No Te Alejes De Mi — Min Yoongi |bts|

우연이 존재하지 않는다

Capítulo 6. Las coincidencias no existen.

 

— ¡Me va a escuchar ese engendro del mal! —grité mientras salía del elevador seguida de San.

— Yasi, ¿De quién hablas? Tal vez si me dijeras te comprendería mejor. —expresó el, para después entrar en mi departamento.

— ¡Ese maldio narcisista! ¿Qué se ha creído? ¿El dueño del mundo? Solo es un Idol adolescente tratando de llamar la atención. Debería amargarse la vida con una botella de cerveza a un lado —dije mientras abría una botella de Suju y me la bebía de golpe.

— ¿Me puedes explicar de que estás hablando? Porqué estoy a punto de sufrir una crisis existencial por tu culpa y créeme, no será bueno —advirtió él.

— ¡Estoy hablando del idiota de Suga! ¡La azúcar amargada! —sentecié haciendo que el moviera la cabeza en señal de aprobación. Tomé asiento en el sillón mientras me bebía otra botella.

— ¡Suficiente! —retiró las otras 3 botella que tenía enfrente—. ¿Qué te pudo hacer un Idol en ascendencia a ti? ¿De cual te fumas? Porque quiero.

— Haber. —opté una mirada seria mientras lo veía—. Estás aquí o para ayudarme o para patearte el trasero si no lo haces —San me fulminó con la mirada—. No seas gruñón.

— ¡No soy gruñón, es mi cara de furia! —aclaró—. ¿Qué te haría Min Yoon-Gi a ti?

— En el fan meeting de hoy ¡Por cierto! Estaba hablando y comenzó a interrumpirme, las personas que me conocen saben que eso me irrita porque sinceramente,¡Lo odio! —aclaré haciendo que él asintiera—. Le dije idiota, y de alguna u otra forma terminé diciéndole las cosas en las que soy experta.

— Osea que accidentalmente le dijiste que sabías maquillar —Aclaró él—. Tiene sentido. El temperamento de Suga no es de los mejores. Es vengativo.

— En realidad no fue tan accidentalmente, me burlé del mal delineador que traía en los ojos, quizá el quiere probarme o alguna cosa así, para vengarse, lo más raro es como convenció a la empresa ¡Jah! Nada me extraña en esta vida —hablé dramáticamente para después quitarle una botella a San.

— Al menos saldremos de la pobreza —se escuchó a SooMin entrar al departamento—. Sé que lo que te hizo es malo, pero vele el lado positivo, gracias a el conseguistes trabajo.

— No lo defiendas, mejor dicho, no lo hagas por que es tu ídolo, si estuvieras en mi lugar, definitivamente también lo odiarías. Se tomó la libertad de castigarme. ¿Quién es? ¿Mi padre? 

San bebió una botella, parecía emocionado, definitivamente éste suceso debo añadirlo a mi historia como relleno.

— ¿Qué vas a hacer? —preguntó el chico.

— ¡¿Qué que voy a hacer?! Me voy a encargar de darle un escarmiento, voy a hacerlo sufrir hasta que desee que su madre haya dejado las piernas cerradas.

— ¡Yasiri! Eso es sádico —Bebió otra botella de golpe—. Eso te involucraría en más problemas ¿No crees? Digo, no te conozco, pero no creo que seas tan estúpida como para hacerle la vida imposible a un IDOL.

— No soy estúpida. —confirmé.

— Además, incluso si quieres vengarte, deberías aceptar el trabajo, sería la única manera de poder acercarte a el —SooMin parecía haber dejado de lado su fanatismo y  comprender al fin—. Estamos hablando de Big Hit, ¿Cómo más podrías entrar?

— Maldita sea, olvidé ese punto —tiraba de mi cabello con rabia.

Debía tomar una muy buena decisión, éste tipo no parecía ser nada tonto, había ideado su bendito plan —para no decir otra palabra— a la perfección, y eso era lo que más me molestaba.

Pero si algo he aprendido con Katherine, es a no dejarme manosear por mis enemigos, y si bien no sé si el tal Min YoonGi lo sea, no pienso bajar la guardia por nada.

— Está bien —hablé finalmente haciendo que San dejara la botella y SooMin dejara de morderse las uñas—. Voy a aceptar el maldito trabajo, no porque quiera, sino porque lo necesito, además. Mi único objetivo es demostrarle a ese idiota que soy fuerte.

— Te llevaré. —San se puso de pie—. Después de todo me has salvado de las garras de mi madre.

— Uh~ —ambos miramos a la universitaria—. Ay, uno la hace de emoción y ustedes... me pongo romántica y se ponen mamones. Me voy...

SooMin salió de nuestra vista para ir a su cuarto.

— Te lo agradecería, pero prefiero ir sola —sentencié para luego ir a la cocina seguida de San.

— Entonces, te invitaré a comer...

— ¿Cuál es tu intensión San? Tú mismo lo has dicho, no soy tan estúpida como parece. —lo miré directamente a los ojos haciendo que se ruborizara.

— Solo quiero pagarte lo de los boletos.

— En todo caso sería yo quien debería pagarte. No sé ni cuánto costaron y fui yo a el dichoso fan meeting por el cual ahora me humilla un Idol cabeza hueca. —dije mientras inflaba las mejillas.

— Precisamente por eso quiero disculparme, somos amigos ¿Cierto? —sus ojos se cristalizaron, mientras parpadeaba continuamente.

— No vallas a llorar —comenté haciendo que el se sonrojara—. Claro que somos amigos idiota —le día una ligera palmada en el hombro—. Deja de llorar.

— No estoy llorando loca —sentenció él.

— Uy si... Ni istii llirindi liqui —lo imité.

— ¡Yo no hablo así! —defendió.

— ¡Yi ni hibli isi! Hahahah, mejor vete o no pararé —lo empujé indicando la puerta.

— Como sea, mañana tendrás que llegar conmigo a Big Hit, o te demandaré por los boletos impagados.

— ¡Te odio San! —grité para después mostrale la lengua y cerrar la puerta del departamento con un portazo. Ese tonto me saca de quicio.

No más que el otro idiota.

 

A la mañana siguiente desperté, y por poco y cumplo mi sueño desbloqueado de no caerme, pero volví a caer. Yo y mi amor con el piso. Fui a darme un baño, sequé mi cabello.

Salí y busqué algo de ropa suave y normal, tampoco es como que fuera en plan de: chica empoderada lista para patear el trasero de Min YoonGi. Elegí una playera color melón junto a unos pantalones entubados de mezclilla y mis tenis grises. Sinceramente, nada mal.




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