No Te Alejes De Mi — Min Yoongi |bts|

대한민국

Capítulo 3. Corea.

 

Cuando salí del avión realmente quería lanzarme de un puente y morir hermosamente, pero contrario de eso, salí de ese lugar con un dolor de frente por haberme quedado dormida y golpearme con el asiento delente de mí. La chica que me ayudó con mis maletas, realmente era muy humilde y me hizo plática mientras esperaba a que me dieran mi magnífica bolsa de hielo.

Unos minutos salí de el aeropuerto y busqué la dirección del departamento, con dos maletas, una mochila y mucha apariencia latina, los hombres se me quedaban viendo con una mirada que para no exagerar no era lo mejor del mundo que podamos decir.

Tenía hambre, calor, quería dormir, darme un baño, y por si fuera poco, no tenía ganas de caminar. Amarré mi pelo con una liga y continúe andando por las calles, había varias tiendas de cosméticos llenas a montón. Tal parece que aquí aman el maquillaje, para mi gran suerte, sé maquillar como nadie más.

Bien, ahora vamos en busca del dichoso apartamento. Continúe andando según la dirección que indicaba mi móvil, unos minutos después me encontraba frente a un edificio. Subí mis maletas y fui hacia el elevador, dentro de el había un hombre, traía un cubre bocas que me impedía ver su cara. Con este calor ¿Quién en su sano juicio usa mascarilla? Creo que el .

— ¿Mudanza? —Habló sobresaltandome un poco por eso.

— Si, vine en busca de un nuevo comienzo —dije como siempre exagerando las cosas.

— Soy San —me tendió la mano la cual estreché con amabilidad—. ¿Tú eres?

— Oh. —maldita sea, ahora creerá que soy una loca o algo así—, mi nombre es Yasiri Mendoza —mostré una sonrisa haciendo que el asintiera.

— No eres Coreana ¿Cierto? —metió las manos en los bolsos de su pantalón—, se nota en tu asento y en tus rasgos —rió—. Bueno, me verás poco, salgo temprano y regreso tarde, pero por si algo pasa, me puedes encontrar en el departamento número veintitrés —dicho eso salió del elevador.

— Gracias... Creo. 

Suspiré ondo y tomé mis maletas, pero producto de mi torpeza,esta se atoró en el elevador, haciendome gruñir. El chico se dió la vuelta para ayudarme. Tratamos de safarla lo cual resultó algo casi imposible.

— Creo que tendrás que vivir en el elevador —dijo el con sarcasmo—. Hazte a un lado —pidió antes de jalar la maleta con fuerza consiguiendo así que se safara—. ¡Ah! Necesito ir más al gimnasio.

— ¿Qué pasa aquí? —Una chica salió del departamento frente al de San—. ¿Tú debes ser Yasiri? ¿Cierto? —asentí—, Soy SooMin —rió.

— ¿La chica con la que compartiré departamento? —pregunté yo haciéndola asentir, ambas nos miramos de pies a cabeza—. I like —dije haciéndola fruncir el ceño.

— Okey, creo que yo me voy, cuídense —San me guiñó un ojo y entró en el departamento frente al nuestro.

— ¿Lo conoces? —preguntó SooMin—. Es un rebelde, dicen que se escapó de casa porque no lo dejaron ser actor. —contó mientras me ayudaba con las maletas.

— Definitivamente si yo fuera el, también querría ser actor o modelo —reí ya que me refería a su cuerpo como tal—. Cada quien su vida.

SooMin me guiñó un ojo y entramos. El departamento realmente estaba bien acomodado, por la ropa que traía deduzco que es una clase de universitaria o algo así. Si, soy dueña del departamento. Siempre triunfando en la vida.

— ¿Cuántos años tienes? —preguntó ella mientras nos tirábamos al sofá de forma exagerada.

— 25... ¿Y tú? —pregunté alzando una ceja, ella tragó saliva y mostró una sonrisa—. ¿Eres menor de edad cierto?

— Tuve que fingir que soy mayor para poder salir de casa de mis padres... Constantemente me decían que me odiaban y mi padrastro abusaba de mi.

— Lo siento —dije.

— No pasa nada,¿Qué piensas hacer Ahora?

— No lo sé. En Estados Unidos tenía un excelente trabajo siendo escritora...

— ¿Porqué lo dejaste si era tan bueno? —comentó ella mirándome mientras e acomodaba en el sillón.

— Esa es una historia que debería contar a lado de una taza de café... —dije haciéndola reír.

Ambas nos pusimos de pie y fuimos hacia la cocina, preparamos un poco de café y lo vertimos en nuestros respectivos recipientes.

Pasamos toda la tarde hablando de nosotras, le conté sobre Katherine, el inombrable y sobre mis ganas de superarme a mi misma. También de la ilusión que tenía por volver a México con un libro. SooMin me escuchó atentamente,y es que aunque no hizo nada, hablar con ella de mis problemas me tranquilizó de alguna manera.

Llegó su turno, me contó que vivía sola desde hace algunos meses, y que había llegado a la capital huyendo de los abusos de su padrastro. Me contó que su madre no le creía, que siempre había confiado más en su esposo antes que en ella.

— Sinceramente ya no es algo que me duela —dijo dándole el último sorbo a su taza de café—, ahora Estoy aquí contigo Noona y juntas venceremos todo esto. —sonreímos—. Soy una mujer sin experiencia, pero créeme, no abandones tu sueño de escribir por esa idiota. No le des el gusto.

— No lo haré, aún tengo una jugada más bajo la manga, y eso se trata de hacerla pagar por todo lo que hizo —Reí—. Solo necesito reunir pruebas y preparar mi nuevo libro mientras tanto.

— Y mientras eso pasa ¿Qué harás? —preguntó ella mientras me miraba.

— Talvez busqué trabajo, soy buena cocinando, puedo ser niñera, no lo sé —ella rió por eso—. Algo haré.

— Puedes trabajar en algún restaurante.

— No lo había pensado pero si. Está decidido, mañana se busca trabajo.

Pasamos horas y horas charlando, siento que es una niña muy sincera y que realmente nos llevaremos bien, unos minutos después comenzamos a ver una serie en la TV. No sé de qué trataba, pero realmente me gustó.

 

A la mañana siguiente, mi alarma sonó haciéndome caer de la cama... Estaba por lanzar todas las maldiciones que se me cruzaran por la mente, pero me percaté que estaba en otro sitio. Los recuerdos invadieron mi mente y salí de las cobijas para ir al baño a darme una ducha.




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