A penas le colgué a Seokjin me sentí perdida, ¿Cómo ignorar a Tae? ¿Cómo ignorar a mi primer amor? Pero por fin me di cuenta de algo; Nada es para siempre, el café se enfría, el cigarro se apaga, el tiempo pasa y las personas cambian.
Sin embargo, es demasiado temprano para juzgar o tomar una decisión, podría ser un error, podría haber otro panorama de lo ocurrido, así que no crearé una película en mi cabeza y fingiré no haber presenciado nada.
Pero antes llamaré a Irene, otra gran amiga, quizá ella me dé uno que otro consejo, pues ha tenido mayor experiencia que yo.
-Hola querida, ¿Cómo estás? ¿Por qué me llamas? -Dijo Irene con una notable preocupación.
-No es nada, te quería preguntar algo… ¿Qué haces cuando tu novio te “engaña”?
-Hmmm, es difícil, puedes tener muchas alternativas, como, por ejemplo; tirarle agua en la cara, vengarte o algo similar. Pero si no estás segura es mejor que esperes, el tiempo te dirá que hacer, solo no dejes que te utilice ni te haga sentir menospreciada, sé fuerte y en caso de ser necesario acaba la relación.
-Vaya, gracias. Adiós.
No sé qué quiero hacer, pero por ahora fingiré que no sucedió nada y esperaré que él solito confiese.
Me arreglé y llegué al lugar como si nada sucediera, tenía la mirada en alto, con mis tacones hice resonar el suelo y sin dudar robé más de una mirada, pero antes de que me sentara junto con Taehyung, un chico me tomó delicadamente la mano, me miró fijamente y procedió a decir –Señorita, acabo de verla y me sorprende su belleza, me encantaría tenerla cómo portada de la revista de Prada- Yo solo sonreí y asentí.
-Es un placer conocerlo, aunque por el momento me encuentro acompañando a un amigo para hacer un negocio, por tanto, me encuentro ocupada- Dije con un poco de prisa.
-Discúlpeme por no decir mi nombre, soy Lorenzo Bertelli, CEO y cofundador de Prada- Me observó con una gran sonrisa y de su pantalón sacó la tarjeta de presentación y dijo -Mira, aquí está mi número y la dirección de mi oficina, si necesitas algo, puedes llamarme-
Cuando Taehyung se dignó a observarnos, puede ver al mismísimo infierno en sus ojos, estaban prendidos en fuego y sin dudarlo vino casi corriendo y espetó –No te le acerques, ella no quiere nada de ti- Y me tomó bruscamente de la mano, para luego dirigirnos a la mesa de los comerciantes.
Yo no dije nada y me mantuve en silencio, quería ver el momento perfecto para atacar, definitivamente necesito a Seokjin, con él me siento invencible.