–Mamá –Liam se acerca a mí –Dime hijo –Él toma asiento aun lado de mí y pone su cabeza en mis piernas, pegándola a mi vientre –Ann me dijo que no tenía ningún pretendiente y que nadie iba venir de Canadá –Trato de no reír pero me es imposible así que termino riéndome
–Mamá –Dice mirándome a los ojos –Si no te decía eso jamás te ibas a llenar de valor para decirle a Héctor lo que sientes por su hija
– ¿Sabes lo que sentí cuando me dijiste que otro la quería? –Dice sentándose bien –En parte fue verdad, hay un chico que la quiere pretender haya en Canadá pero pues ese chico no se quiere animar a venir
–Pues pobre, ahora Ann es mi novia y no creo dejarla pronto –Alza sus hombros seguro de sí mismo y me alegra que así sea –Oye, ¿Lo que dijo Héctor en la mesa es cierto?, ¿Te llego a tratar mal? –Volteo a otro lado –Si, pero era porque me negaba a estar con él, al principio si me cautivo su imagen y todo pero cuando lo fui conociendo no me gusto para nada, lastimosamente para cuando él me dejo yo estaba completamente enamorada de el
–Espero tener la suficiente voluntad como para jamás dañar a Ann –Sonrió ante su comentario –Vaya, quien diría que el rompecorazones Liam Korsakov se enamoraría un día –Él me sonríe –Mamá, quiero decirle otra cosa, como ya sabe comencé a entrenar –Asiento –Mi entrenador dijo que podía llegar a ser un peleador extraordinario y que necesitaba que le pusiera más esfuerzo a los entrenamientos
– ¿Pero? –Pregunto al ver que no se animaba –Pero paso lo de papá, el testamento, las empresas y no sé si tenga tiempo para todo eso
–Si tú quieres ser peleador, hazlo, no dejes de luchar por tus sueños, si necesitas tiempo, podría contratar o decirle a alguien que era de confianza de Steven que se haga cargo de la empresa, de igual forma estoy mirando el quien poner para administrar las demás empresas, la sede necesita a alguien que en verdad sepa y Héctor creo que es un buen candidato, soy doctora en muchas ramas de la medicina, tengo ya dos hospitales que yo administro pero no me hago cargo de ellas, siento que una sede es mucho más que eso
–Pero Héctor tiene su propia sede en Canadá –Asiento –Si, pero dijo que la movería hasta acá porque se iba a venir a vivir temporalmente –Oh –Dice – ¿Cree que él tenga gente capacitada para llevar y hacerse cargo de mi empresa? –Asiento –Supongo que sí, si quieres le pregunto y si acepta te aviso –Me abraza y vuelve a poner su cabeza en mis piernas, donde se queda dormido
[…]
–Bien, está bien, no te vayas a poner nerviosa, todo saldrá bien, en menos de lo que esperas ya tendrás a los bebes en tus brazos así que…
–Basta Héctor, recuerda que ya tuve un embarazo, sé que hacer, bueno en realidad no, a Eli la tuve por parto natural y no por cesárea –Entrelaza nuestras manos –Estoy muy nervioso –Dice después de que me besa la mano
– ¿Enserio? –Digo divertida –El que debería de respirar eres tú, estaré bien –Me sonríe y aparca el auto
Hoy es el día de la cesárea, ya tengo 8 meses de embarazo, estoy feliz y triste a la vez, por fin tendré a mis bebes en mis brazos, es muy triste que Steven no los haya conocido, ahorita estuviera igual o peor que Héctor, muy emocionado por mirar por primera vez a sus pequeñitos
–Recuerda que estaré contigo –Asiento, sale del auto y da la vuelta para ayudarme a salir, en la entrada ya se encuentran esperándonos, apenas nos miran y se acerca la enfermera Alejandra con una silla de ruedas
–Hey, buenos días ¿Nerviosos? –Asentimos los dos –Era de esperarse, Señor Montañez en unos minutos vendrán por usted, tengo que llevármela para alistarla a todo –El asiente y la enfermera comienza a moverme
–Esperen –La enfermera se para y me da la vuelta para saber qué es lo que quiere Héctor –Eres la mujer más fuerte de este mundo, todo saldrá bien, Steven estará presente lo siento aquí –Dice tocándose el pecho donde está el corazón, te amo Andrea Jamás lo olvides –Se acerca y me da un beso, ese beso que siempre desee, ese que no me dejaba dormir porque era muy anhelado, ese que no se dio desde hace 2 meses
–Nuestro primer beso como novios –Dice separándose de mi –Yo también te amo –Contesto mirándolo a los ojos –Bueno si no hay más que decir es hora Señora Korsakov –Héctor se despide y me meten a un cuarto donde comienzan a hacerme chequeos para ver si es hora
–Eres lo que tanto soñé, siempre pensé que me casaría con una hermosa mujer, fuerte, amable, cariñosa y mira que lo he conseguido, Jamás me arrepentiré de haberte rogado tanto –Me da un beso en la frente, estamos frente a la torre Eiffel
–No me rogaste tanto hombre –Digo riéndome –Lo sé pero lo poco que te roge –Dice abrazándome –Te amo bonita
#40834 en Novela romántica
#6727 en Chick lit
reencuentros apasionados, confesiones pasadas, romanticismo amor y dolor
Editado: 12.10.2019