De nueva cuenta me encontraba en el mismo callejón, las luces estaban encendidas, el hombre que me había atacado se encontraba enfrente de mí, por más que trataba de huir mis piernas no reaccionaban, él se acercaba lentamente mientras decía:
"Por fin te encuentro Fuente", mis manos temblaban, mi voz se entrecortaba por lo que me era imposible gritar, lo único que hice fue resignarme al inminente ataque bajando la cabeza, y cerrando los ojos, al no escuchar ni sentir absolutamente nada volví a abrirlos y me encontré con la gran sorpresa, ahora me encontraba cerca de mi casa acompañada por el pequeño pastor alemán que estuvo conmigo aquel día lluvioso su pelo estaba completamente empapado, cuando intenté acercarme a él empezó a gruñir y de momento se abalanzó hacia lo que se encontraba a mi lado, de nueva cuenta me encontraba en el mismo callejón pero ahora todo era más claro, podía observar como ese pequeño perrito mordía al hombre, me llené de terror al volver a revivir tal escena, no me podía mover, en ese instante el can se dirigió a mí y alcancé claramente a escuchar cómo me decía:
"¡¡Corre y no mires atrás!!"
Un exquisito aroma a hot cakes me hizo despertar de ese horrible sueño, mi corazón palpitaba demasiado rápido, como si hubiera corrido miles de kilómetros.
-Vaya vaya al parecer alguien aún no se arregla para ir a trabajar- mi papá inmediatamente se sentó a los pies de la cama y retiró cada una de las cobijas que me cubrían.
-Me quedé dormida, ahorita me arreglo rápido-
-Pero antes vamos a desayunar, los hot cakes fríos no saben bien-
Mi padre es de los hombres detallistas, y a pesar de que es muy sobreprotector me da mi espacio, aunque no siempre fue así, esto nos lo hemos ganado ambos con el tiempo; cuando me gradué de la preparatoria él deseaba verme con bata de doctor o un fino traje de juez, pero nunca me sentí cómoda con el tema de estudiar una carrera, mis años de escuela fueron los más tormentosos de mi vida, nunca sentí pertenecer algún lado, por lo que mi papá respetó mi idea de no estudiar ninguna carrera hasta que me sintiera lista, sin embargo él no quería que me volviera una "nini" por lo que busqué trabajo y así fue cómo terminé en manos de un chef amargado que despide a sus meseros cuando se le pega su gana, a excepción de mí, soy la que más ha durado con él, muchos lo ven como algo difícil de creer.
-No me canso de decírtelo papá, deberías abrir tu propio restaurante, tus platillos son excepcionales-
-Lo dices porque eres mi hija-
-Para nada, he comido la comida del chef Ramsy y no se compara con la tuya-
-Hablando de él ¿piensas ir a trabajar? -
-Ayer me quedé hasta que cerró, por lo que me dio el día libre a cambio-
-Entonces tendremos suficiente tiempo para platicar lo que pasó ayer-
-No pasó nada importante-
-Llegaste pálida, tu expresión mostraba terror puro querida-
-Cuando regresaba a casa, hubo un hombre que me estuvo siguiendo, a pesar de que corrí lo más rápido posible logró alcanzarme y en ese momento dijo algo súper extraño, mencionó que por fin me había encontrado- su rostro se puso totalmente tenso, empezó a apretar el puño fuerte, tanto que la cuchara que estaba sosteniendo la terminó rompiendo.
- ¿Dijo algo más? -
-Me llamó fuente-
Silencio incómodo
- ¿Cómo lograste salir de ahí? -
Por un instante le iba a mencionar sobre el perro, pero no sabía si me creería ya que de tan solo pensarlo que un perro desconocido te salve de un hombre que iba a matarme pierde total sentido, sobre todo si es el mismo que me había encontrado hace un par de semanas.
-Sólo logré escapar, no soy tan débil como piensas-
- ¿Y el hombre que sucedió con él? -
-Hui de él, lo perdí-
Inmediatamente frunció el ceño, como muestra de que no estaba totalmente convencido, pero no continuó con el tema.
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Los días pasaron rápidamente, antes de que me diera cuenta ya había transcurrido una semana, completamente normal, como si aquel incidente no hubiera pasado, excepto por mi padre, últimamente ya no pasaba tanto tiempo en casa, las veces en las que me lo encontraba actuaba de una manera extraña, como si alguien nos estuviese vigilando.
Mientras tanto en mi trabajo, el Chef Ramsy terminó despidiendo a mis otros compañeros, dejándome solo con un joven ayudante de cocina como nuevo mesero, a pesar de que no tuviese suficiente experiencia en la atención a clientes trabajaba muy bien, por lo que los gritos del chef disminuyeron en gran medida.
Durante estos días no sucedió nada extraño, aquel hombre que me había llamado "Fuente" nunca volvió a aparecerse, al igual que el perro, por un momento pensé que ya no volvería a apreciar ese peculiar pelaje café en sus diversas tonalidades junto con esos ojos color hazle, nunca podré olvidar esa melancólica y suave mirada del perrito, hasta que algo raro ocurrió, en una mesa ubicada hasta el fondo del restaurante yacía un atractivo joven de complexión delgada con la mirada completamente perdida hacia el horizonte, por un instante logré apreciar esos hermosos ojos color avellana, quedé tan perdida que ni siquiera me di cuenta de que ahora me encontraba justo enfrente de él.
- ¿Te sientes bien? -
- ¿Perdón? - fue lo único que se me ocurrió decir, al encontrarme frente a él me dejó sin palabras, por más que observaba aquellos ojos era como si estuviera viendo al can en él.
-Una disculpa, por un momento pensé que eras alguien conocido, pero no es así-
- ¿Y por qué no? -
-Porque es algo imposible y loco-
-Entiendo, por un momento pensé que me ibas a reconocer, porque yo a ti si-