Neullén, Febrero del 2012
Ya era tiempo de su graduación, todos estaban emocionados porque desde ese momento, significaría el fin de una etapa muy grande para León, un chico alto, bastante guapo, y humilde. Se le veía un muy buen chico, y todos tenían una buena impresión de él, y pensaban que su futuro es brillante.
Pero no todo era rosas, León se le notaba cada día más nervioso, más inquieto, y al parecer, lloraba cada noche que llegaba a su hogar.
A todo el mundo le parecía algo normal, pues ya se acercaba el final de su época escolar, pero la realidad era distinta.
El estaba ansioso por Jason, quién era su mejor amigo desde el primer día de clases.
Mientras el tiempo pasaba, veía y sentía algo por Jason, algo que le era inexplicable con palabras.
Con el pasar de los días se dio cuenta; se había enamorado.
Pero León nunca ha dado el primer paso, nunca ha pasado algo entre ellos, y precisamente ese es su miedo, el hecho que después de la graduación, no hayan intentado nada, y además de eso, no volverlo a ver.
Faltaba 1 día para la graduación, y cada vez más se ponía más ansioso por no saber qué hacer.
Antes de el tan esperado día, se juntó con una de sus mejores amigas, Marta.
Fueron a un café, en donde le planteó su inquietud.
-¡No he hecho nada! ¡Mañana nos dejaremos de ver y yo ni siquiera he intentado dar el primer paso! ¡Tengo miedo de que eso nunca pase!- Afirmó León mientras miraba fijamente a su amiga.
-¿Ya descubriste al menos si Jason es bisexual, o algo parecido?-
-¡No! No he hecho nada... He desperdiciado todo mi tiempo para absolutamente nada....-
-¡Tengo una idea! Qué tal si después de la graduación, con nuestro grupo de amigos, hacemos que ustedes salgan por el patio, nosotros decoramos los árboles o algo por ese estilo, y ahí te confiesas.- Explicaba Marta.
-¿Y si no me corresponde?-
-Al menos lo habrás intentado.-
Y así se ideó la operación "No te vayas todavía" Simplificada con un "Operación NTVT"
Marta, con 5 amigos más, planearon todo, la idea era que durante el baile de graduación, Jason y León salieran por la parte trasera, se fueran al patio, y ahí, León pudiera dar el primer paso. Todo parecía ir perfecto.
En la noche de ese mismo día, León fue a cenar con la familia de Jason, debido a la gran conexión que había entre ambas familias.
En la cena misma, no hubo mucha acción, más que de las miradas extrañas de su padre hacia León.
Si León dirigía la palabra a Jason, se notaba que el ambiente entre el padre y él, era raro, casi amenazador.
Luego de la cena, ambos se fueron a la habitación, a conversar un momento antes de irse.
-¿Qué tienes planeado para después de la graduación?- Preguntó Jason.
-Ir a la universidad, tal vez a Santiago... No sé, ¿qué hay de ti?-
-No sé, tal vez trabajar inmediatamente... Depende, mi padre quiere llevarme al servicio militar, pero de seguro después trabajo, hago una familia, algo así.-
-O sea, ¿estarás abierto a una relación?- Preguntó León, esperando ansiosamente por la respuesta, pero claramente disimulándolo.
-Sí, sí, claro. No sé.-
Bueno, no era la respuesta que él esperaba, pero al menos había oportunidad.
León lo miraba con ojos brillosos cada momento, y seamos sinceros, Jason también lo notaba.
Hubo un momento de silencio, y Jason dejó una carta en la pierna de León.
Eran las personas más tiernas, se tomaban de la manos, se besaban en la mejilla, en realidad, ambos se querían, pero el problema era la timidez entre ambos.
Y el padre, también.