Abrió los ojos de golpe.
No recordaba nada.
«Otra vez»
Miro a su alrededor.
Tembló inconscientemente.
Ella nunca lo hacía. Eran ellos lo que lo hacían, sus víctimas.
Aun estaba en la habitación del él.
Su cama.
Llena de sangre.
—oh no... No,no no, otra vez no— sollozó. Cayo de rodillas frente a su cama.
Miro sus manos.
Sangre.
Cerro los ojos con fuerza.
—Noa— escucho decir.
Era el, maldita sea era él.
Estaba vivo.
—Noa— volvió a llamar.
Se puso de pie en un santiamén.
—¡ya voy! ¡¿donde estas?!- grito mientras salía.
Corrió por todo el pasillo que tenia enfrente.
Paro en secó.
«¿Corre?»
¿Por que había eso escrito?.
No le dio tanta importancia.
Miro a su derecha.
Lo vio de espaldas.
Se acercó a él, puso su mano en el hombro ,éste se giró.
Ella jadeo y se alejó. Eran ellos.
Quiso correr pero la tomaron del pelo y la arrastraron por el suelo.
—recuerdalo, esto es tu culpa. Es lo que tu provocas. Solo destruyes...matas. Miralo bien oscura Noa...siempre sucederá lo mismo—dijo una voz varonil en su oído, Rafael.
Sintió como un fina hoja de plata se colocaba en su garganta.
Quiso invocar algo, añoraba que las sombras la poseyeran ahora.
Pero algo no la dejo.
Escucho pasos, se tenso cuando los vio.
Esos ojos azules viendola.
Y dos jodidos ángeles.
Lo tenían. Forcejeo pero no podía salir del agarre que la aprisionaba.
Uno de ellos lo tomo del cabello e hizo que gruñera de dolor, su cuello quedo expuesto.
Se desespero.
Lágrimas empezaron a salir de sus ojos.
Un ángel saco una daga.
—son unos hijos....— quiso decir pero el ángel apretó mas su agarre en su cabello.
—shuu shuu, eh demonio, cuida tu boca—
Sintió el cuchillo cortar su piel sensible.
Fijo sus ojos en los de él .
Estaba arrodillado, con los ojos puesto en ella.
— lo siento —susurro ella.
—tranquila cariño, todo estará bien, te amo—Dijo mientras sonreía de esa manera que solo él sabía.
—yo también te amo — respondió, se echó a llorar.
Él le sonrió.queriendola reconfortar pero duró poco.
Abrió mucho los ojos, y un jadeo salio de sus labios.
—no, noooo — grito
Las lágrimas le nublaron la visión, pero aun así lo vio.
El cuchillo ir alrededor de su cuello.
Él cayendo al suelo.
—Ahora tu turno—
Sintió el cuchillo en su piel.
—¡noooooooo!—gritó.
Lloro.
Miro su habitación.
Una pesadilla.
O mas bien
Un recuerdo...