Capítulo 24. Verdades.
— ¡San! ¡San!
— Señorita, tiene que salir de aquí.
Actualmente.
Abrí los ojos a causa de la luz que entraba por la ventana, a mi lado se encontraba YoonGi, su mirada era tranquila. ¿Cómo podía verse hermoso incluso durmiendo? Traté de ponerme de pie, pero su mano tomó de mi brazo y pude escuchar un sonido de negación por su parte.
— Es de día. —Hablé y el soltó mi mano para ponerse de pie—. Tengo que ver a San.
— Oye, lo lamento, de verdad, si yo te hubiera ayudado a deshacerte de esa vieja de una vez por todas nada de ésto estaría pasando.
— No es tu culpa YoonGi, en realidad no es culpa de nadie... —solté un suspiro de pesadez y el acarició mi mejilla—. Ahora solo tenemos que decirle a su madre y fin, que explote lo que tenga que explotar...
Las lágrimas salieron sin que yo pudiera evitarlo, Yoon me rodeó con sus brazos y yo correspondí, San se encontraba en un hospital, y no podíamos hacer mucho, solo no perder las esperanzas. Incluso si se escuchaba inhumano de nuestra parte, era lo único, ninguno tenía un título de doctor ni éramos magos, pero en mi corazón aguardaba algo muy especial: la esperanza.
— ¿Qué te parece si primero comes, y después vamos a ver a San? —Parpadeó tres veces de manera tierna.
— Creí que él te caía mal. —Con mis manos limpié mis mejillas que estaban llenas de lágrimas.
— Bueno, si, somos rivales en el amor, pero fuera de eso, San es una buena persona, y muy amigo de SeokJin Hyung y tuyo, así que...
— Está bien...
— Le diré a Joon que venga por nosotros, los chicos llegan hoy así que les avisaré. —Yo asentí.
— Por cierto, lo que dijiste ayer... —El sonrió.
— No estaba bromeando, era la verdad.
Se acomodó el pelo y salió de mi habitación para ir con rumbo a la cocina, solté un suspiro, tenía que superar ésto, pero no sabía cómo, mi mejor amigo se encontraba en el hospital gracias a la estúpida de Katherine, no era algo que fácilmente podría hacer metástasis como un cáncer, sería una marca psicológica que llevaría siempre, y eso me dolía más.
Al salir de mi habitación, me encontré con WooYoung, tenía los ojos rojos, como si hubiera llorado mucho, ¿Quién no? Nuestro amigo era el que estaba ahí y el que tendría que andar en silla de ruedas por el resto de su vida, si es que no pasaba otra cosa. Lo rodeé con mis brazos, ambos llorabamos sin consuelo, a nosotros se unió SooMin, quién también lucía unas ojeras y las mejillas rojas: había pescado un resfriado.
— ¿Dónde está Yoon? —Preguntó WooYoung limpiando sus lágrimas y yo indiqué la cocina.
Los tres fuimos ahí, SooMin preparó un poco de café y nos tendió una taza a cada quien, nadie pronunciaba palabra, ni siquiera yo, solo el sonido del viento y los autos de la ciudad albergaban el ambiente.
— ¿Iremos a ver a San? —SooMin fue quien rompió el hielo y WooYoung le dió un leve asentimiento.
El silencio volvió a instalarse y fue interrumpido por el tono de llamada de mi móvil.
— ¿Bueno?... Oh, de acuerdo, iremos en seguida —Colgué.
— ¿Quién era? —Las tres personas frente a mi hablaron.
— El doctor tiene algo que decirnos...
— Joon está aquí, —Min revisó su móvil—. Andando.
— Juro que cuando vea a esa mujer no voy a detenerme por eso, no de en balde soy cinta negra en taekwondo. —Soltamos un suspiro y fuimos con rumbo al elevador.
YoonGi enviaba mensajes a los chicos, mientras que WooYoung y SooMin platicaban en susurros. Minutos después nos encontramos frente a un coche color negro y subimos en el, YoonGi en la parte del enfrente junto a Joon y nosotros tres en los asientos de atrás. Mi corazón latía temiendo que algo malo hubiese pasado, no podía desanimarme y tampoco lo deseaba, pero la impotencia era mucha y la angustia se duplicaba mil veces más.
Una vez en la sala de espera, el doctor nos llamó, parecía sereno, pero en sus ojos pude notar que lo que diría no era exactamente lo mejor del mundo.
— Calló en coma. —Fueron sus palabras como un balde de agua helada para mí, una opresión en el pecho que me hacía perder el aliento y sentirme un pésimo intento de amiga.
— Chicos. —La voz de Hoseok se escuchó en uno de los pasillos y logramos captar la presencia de NamJoon, Seokjin, Hoseok y Jimin—. Venimos en cuanto nos llegó tu mensaje... Soo —Fue al encuentro de la chica para envolverla en un abrazo.
— Está en coma... —contó ella entre sollozos y Hoseok acarició su pelo con delicadeza.
— Lo siento. En éstos momentos no tengo más palabras. —Le dió palmaditas a WooYoung el cual lo agradeció—. ¿Estás bien? —Yo asentí ante las palabras del líder.
— El problema es que no se puede quedar aquí, necesitamos llevarlo a un hospital privado. —Los dos mayores asintieron.
— Yo lo haré. —Se ofreció el mayor: SeokJin—. Pagaré el hospital privado... —Miró a SooMin la cuál lo ignoro para acurrucarse en los brazos de Hoseok—. Después de todo, también es mi amigo.
Un mes después...
— Oh, Yasiri, aquí estás. —Namjoon me llevó a la sala en la que se encontraba con YoonGi—. Cómo sabes, queremos lanzar un mensaje de esperanza a nuestros seguidores... Y por eso creamos BE...
— Nos gustaría que escribieras dos canciones para éste álbum especial. —Agregó YoonGi con una sonrisa.
— Claro, Ammm, he estado trabajando en una recientemente, puedo enviárselas cuando tenga las dos. —Ellos asintieron—. ¿Saben dónde está SooMin? Hoy es día de visita y tengo que ir a ver a San.
— Hoseok la invitó a jugar un videojuego con Jim y Taehyung. —El líder anotaba algunas cosas en la agenda del grupo—. Ya sabes, para distraerla.
— Oh, está bien, amm, iré a ver a San entonces, nos vemos por aquí en la tarde... —Los dos asintieron.
— Oye Yasiri. —Yoon se puso de pie y fue hacia mi—. ¿Sabes que te amo cierto? —Yo reí—. Ni es gracioso ¿Sabes?