Capitulo 36 "Triste realidad"

El vacío que se ha formado en mi interior están grande que puede convertirse en un agujero negro, un agujero que carcome mi alma, la destruye y la lleva a la tinieblas, quiero pensar que es un sueño, pero despierto y es la cruda realidad.
 

KEDAE
 

Narra Diego.

Me sentía tan impotente, lleno de rabia, devastado, cuando Sandra perdió a nuestro primer hijo sentí un vacío no lo niego, pero ver sufrir a la mujer que amó no se compara, se que no había un embrión y que por ende Dalia podrá superar pronto su condición, pero el problema es que no se como ayudarla, ¿cómo podré ayudarle si debo regresar a la ciudad? ¿Cómo carajos?.

En verdad agredeci las palabras de aliento de David después de todo en algo tiene razón si en verdad estamos destinados a estar juntos esto solo será una prueba, una dolorosa prueba que para todo hay un tiempo.

Talvez tiene razón y por algo han pasado las cosas, debo ser fuerte y sacar a Dalia adelante, pues puedo imaginar cómo se ha de sentir.

—Dalia ha despertado y está pidiendo verte Diego—

—Gracias por todo David.—

Me dirijia a la habitación donde tenían a Dalia, por el tipo de intervención su estancia era hambulatoria, por lo que en lo que David se haría cargo de los trámites hospitalarios para que pudiéramos salir del hospital, ya me había encargado de la factura ahora solo era trámites y papeles.

Me sentía nervioso, no sabía cómo reaccionaria Dalia, tenía que estar fuerte por ella, pero esa barrera se desplomó cuando entré y la vi llorando recostada en la cama.

No sabía que palabras decirle por lo que solo me acerqué a ella y la abraze, mientras lloraba con desesperación y yo de impotencia.

—Tal vez después de todo no estábamos destinados a estar juntos, el destino nos jugó chueco Diego, ya no hay nada que nos una, nuestra muestra de amor se esfumó con este bebé que según dice el médico nunca existió.—

—No amor, todo lo contrario talvez esta es la prueba que necesitamos para demostrarnos a nosotros mismos que no habrá poder humano sobre la tierra que nos pueda separar—

—Diego de verdad ¿crees todavía en eso?. ¿Crées poder rescatar lo que un día tuvimos?, ¡Eso es imposible Diego!—

—Tu lo haz dicho es imposible rescatar lo que tuvimos antes, pero el sentimiento de amor sigue presente, y los simientos están puestos, Dalia yo te amo, de verdad...—

—Diego no es momento para hablar de esto, no me siento bien,—

—¿Estás bien quieres que le hablé a un médico?—

—¡No!, no es necesario me duele el alma y para eso no hay medicina—

—Disculpa que los interrumpa, pero ya me han dado la alta de Dalia, ya podemos irnos—

—Gracias David, puedes esperarnos afuera necesito hablar con Dalia—

—No Dav, no es necesario ya he dicho todo lo necesario por el momento,—

—Necesito ir por una silla de ruedas para sacar a Dalia, en un momento regreso—

Decidí salir de aquella habitación ver a Dalia tan mal me dolía pero su indiferencia de verdad era un más dolorosa, se que está pasando por un momento difícil, pero no sé si podré con este peso.

Narra David

Puedo entender que todo esto es muy difícil para Dalia, en verdad se me parte el alma verla sufrir de esa manera, su mirada se ve frío, triste, distante el único brilló que puedo ver en sus ojos es el brillo ocasionado por sus lágrimas que salen de manera involuntaria.

Diego también se veía mal, y para mí punto de vista Dalia estaba siendo un poco egoísta, talvez yo no pueda entender del todo su dolor pues dicen que las mujeres tienen ese conexión desde que se enteran de su embarazo, pero es este caso Dalia estaba siendo muy dura con ella misma y la vez con Diego, ninguno de los dos había tenido la culpa de que su embarazo fuera anembrionario, ellos solo querían este juntos, pero no pueden construir su futuro de un espejismo, pues eso ha sido su relación, un espejismo dónde les ha faltado madurar como pareja.

Ahora es tiempo que ambos mediten que es lo que realmente quieren.

—Se lo difícil que debe ser para ti Diego,  pero te pido que tengas paciencia Dalia está lastimada, herida, dolida, tenía tanta emoción por tener ese bebé.—

—Lo se y de verdad estoy siendo paciente pero me duele que me evada tengo miedo que me aleje de su vida,—

—Sea lo sea que ella decida debes de reportar su decisión, no puedo hacer que sus heridas sanen de la noche a la mañana.—

—Lo se y en verdad te agradezco tu consejo, pero no me alejare de ella, la amó como jamás creí llegar a amar a alguien, ¡David ella es mi vida!—

Por difícil o loco que fuera sentía compasión por Diego puedo ver en sus ojos que realmente ama a Dalia, puedo ver qué también está sufriendo.

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Narra Dalia...

Ha pasado una semana y hoy es mi cita con el ginecólogo para ver cómo voy evolucionando, Diego sigue conmigo ha estado al pendiente de mi, no me ha dicho cuando regresará a la ciudad de México, de verdad me es difícil ser más amable con él pero me siento tan fastidiada, mañana debo regresar a la escuela, francamente no tengo ánimos de nada... Trato de dormir para ver si al despertar todo sea un mal sueño, que sea una pesadilla, pero no lo logró sólo hacen que mi agonía aumente pues sueño con un bebé que jamás existió, todo lo que tuve fue una bolsa vacía como yo me siento en estos momentos, y al despertar me doy cuenta que es todo una triste realidad.

Aveces quisiera dormir y no despertar, dormir en un sueño eterno, o talvez olvídarme de todo aquello que me ha lastimado.

—Dalia Monzalvo, pase por favor—

Voy de nuevo a esa pesadilla, donde todo empezó... El médico dice que todo va bien, pero yo no me siento bien.
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Estoy cansada, fastidiada, ¡por Dios me volveré loca ya no puedo con este dolor!

— Haz oído amor, todo va bien, verás pronto estarás recuperada—