Epílogo

Seis semanas después

Era 24 de diciembre, habían pasado seis semanas desde que Mónica se había enfrentado con Natalia, ella recordaba lo que ocurrió cuando se encontró con Christopher después de haber estado en el cementerio.

“Al llegar a su casa, Mónica entró y se puso el dije, fue a la cocina y vio a Christopher, Elizabetta y sus padres desayunando.

— ¿Elizabetta? ¿Cuándo llegaste? —Le preguntó acercándose a ella.

—En la madrugada, me contaron que fuiste a ver a Natalia, ¿qué ocurrió? Mamá dice que Chris no durmió por andar esperándote. —Dijo Elizabetta riendo mientras miraba a Christopher.

Mónica miró a su pareja y sonrió, él le devolvió la sonrisa, en ese momento ella sentía ganas de besarlo, pero se sentó al lado de su padre y miró al resto de su familia. —Ocurrieron muchas cosas, Natalia y yo peleamos, pero pudo recordar y dejar el control del demonio, él la torturó, pero Natalia y yo fuimos al cielo, el arcángel le permitió despedirse de su familia y yo pude ver a Fiorella, me dijo que los extraña y que los ama, Fiorella está muy bien, le gusta, al final Natalia se quedó y yo desperté en el cementerio.

La madre de Mónica sonrió y miró a sus hijas. —Si Fiorella está bien, nosotros debemos estarlo, por eso fue que duraste más de siete horas fuera, sí que viviste una gran aventura.

Mónica río y siguió compartiendo con su familia, Elizabetta comenzó a contar sobre su viaje a Roma, mencionando lo mucho que le gustaba. “

Unos días después, Mónica llevó a Christopher a su habitación, ya habían vuelto a dormir juntos.

“—Quiero pedirte algo, me gustaría que nos quedáramos en Italia, no en Venosa, estaba pensando en Florencia o Verona, ¿qué dices? —Le preguntó Mónica, Christopher se quedó pensando durante unos segundos, dejaría a su familia, a sus padres y a su hermana Giselle, que ya tenía nueve años, pero con los avances de la tecnología, podrían hablar cuando quisieran, además que Mónica había podido dejar a su familia para estar con él, ¿por qué no haría lo mismo?

—Me gusta más Florencia.

Mónica sonrío y Christopher le agarró su rostro dándole un beso en sus labios, les emocionaba comenzar una nueva vida en Florencia.”

Ellos alquilaron un pequeño apartamento, que quedaba muy cerca del Ponte Vecchio, por las noches les gustaba caminar por el puente, admirando el río Arno y los puentes cercanos.

Habían conseguido trabajos en menos de un mes, a ambos les habían dado unas cortas vacaciones para que pudieran celebrar la Navidad y el Año Nuevo; el 23 de diciembre, volvieron a Venosa, pensaban pasar las navidades allá.

Christopher, Elizabetta, Mónica y sus padres se encontraban reunidos sentados frente a una mesa, todos, menos Mónica, comían, pero eso no era impedía  que pasaran un momento en familia.

Al terminar de cenar, estuvieron hablando, ya pasada la media noche, luego de haberse dado regalos, Elizabetta se asomó a la ventana, veía como caían pequeños copos de nieve.

— ¡Está nevando!

Los padres de Mónica, Elizabetta y Christopher, se abrigaron y salieron, Mónica se tuvo que colocar un abrigo, su peluca y sus lentes en caso de que alguien pasara, cuando salió, vio a su familia mirando al cielo, estaba nevando en Navidad.

Mónica se acercó a Christopher y le agarró su mano, él la miró y le sonrió.

—Feliz Navidad, Christopher.

—Feliz Navidad, Mónica.

Lentamente fueron acercando sus rostros para darse un leve beso, algunos copos de nieve caían por sus cabellos y rostros.

Estaban felices, porque vivían una de las más hermosas experiencias que se podrían vivir, compartiendo un beso en Navidad, junto a la persona que más amaban.

—…

—…

—…

Una figura con cuernos y cola de serpiente se encontraba viendo cómo, con un martillo, otra figura con garras terminaba de hacer un collar de oro.

—Ya está listo, amo. —Le dijo la figura entregándole el collar.

Él lo miró y sonrió. —Perfecto, ya está todo listo para que el plan comience. —Dijo el demonio, el collar tenía tres agujeros, allí cabían tres dijes a la perfección.

Luego de lo ocurrido con Natalia, había comenzado a idear un plan, para quedarse con el alma de Mónica, de una vez por todas.

FIN