— Vamos a hablar

— Debo irme— paso por su lado, pero sujeta mi brazo y hace que le mire

— Vamos a hablar Isabella, así te llamas verdad o no? Estuve buscándote e imagina mi sorpresa cuando me dijeron que no existías, hay mucho de que hablar.




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