Nunca digas jamás.

Capitulo 5º Alma libre

Llevaban unos meses de casados, y Scarlett para estar más acompañada se había llevado a su Nana Margarita, trabajaban en la casa.

La encargada de cocina Mariana, es una mujer morena de piel de ojos negros, de cabello negro, trabajadora y muy simpática, de cincuenta y seis años.

La cocinera Daniela una mujer joven de treinta y nueve, unos ojos alargados de color verde esmeralda, un cabello de color castaño hasta la cintura, con una bonita figura, simpática, con carácter y un poco chismosa.

El mayordomo Alejandro un joven conquistador, que está acostumbrado a romper corazones, alto y con un bonito cuerpo, un trasero respingón que llamaba la atención, con sus veinte nueve años recién cumplidos.

Scarlett se levantó de la cama a las doce de la mañana, y se asomó por la ventana, con su corto camisón blanco con transparencias, sabía que, Alejandro siempre estaba al tanto, y le gustaba provocarle, Scarlett llamo a gritos a Margarita.

Dark todos los días, para las siete de la mañana se va a New york a trabajar.

—¿Dónde, estabas Margarita? Sabes que todos los días, a estas horas me levanto, y cuando te llamo, ¡te quiero aquí al momento!

—¡Perdone, señora! Fui un momento al jardín, para cogerle unas rosas frescas.

—¡Échame agua en el jacuzzi! Que no esté muy caliente, y que vayan preparándome el desayuno Daniela, que seguro, que está haciendo el vago, como si lo vería...

—¡Si, señora! Ahora mismo voy.

Margarita bajo corriendo las escaleras, para que Daniela le prepararía el desayuno.

—Vete preparando el desayuno para la señora, date prisa, que ya sabes cómo se pone la señora.

—Si empiezo a preparar el desayuno se le enfría, y tampoco lo quiere frio, además se queja por todo, Margarita tú lo sabes mejor que yo, nunca he conocido alguien como ella.

—¡Cállate, te va oír! Se que la señora es especial.

—¡Especial, dices! Si no hay quien el guante, a mi si me sale otro trabajo me voy de aquí, no tengo la menor duda.

Scarlett bajo en silencio, para que nadie la pueda oír, siempre va con picardía, le gusta entrar en la cocina, para ver que hacen los criados, como los llama ella.

—¡Buenos día señora! Hoy amaneció, más guapa que de costumbre, no estará usted...—Dice Mariana.

—¡Mariana, no vuelvas a decir eso! No pienso tener hijos, no me gustan, y meten mucho ruido, además no hagas que me enfade es muy temprano.

Le faltó tiempo, para contestar a Daniela, no podía estar callada.

—Pues los años pasan rápido, y después no podrás... A mí me gustan los niños.

—¡Daniela! ¿Te he preguntado, yo a ti que piensas? Eres una chismosa, haz tu trabajo, y guárdate tus opiniones criada.

Daniela no le contestó a semejante contestación, porque le hubiera dicho cuatro palabras, y no iban a ser muy bonitas...

Scarlett salió al jardín y se sentó, para desayunar, Alejandro está lavando uno de los coches de Dark, enseguida vio a Scarlett, y se acercó a ella.

—¡Buenos días! Señora, luce más bella, que las rosas de este hermoso jardín, deslumbra como el sol....

—Jajaja, ¡muchas gracias! Alejandro, eres todo un caballero, tendrás muchas pretendientas, llevaras locas a muchas chicas....

—¡No! Señora, soy un humilde trabajador, y las chicas quieren otra cosa, además yo busco una señora de verdad, como usted.

—Me temo que eso es difícil, yo soy única, jajaja, y ya estoy felizmente casada.

—Si se aburre, o necesita compañía ya sabe aquí me tiene.

Alejandro se fue, para seguir lavando el coche, le había sido muy directo y le había propuesto ser su amante, ¿Por qué? ¿No? Todas estas mujeres, es lo que quieren pensó.

Dark estaba en la oficina cuando le sonó el teléfono.

—¿Si, dígame? ¿Quién, es?

—¡Soy, yo! Dark, tu padre, acaban de ingresar a tu madre en el hospital, ¡Ven cuando puedas!

—¡Voy ahora mismo! Papa.

Dark salió de la oficina rápido y cogió su coche, su madre llevaba tiempo enferma, y estos últimos meses, se encontraba algo más delicada, llamo por teléfono a Scarlett, para avisar que no iría a comer.

—¡Scarlett amor! Han ingresado a mi madre en el hospital, voy para allí ahora mismo, no me esperes a comer, te llamaré dentro de un rato, ¡Adiós amor!

—¡Hola, cariño! No te preocupes, ve con tu madre, yo puedo comer sola ¡Adiós amorcito!

Colgó el teléfono Scarlett, Tenia mala cara....

—¡Tienes mala cara! Mi niña, ¿Qué es lo que pasa? Te han dado malas noticias, escuche el teléfono.

—¡Hoy tendré que comer! Sola Nana, la madre de Dark la han ingresado en el hospital, ¡Esa mujer, siempre dando guerra! Lleva enferma media vida.

—¡No digas eso! Mi niña, pobre mujer, la verdad que ha tenido que tener una vida dura, dios la tenga muchos años entre nosotros.

—¡Nana, no digas eso! Solo me faltaba, que duraría mucho tiempo.

Margarita se presinó, y movió la cabeza, ¿Como es posible, que no sienta compasión? Así, no la he criado yo, tan despiadada con las personas, parece no tener corazón, pensó.

Margarita volvió a sus quehaceres, aprovechando que Scarlett estaba en el jardín, para hacer la habitación.

—¡Mariana! Ven aquí. —Gritó Scarlett.

—¡Si, señora! ¿Que desea?

—¡Hoy, solo comeré! Yo, dile a Daniela que me prepare algo diferente, pescado o carne, pero a la plancha, con una buena ensalada, no se te vaya a olvidar, que nos conocemos ya...

—¡Si, señora! Ahora mismo se lo digo.

Mariana entro para la cocina, y allí estaban Daniela y el joven Alejandro, como siempre tirando piropos, para ver a quién podía engañar y llevársela a la cama, era un auténtico mujeriego.

—¿Qué haces aquí? Alejandro, no se te ha perdido nada, en la cocina ¡Fuera de aquí!

—¡Tranquila, Mariana! Vine a beber un poco de agua, fuera hace un calor insoportable, ya me voy mujer, no hace falta que te pongas así, como una gata salvaje jajaja.




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