Noches de diversión

Capítulo 17

Viernes 26 de mayo del 2017 (Última noche)

Había acordado con Shannon que esta noche yo no asistiría a la fiesta, pero ella insistió demasiado y me convenció, soy débil.

La mamá de Shannon dijo que trabajaría desde las 10 de la noche hasta las 8 de la mañana. A mi amiga se le presentó eso como una oportunidad para hacer una fiesta en su casa.

Invitó a las mismas personas que siempre van a las fiestas, algunas se me hacen conocidas, otras no las conozco o no las recuerdo. Todos vestidos de los años 50's, esa es la temática de la fiesta.

Para comenzar la diversión jugamos «Yo nunca nunca».

—Nunca he jugado esto —mencionó un chico rubio.

—Te explico —dijo Shannon—, si yo digo «Yo nunca, nunca he probado el alcohol» las personas que lo han hecho deben tomar un trago de vodka y los que no lo han hecho no tienen que hacer nada.

—Fácil. Comienzo —comentó un muchacho de cabello casi negro y ojos hipnotizantes—. Yo nunca nunca le he mentido a alguien diciendo que no me gusta.

Obligada, tomé un trago. Le había mentido a Andrew alguna vez, que por cierto tenía unos ojos iguales a los de este chico, pero me daba miedo perder nuestra amistad por completo y nunca dije la verdad.

—Sigo —dije—, yo nunca nunca he bebido tanto hasta olvidar todo sobre la noche anterior.

Me sorprendió ver como varias personas tomaban su trago delatador, igual que yo.

—Yo nunca nunca he engañado a alguien en una relación.

Shannon, un chico y la chica que lo dijo tomaron un trago.

—Yo nunca nunca he drogado a alguien en contra de su voluntad.

Nadie tomó.

—Yo nunca nunca he llorado por alguien.

La mayoría tomamos un trago, mi mente fue directo a mi mamá y tal vez mi papá.

El juego siguió hasta que tomé suficiente vodka para estar segura de que la mañana siguiente olvidaría casi todo.

El muchacho de los ojos hipnotizantes se acercó a mí y me dio un trago, lo acepté y él dijo—: ¿Cuál es tu nombre?

—Alessia —respondí—, ¿y el tuyo?

—Mi nombre no es relevante por ahora —comentó. Estaba segura de que ya había escuchado esa frase alguna vez.

—¿Entonces cómo me puedo referir a tí? —pregunté.

—Llámame Asesino.

—¿Qué? —Las cosas se empezaron a distorsionar, yo estaba mareada y no tenía idea de lo que estaba pasando. Caí.


 


Al principio estaba muy desorientada, pero luego de cinco segundos me di cuenta de que era el garaje de la casa de Shannon.

Mi amiga estaba junto a mí, con las manos atadas y con el maquillaje corrido de tanto llorar. Yo tenía las manos atadas de la misma forma y una cinta sobre mi boca que no me dejaba hablar.

El chico de los ojos hipnotizantes estaba sentado frente a nosotras. Hablaba por teléfono con alguien y cuando terminó se atrevió a reír a carcajadas.

—Bien, bien —mencionó—. Es bastante satisfactorio tener todo bajo control.

—¿Quién eres? ¿Por qué nos tienes aquí? —dijo Shannon entre sollozos.

—Parece que la anfitriona no conoce bien a sus invitados. —Él hizo un puchero—. Soy tu asesino Shannon.

—¿Nos vas a matar? —preguntó ella.

Mi corazón se aceleró esperando su respuesta, aunque él ya había dicho «Soy tu asesino».

—No, solo te voy a matar a tí, querida.

Empecé a lamer la cinta para que perdiera su goma, necesitaba poner a este imbécil en su lugar. Cuando la cinta cayó dije—: ¿Y cómo pretendes matar a Shannon y dejar a tu testigo viva?

—Cariño, tengo todo bajo control, como ya dije. Shannon estará muerta para mañana a primera hora y tú no vas a recordar nada de esto gracias a la droga que administré en el trago que te dí.

—¿Por qué vas a asesinar a Shannon?

—Porque es tu mejor amiga.

—Ya he sufrido lo suficiente, si lo que quieres es hacerme sufrir.

—¡Oh, no! —exclamó sarcástico—. No tienes idea de lo que yo he sufrido gracias a tí.

—No tengo idea de quién eres.

—Claro que no, cambié mi físico completamente... Bueno, tal vez no todo.

—Deja a Shannon y mátame a mí.

Intenté salvar a mi amiga, pero sabía que era imposible, este hombre tenía claro su objetivo: Hacerme sufrir el resto de mi vida. Asesinándome no lo lograría.

—¿Acaso estás bromeando? ¿Dónde queda la diversión?

Shannon no paraba de llorar, iba a irritar al hombre muy pronto y él acabaría con ella.

—Puedo perfilarte, llevé un curso de criminología.

—Y yo soy asistente de un ingeniero civil, pero nuestras profesiones no pueden cambiar nada aquí, las cosas serán como yo las planeé y listo.

—Podría decir todo sobre tu vida, pero no logro saber porqué quieres hacerme sufrir.

—Ojalá tuvieras idea, pero si no lo descubres tú sola, no lo diré.

Él tomó a mi amiga de un brazo y la sentó en la silla.

—¡No por favor! ¡Déjame! —gritaba Shannon.

Mi corazón se partió, deseaba acabar con este hombre.

—¿Oyes eso? Suplicando por su vida, ¿tienes idea de la cantidad de satisfacción que eso me da?

El hombre salió del garaje y yo me levanté rápidamente. Con mis manos atadas, intenté desatar las de Shannon.

—Tranquila Shay, vamos a salir de esto.

Terminé de desatar su manos y ella me abrazó. En ese instante, entró él. Me separé rápidamente de Shannon y le arranqué unos cabellos sin querer.

—¡¿Qué carajos están haciendo?! —gritó él—. Alessia, siempre creyendo que eres más inteligente que los demás, pero la realidad es que eres una estúpida.

Ató a Shannon de nuevo y se acercó a mí, demasiado. Tanto que choqué contra la pared y aún así podía sentir su respiración.

—Estúpida —susurró.

No podía contener más mis lágrimas de enojo, pero tampoco me podía mostrar débil.

—Como veo que están un poco impacientes, vamos a acelerar un poco las cosas. —Caminó hasta Shannon y apuntó con un arma a su cabeza.

—¡No! —grité—. Considéralo, todas las personas allá afuera se darán cuenta de que asesinaste a una mujer.



#8325 en Thriller
#4808 en Misterio

En el texto hay: asesinatos, misterio, recuerdos

Editado: 11.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.