ñuzco | Jin [mudado]

III

 

 

Somos adictos a lo que nos destruye.

 

 

 

 A todos se nos ha pasado por la cabeza el deseo de desaparecer para saber cómo sería todo sin nosotros, así no tengas ganas de suicidarte, es un mismo pensamiento que compartes con el resto del mundo. Jin se encontraba descansando de los agotadores de sus amigos, tener que compartir el lugar con ellos era lo que le alegraba la existencia, aparte de comer y ahogarse con la comida, en serio que era raro. Se recostó sobre la madera del banco y vio pasar a la chica de la otra vez, Grace. Él aún no sabía su nombre ¿Qué clase de victimario no conoce el nombre de su víctima? Que decepción para serlo. Se levantó con todas sus fuerzas y fue corriendo directamente a ella pero, alguien más se cruzó por el camino. Kim Namjoon, su mejor amigo. No lo podía culpar, ni siquiera comentó que le llamaba la atención Grace, así que se escondió detrás de un árbol para espiarlos.

 Todo era una conversación típica entre un chico... Y un chico, porque la chica no hablaba, ni lo miraba. Namjoon es del tipo de hombres educados, que les gusta escuchar, lo de ser escuchado lo incomodaba pero, este no era el caso. Le daba entender a Jin que el moreno estaba interesado también en la misma chica, que casual. Hay momentos en los que ni tú sabes cómo te sientes, eso pasaba con él al ver como todo fluía, Grace seguía como siempre y no sabía si Namjoon lo notaba. Tomó autoridad y se acercó para dejar de ver a su amigo como un tonto que conversaba con la nada.

— ¡Ey, Nam! —saludó— ¿Qué haces aquí? 

— Oh, hyung —saludó igualmente—. Estaba charlando con Grace.

— ¿Grace? —dijo en un tono de pregunta que por fin fue respondida, a pesar de no ser tan agradable escucharlo de otro hombre. Jin sonrió y miró a la chica alzando una ceja— Con que ese es tu nombre. Un gusto, yo soy Kim SeokJin —estiró su mano para que pudiera estrecharla, Grace obvio no era asiática. Ésta con un poco de vergüenza, tocó levemente su mano, Jin con energía la apretó y agitó de arriba ‘bajo. 

— ¿Y bien, Grace, de dónde eres? —continuó, Nam— No me has dicho nada desde que te hablé —sonrió y la observó con esa dulzura que, maldita sea, enamora a unas cuantas. Tristemente para Nam, la suerte entre las chicas no le favorecía por su rostro, solo sus amigos lo encuentran atractivo por la costumbre de siempre estar con él. Veamos qué tal le va con Grace, porque por lo que se nota, muy bien.

— Eh... No creo que quiera hablar contigo, Nam —entonó, Jin. No tuvo escrúpulos para pronunciar aquellas palabras que rompen la poca autoestima que le queda a Nam. 

 Grace al notar como el chico alto mordió su labio en señal de incomodidad, se vio en la ruda tarea de responder a su pregunta.

— De América —contestó en un tono dos por ciento audible pero, como ambos estaban tan atentos a ella lo escucharon fuerte y claro.

— Oh —dijeron al unísono—. Hace años fui con mi familia, es muy lindo, adoro la comida —continuó, Nam.

— No es la gran cosa —debatió, Jin.

 En los pensamientos de Grace solo pasaban las cosas que cualquier nacionalista diría si le comentaban algo de su país que no es la gran cosa. Ella no decía nada, solo seguía viendo el suelo.

— ¿Qué no? —dijo, Nam— La carne que cocinan está mejor sazonada que cualquiera en el país ¿En serio fuiste o es otro de tus intentos para juzgar? 

 Devolviendo moneda con moneda, cada quien tiene un punto al cual darle para comenzar una pelea donde uno de los corazones sale roto. Lastimosamente para Nam fue el caso, Jin ni siquiera tiene sentimientos, no tiene nada por lo cual luchar porque se sintió mal, no tiene por qué o por quién llorar tampoco. 

  Éste solo bufó y se fue, después se encargaría de separar a esos dos.

— ¿Te gustaría almorzar conmigo? —preguntó, Nam— He notado que eres tímida —sonrió tiernamente—, así nos podemos conocer y ser amigos... ¿Te-Te gustaría? —insistió.

  Grace asintió, no había nada que pensar. El chico no tenía malas intensiones con ella, le habló de lo genial del campamento, peleó por la comida de su país ¡Solo la está invitando a almorzar!; Nam no supo ocultar su emoción y siendo todo un caballero, le hizo una seña con su mano para que ella caminara primero al lugar. 

— ¿Dónde te gustaría comer? —la miró— Supongo que donde hayan menos personas —sonrió un poco en tono de obviedad. Grace sonrió igual, colocó su dedo índice en dirección oeste en el cual almorzó el día de ayer— Oh, excelente lugar, ahí compongo mis canciones.

— ¿Compones? —logró decir a penas.

— Sí —mostró su perfecta dentadura—, te alcanzo luego, iré por el almuerzo ¿Qué te gustaría?

— Papas... Y... Malteada —lo mismo que ayer.

— Unas papas y malteada vienen en camino —bromeó y se fue. Grace caminaba feliz al banco del sitio solitario.

— No te dejes engañar —dijo, la chica de anoche asustando a Grace—. Es amigo de SeokJin —cruzó sus brazos viendo como Namjoon entraba a la cafetería—, supongo que te preguntas "¿Qué tiene que ver?" Pues sencillo...




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