Caminaba de vuelta al instituto, cada paso que daba, era como el ritmo de las manecillas del reloj.
Quería huir .
La sombra volvía a ella.
Todos la miraban, todos pensaban una cosa
Estaba loca.
Pero lo que ellos no sabían era que veía sus muertes en su mente cada vez que los miraba.
Camino y cayó de rodillas , había llegado.
Sintió sus manos calientes y sus pupilas dilatarse.
Todos la veían.
Se escucho algo
El silbido
Oh no
Debía irse, pero no pudo.
Sonrió malévola.