Octógora: La Legión de los Caídos.

13. Malos Presentimientos

"Ne unicuj mediuj pal tajpia ne takamet itamakishtilis 

nemi sempa ijichna ka miki pal yaja"

"El único medio de conservar el hombre su libertar 

es estar siempre dispuesto a morir por ella"

 

(Edgar Allan Poe)

 

Los truenos retumbaban por toda la ciudad, dando la noticia de que la lluvia llegaba más que fuerte que antes, al menos el ruido de está escondía sus rastros, faltaban cuatro días para el día de todos los muertos y tenían que encontrar el plan del príncipe malvado. 

Ambos chicos seguían escondidos en el antiguo palacio de los ejekat, en la ciudad de Apanejekat, su reino, sabían que estaban en peligro si él los encontraban pero no tenían otra opción. 

Ya era de entrada la noche, así que con la ayuda de la oscuridad se movieron hasta entrar a un hermoso salón finamente decorado, ahí creían que se encontraban escritos en un cuaderno el plan que ejecutaría Dallas Schmidt. 

El chico con sigilo se movió hacia el escritorio de madera buscando el cuaderno mientras la chica vigilaba el pasillo a que no se apareciera ni él ni nadie más, en los ventanales del fondo se podía presenciar la vista un poco desfigurada gracias a las gotas de lluvias que salpicaban las ventanas de la capital del elemento viento, la ciudad de Apanejekat. 

Rodeado de grandes montañas con un clima muy fresco todo el año, era una muy bella ciudad ubicada en lo más alto de un gran cerro a los límites con la legión de los At y también a pocas horas de la gran ciudad. 

  — ¿Viene?— Susurró el chico de cabellos castaños. 

— No, aún no— Contestó de la misma manera la chica que le acompañaba. 

 Luego de buscar por las gavetas de abajo y de adentro caminó hacia la biblioteca, sacando libros al azar intentó encontrar ese libro de interfaz anticuada en la cual con Tawilmetzti habían llegado a la conclusión que tendría las pruebas de que este chico no tenía intensiones buenas. 

Tenían muy poco tiempo para encontrar dichas pruebas y llevarlas para una reunión de emergencia que había pedido la señora del viento para todos los gobernantes de los elementos el día de mañana, ellos creían que Dallas era informante de los elementos oscuros. 

Ellos querían matarlos y gobernar de nuevo el mundo, destruyendo la esperanza de que el Octógora de nuevo se estabilizará. 

  — Kwitat! Inté nemi ini— Avisó Surem luego de revisar cuidadosamente el escritorio y algunos libros. 

(¡Mierda! No está aquí) 

— ¡Busca bien idiota!  — Le dijo Citlally. 

La chica estaba muy nerviosa, deseaba que todo esto acabará pronto, no estaba de ánimos de encontrarse al chico del cual seguía enamorada, el saber que quizás los estuviera traicionando le dolía, pero más que eso, no dejaría que le hicieran daño, seguía sintiéndose culpable  de todo lo que pase hace años, cuando los oscuros le habían secuestrado. 

El chico bufó un tanto molesto y exhausto, volvió a buscar entre los libros que se encontraban en dicho salón u otra prueba que incriminará el plan del príncipe, no tenían idea de que pudiera planear para hacer caer al menor. 

Sabían que seguía secuestrado por parte de Ixtlilxóchitl, hijo de Acolmiztli o eso pensaban aún en la gran ciudad, pero sabían que estaba resguardado por parte de él y le protegería. 

Encontró libros de todo, para poderes, hechizos antiguos, criaturas de este mundo, historia de los guardianes, el mito de los hermanos del noveno elemento, unas cuántas cartas de Tawilmetzti y de la Tlatoani Masin, lo que le parecía raro ya que está señora no tenía ninguna conexión con él. 

Sacó la carta guardada en aquel sobre y la leyó: 

Estimado Huitzilíhuitl:

Quisiera pedirle que me de más noticias respecto al príncipe Ixtlixóchitl, del cual tengo serias sospechas que nos este traicionando, pues como se habrá dado cuenta le ha dejado escapar del palacio en el cual estaba siendo resguardado, por suerte como eh visto, usted es fiel a su misión y el plan se va ejecutando sin ningún problema, pero le pido por favor que tenemos que ser cuidadosos con el hijo de Acolmiztli, pues puede que este nos eché a perder todo. 

Su hermano según tengo noticias está en el palacio con Citally e  Itzcóatl, quiénes podrían ser instruidos por Ixtlilxóchitl para buscar información sobre nosotros y los infiltrados, por eso también le confío el secreto de la identidad de mi hija, quién sigue bajo la protección de usted. 

También para avisarle que por el momento nuestra relación debe de mantenerse en secreto y no podremos seguir con ella, pienso que es demasiado arriesgado si alguien se da cuenta y más aún si mi esposo se entera de esto, mi futuro será el mismo que el de la mujer fantasma, y yo os no deseó eso, así que le pido comprenda todo esto y quizás en un futuro cuando pasen estos tiempos difíciles podamos seguir con nuestro amor prohibido. 




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