El lugar era pequeño, perfecto para la cantidad de gente que había.
Habían parejas besándose, otras bailando, y de todas las edades, padres y jóvenes, todos unidos por esta celebración.
Marta estaba con un vestido largo y rosa, le encantaba como se veía.
Ella llegó al lugar junto a su mejor amigo, León, que vestía el típico esmoquin negro.
Pero el verdadero baile de graduación comenzó cuando llegó Jason, con el esmoquin negro también.
Si bien, para Marta era un poco más de lo mismo, para León era todo lo contrario, estaba perfecto.
Los tres invitaron a sus familias, que estaban en otra zona, conversando entre ellas.
Todo iba bastante bien, hasta que las luces descendieron, y la música cambió a una muy lenta; era el momento de bailar.
León y Jason cruzaron miradas.
—¿Me concede esta pieza, caballero?—
—¡Cómo no!—
Marta, se alejó y se fue con su pareja. Estaba orgullosa que por fin ambos estuvieran acercándose más, pero lo mejor es que aún faltaba lo que le habían preparado afuera del lugar.
Todos se fueron a la pista de baile con sus parejas. Jason tomó a León de la cintura, mientras que el contrario rodeaba su cuello con sus brazos.
Habían pocas luces, música lenta, y ellos se miraban a los ojos.
Acercaron sus labios, pero sin llegar a besarse, solo hubo un roce.
—Por cierto, antes de que nos besemos por primera vez, quiero que veas esto...— Dijo León, mientras se separa del contrario por un momento. Le toma de la mano, se fija que nadie esté viendo, y lo lleva hacia al patio. Marta estaba mirando desde lejos, sabía que el plan iba a la perfección.
Cuando ambos salieron al patio, se sorprendieron, los árboles estaban decorados con luces pequeñas, pétalos de rosas en el suelo, formando un camino hasta la fuente de agua, y hasta velas habían, que indicaban el camino.
—¿Tú hiciste todo esto tú solo?— Preguntó Jason.
—Sí, bueno... Tuve un poco de ayuda.— Dijo León mientras lo miraba fijamente y caminaban siguiendo el camino de pétalos.
Ambos llegaron a la fuente, una vez ahí, se sentaron y comenzaron a mirarse fijamente.
—Creo que ya es hora... — Dijo Jason
—¿De que...?—
Antes de dejarlo terminar, Jason sujetó el mentón del contrario, se acercó levemente y cerrando sus ojos, le entregó un beso tierno, el primero de ellos, el que supuestamente tendría que ser historia.
El beso no se detuvo por nada, ellos siguieron tiernamente, mientras aún podían escuchar la música proveniente de adentro.
—Te amo.—
—Yo también.—
—Este es el mejor día de mi vida.. —
Eran caricias, besos cortos y largos, los protagonistas de la noche.
Toda esa serenidad fue interrumpida cuando un chico con sus amigos abre bruscamente la puerta del patio, y ve a Jason y a León besándose.
—¿Qué hacen, asquerosos desvíados?— Alzó la voz.
Era el chico, "Gallardo", y sus grupo de amigos.
La noche de ese momento terminó siendo todo lo contrario que una celebración..
Correderos de sangre, lluvia de golpes, gritos alzados a la luna...
Lo que se esperaba que pasara, fue todo lo contrario.
Se terminó la relación entre estos dos chicos, se terminó la humanidad, se terminó la vida de Jason.