Nubes de amor

13|Estás más guapa, callada

Savannah Smith:

Ando por los pasillos, paso por la puerta de la cafetería y suspiro.

Llevo desde la clase de teatro de la primera hora, evitando a Félix.

« Eres hermosa» dijo.

Sacudí lo cabeza, disipando la escena produciéndose en mi mente.

Decidí que sería mejor, que me fuera a sentar a los a las pequeñas gradas que habían, sabía que ha está hora todos estarían en la cafetería, y solo necesitaba estar tranquila.

Cuando salí y respire el aire fresco, me senté y dejé la mochila en el suelo.
De la mochila, saque mi merienda y la cámara.

— Por fin, un poco de tranquilidad.

— ¿Qué haces tú aquí? — di una respingo, y por poco se me cae la cámara. Miré detrás de mí y allí estaba la persona que menos quería ver en este momento.

— Que susto, me has dado. Debería preguntarte lo mismo. — le respondí, el estaba fumándose un cigarrillo, el humo escapando de sus labios, no dejaba de mirarme fijamente con sus ojos negros clavados en los míos —. Solo he venido a estar sola, pero va a ser que no es posible.

Giré mi rostro, y seguí comiendo.

Miraba las fotos que tenía en la cama, note como se sentaba al lado mío, no lo mire simplemente seguí a lo mío, como si no hubiera nadie al lado mío, que me estaba mirando como si no quisiera perder detalle de los movimientos que hacía.

Termine de comer mi bocata de nocilla, y cogí unas galletas de chocolate, no podía dejar de deleitarme con cada mordisco que daba.

El silencio, no era incómodo.

Termino de fumarse su cigarrillo, y escuché como lo tiraba y pisaba.

— No sabía que te gustaba fotografiar cosas — su voz era ronca.

— No sabes nada de mí — y era verdad.

Note como sus dedos fríos hacían contacto con los míos, y me quitaba la cámara de las manos.

— ¿Pero, qué haces? — le pregunté, intentando recuperar mi cámara, pero sus brazos eran el doble de grandes, comparados con los míos, así que desistí —. Eres frustrante.

— Ya y tú eres un cielo — miraba las fotos, me acerqué a él para cerciorarme de que no eliminaba ninguna de ellas — Eres buena.

— Me lo tomaré como un cumplido. Nunca pensé que fueras capaz, de decir un cumplido hacia alguien.

No respondió, siguió mirando.

Saco otro cigarrillo, y palpándose los bolsillos de los pantalones sacó un mechero.

— ¿Sabías que fumar mata? — le dije, intentando coger mi cámara. — El dióxido de carbono que se cuela por tus pulmones, te irá matando.

Termino de encenderlo, y aspiro el humo, y después lo expulsó con delicadeza.

Volvió a hacer el mismo proceso, pero fue demasiado tarde, porque lo expulsó en mi cara. Note como se, metían en mis ojos.

— ¡¿Pero, qué haces!? ¿¡Eres gilipollas?!— exclamé tosiendo.

— ¿Y tú sabías, que callada te ves más guapa? — me dice con su voz ronca. Sus ojos miran a los míos — Genio, en las cajetillas lo ponen. Y es algo ilógico ya que muere antes la gente que no fuma que quién lo haga.

— Si quieres morir, anda y hazlo. Un idiota menos en el mundo. No se te echara en falta. Y eso que has dicho, no se puede probar en todos los casos, ya que mueren al año un montón de personas que fuman.

— Jaja, me llamas idiota y casi no me conoces — escucho como su pecho sube y baja, y sus ojos negros de achican. — Pensaba que tenías más vocabulario, idiota ha sonado infantil.

— Pensaba que eras un inexpresivo, que no sabía reír o mostrar sentimiento alguno — me miró, con una media sonrisa en el rostro. —Y no soy infantil, mi vocabulario es muy extenso, lo único que te estoy haciendo es un favor para herir tu dignidad — me crucé de brazos.

Expulsó el humo en mi cara. De nuevo.

— Ya basta, ¡¿Quieres que me ahogue con tu humo?! — le digo furiosa.

— No, solo quiero que te des cuenta de que callada, estás más guapa. — mira la cámara y ve una foto que le llama la atención, o eso es lo que creo ya que levanta la ceja —. ¿Está eres tú?

Me acerco y miro lo que está viendo.

Soy una yo a los 16 años, en esa foto estaba en la playa con la parte de arriba del bikini, y unos pantalones cortos.
Estaba sonriente, me acuerdo de que ese día, mi hermano propuso que fuéramos a la playa, invito a unos amigos, y yo a los míos.
Me acuerdo de que antes no era tan fría, me llevaba bien con algunos de los amigos de mi hermano, pero siempre tuve más confianza con mis mejores amigos de toda la vida.

— Sí, soy yo. Ese día fue genial — sonreí, pero la sonrisa no me llegó a los ojos. En esa foto, nos veíamos todos tan bien, mi hermano y mi mejor amiga me agarraban de la cintura, Byron salía al lado de Emily poniéndole los cuernos, y se encontraban otros amigos de mi hermano.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.