Nuestra pequeña

14

—¿Qué haces aquí?.... ¿Qué te paso?

Una extraña e inesperada Tiffani está parada justo en frente de mi, a las tres de la mañana en piyama y algo demacrada, además hay una señora detrás de ella que se ve peor que Tiffani.... Mucho peor.

—Yo... ¿Puedo...?

—Si claro, pasa —me hago a un lado.

Las tres caminamos hacia los sillones y nos acomodamos en ellos.

—¿Desean algo para tomar?

No me agrada tenerlas aquí, mucho menos a esta hora pero se ven muy mal.

—Emma en verdad perdóname por todo esto, pero no tenía a donde ir.

—¿Quién? —miro hacia la señora que solo miraba sus manos nerviosa y avergonzada.

—Es mi mama. Mama ella es Emma, vamos juntas a la universidad.

—Hola —le digo.

—Hola ¿Cuantos meses tienes?

—Hace unos días comencé con el quinto mes.

—¿Sabes su sexo?

—Mama por favor.

—Es niña Respondo.

—Sé que no somos amigas, y que soy una perra contigo, pero necesito ayuda... Nosotras, no mi mama solo mi mama la podrías aceptar solo esta noche.

—¿Que sucedió? No entiendo.

—Es mi culpa —dice su mama— Soporte mucho a ese hombre, me di cuenta muy tarde que debíamos irnos.

—¿Podría mi mama quedarse aquí? Por favor, no quiero verla dormir en un motel —inclina su cabeza con vergüenza.

Me levanto y digo.

—Tengo una habitación de invitados para usted —me dirijo a su mama— y Tiffani puedes dormir con ella, aunque la cama quizás no quepan bien las dos, puedes dormir en este sillón.

—No, yo iré a otro lado.

—Claro que no, quédate, enserio.

La señora se acomoda en la cama y Tiffani decidió dormir en el sillón.

—Sé que en este momento doy lastima ¿Pero por qué me ayudas?

—No soy tan rencorosa. Mi mama solía decir que todos merecemos una segunda oportunidad, no tuve una infancia del todo buena, se podrá decir que se lo es tener miedo de alguien que abusa de ti.

—Gracias.

—Duerme bien.

—Igualmente.

...

Me despierto por el ruido de platos y lo más probable que tazas también dando contra el suelo.

Me levanto y me cubro con una bata. Camino por el pasillo hasta la cocina donde se escucha a Tiffani retando a su mama.

—¿Quieres romper todo? —le dice sumamente enojada.

—Solo quería hacer el desayuno para agradecerle.

—Buenos días —digo al entrar.

—Buenos días —sonríe la señora.

—Disculpe, pero anoche no me dijo su nombre.

—Soy Aida.

—Un placer conocerla —extiendo mi mano hacia ella.

—Igualmente, y Emma en verdad muchas gracias y perdón por lo de ayer.

—No se preocupe ¿Durmió bien?

—Si gracias, si no te molesta me gustaría hacer el desayuno como una forma de agradecerte.

—Me encantaría, ya me aburrí de como cocino yo.

—Perfecto.

Tiffani me hizo una señal para seguirla cuando su mama volvió a concentrarse en lo que hace para el desayuno. Solo espero que no quiebre nada más.

—Lamento todo esto, cuando se le mete algo a la cabeza nadie se lo saca.

—Me suena a alguien que conozco —digo refiriéndome a ella.

Sonríe por mi comentario.

Me quejo un poco inclinándome hacia adelante, Tiffani me ayuda sentarme.

—¿Qué pasa?

—Es Emily que le encanta bailar dentro de mí.

—¿Te duele la espalda?

—Si bastante, no me deja dormir mucho últimamente.

—Sabes en verdad lamento todo lo que te dije.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.