2. ¿Me gusta?

Queria descansar, pero mi mamá me llamo para bajar a la cena, claro, no pude descansar.
Baje a la cocina, mi mamá estaba terminando de servir la comida, mi hermano ya estaba sentado en una de las sillas. Había puesto una al lado de él, no sabía el por que. Sonreí al darme cuenta de eso, el me devolvió el gesto.
—¿Y esto? —Le pregunté a mi hermano señalando las dos sillas mientras seguía sonriendo.
—Es por si vuelves a llorar —Reí, el igual.
Durante toda la cena hubo silencio. Lo bueno era que me sentía muy bien al comer al lado de mi hermano, al lado de él me sentía bien; me sentía seguro. 
—¿Y como te fue tu primer día en el colegio? —Me preguntó mi mamá, ella sabia que me había ido bien. Me conoce, claro, es mi mamá.
—¡Bien! —Silencio. —Por cierto, un chico me habló, se llama Conan —Le conte todo lo que pensaba sobre él antes de que se acercará a mi y me hablara, mi hermano rió al escuchar lo que pensé, pues si, cualquier persona se hubiera reído por eso. —Me pidió mi amistad, y en ese momento, no sabía si decirle que si o no, pero al final le dije que sí.
—¡Que bueno!... Me alegro que hayas conseguido un amigo en tu primer día de clases aquí. La verdad no pensé que consiguieras un amigo tan rápido. —Sonreí. Yo tampoco lo habia pensado, no pensaba en nada. Solo en las tareas y mi padre. Mi hermano nos escuchaba con mucha atención.
Me despedí de ellos y subí a mi recámara nuevamente, está vez si quería lograr descansar, quería no pensar en nada y caer en el sueño solo en tocar la cama. Cerré la puerta del cuarto y me tire a la cama. No sucedió nada de lo que quería, solo toque la cama y volvieron todos los pensamientos que tenía. «Solo quiero dormir, descansar un poco» Me dije mientras me acurrucaba con las mantas. Mi mente aún no quería descansar, pero mi cuerpo sí, mi mente luchaba con el sueño. Al final, el sueño ganó.
Abrí los ojos al escuchar mi celular, era la alarma. Me levanté, me bañé. Me quedé viéndome en el espejo, «¿Que ocurrirá hoy?» Me pregunte, no me venía ninguna suposición a la mente. Tampoco quería ir a la escuela. Tenía miedo de que podría suceder ahí. Pero no podía hacer nada, no podía dejar de ir a la escuela solo por miedos, mis estudios tenían que continuar.
Baje para desayunar, de inmediato que termine de desayunar, me despedí de mi mamá dándole un beso en la frente. Mi hermano nuevamente tenía nuestras bicicletas para ir juntos, sabía que eso iba a suceder todos los días que iríamos a la escuela. Él no sería capaz de dejarme solo. 
Llegamos a la escuela y a la primera persona que vi, fue a Conan, venía directo hacia mí. Empeze a temblar, trate de controlarme para que mi hermano no se diera cuenta. «¿Por qué tiemblo?» Me pregunté, no tenia la mínima idea del por que me ocurre. Necesitaba tener la respuesta de esa pregunta, me incomodaba temblar o estar nervioso, solo cuando Conan se acercaba.
—Hola! ¿Cómo estás? —Me pregunto mientras se acercaba aún más. Seguía incómodo.
—B... Bien —Hablaba en voz temblorosa. Apretaba mis manos, cada vez lo hacía más fuerte, quería tranquilizarme. Conan se dio cuenta de la incomodidad y los nervios que tenía. —¿Y tu? —No quería estar ahí, cada segundo que pasaba, me sentía más incómodo aún. No me gustaba la sensación, definitivamente no.
—¿Seguro que estás bien? —Silencio. No sabía si responder o no. Al final, siguió: —Te siento incómodo... Y algo nervioso —¡Mierda! ¡Lo sabía, sabía que se habia dado cuenta! No quería estar ahí, no lo deseaba. Tenía muchas ganas de salir corriendo de ahí. Me decidí en hacerlo.
Corrí directo a la cafetería, la mesa en la que me había sentado el dia anterior estaba ocupada, después de buscar una, la encontré. Al sentarme solo hice en pensar en eso, quería la respuesta sobre el por que me ocurría eso, solo cuando él se acerca a mi. Esos nervios y la incomodidad, se sentia como si, yo conociera a Conan hace mucho. No recordaba a ningún «Conan», Es la primera vez que conozco a un tal «Conan». Moví la cabeza para dejar de pensar en todo eso. Seguía incómodo, y no quería estar así. A la primera hora no tenía clase, a la segunda sí. Clase de Física.
Sonó el timbre para la segunda hora. Lo único que quería, que deseaba, era que Conan no estuviera en esa clase, no lo quería ver por unas horas más, solo necesitaba eso. Llegué a la clase y la profesora ya estaba dando clases. Me di cuenta que llegue minutos tarde. 
—Disculpe la tardanza profesora. ¿Puedo pasar? —Al terminar de hablar voltee para ver a dónde podría sentarme, Y me di cuenta de que Conan si estaba en la clase, chocamos la mirada, pero yo la desvié. La incomodidad volvió, «No puede estar pasando esto». Pase mis manos por la cara, quería estar tranquilo, no pensar en mas nada. Solo en la clase.
—Claro, pasa. Puedes sentarte al lado de Conan, he puesto un trabajo grupo de dos personas. Y Conan se quedó sin pareja. —No queria eso en este momento, no ahora. No tuve de otra que sentarme al lado de él. Los nervios volvieron y estaban atacando aun mas fuerte.
—Hola —Silencio —¿Por qué corriste cuando te dije que te sentía nervioso? —No quería hablar sobre eso ahora.
—¿Podemos solo hablar de Física? Ahora no quiero hablar sobre eso. —Asintió. No dije mas nada durante la clase. Cuando hablábamos, era solo sobre el trabajo. Fuimos los primeros en terminarlo. Yo solo quería salir de ahí, guarde mis cosas en la mochila para salir rápido apenas suena el timbre.
Sonó el timbre, lo primero que hice fue agarrar mi mochila para salir de la clase. Salí, iba caminando rápido, como si me estuvieran persiguiendo. No quería estar cerca de él. Mientras iba caminando, senti una mano agarrarme el brazo. Solo esperaba que no fuera él. Voltee para ver quién era, era Conan. "No puede ser" Ya estaba cansado de siempre estar con él, o cerca de él.
—¿Por qué siempre me evitas? —Quite mi brazo para que ya no estuviera en sus manos. Le agarre el brazo para llevarlo a un lugar más tranquilo y despejado. Tenía que decirle el por que. No lo iba a dejar con la intriga.
—Bien, aquí es más seguro decírtelo... Lo que ocurre es que, sí, me siento incomodo cuando estoy contigo, a veces la incomodidad aumenta. Es lo mismo con los nervios, los nervios se vuelven aún más fuertes, que por eso llego a temblar, así como hace poco cuando te acercabas a mi. No se el por qué me ocurre eso. Lo que más me hace pensar es que solo ocurre contigo. Aunque, claro, eres la única persona con la que hablo aquí en la escuela. Pero no se por que me ocurre y por que solo contigo. —Asintio —Además, lo que siento cuando me ocurre eso, es como si te conociera hace mucho. Pero no recuerdo nada de haber conocido a un tal «Conan». -Silencio. Me sentía incómodo, aunque tenía que decirle la verdad, no le iba a mentir.
—Entiendo. —Luego de eso fuimos juntos a la cafetería, mis nervios estaban ahí, la incomodidad igual, pero no estaban tan fuertes como antes, ahora que le dije todo, sentí como si se me hubiera ido un peso de encima. Claro, ya le dije a Conan lo que le tenia que decir; la verdad. Ya me sentía más tranquilo.
Termino la mañana. Iba saliendo del colegio con mi hermano cuando nuevamente alguien me agarró el brazo. Era Conan. Mis nervios regresaron, no tan fuertes. La incomodidad igual.
—¿Quieres salir ahora más tarde? —No sabía que responder. Cómo siempre. Al final me decidí en decirle que si. Asentí. —¡Bien! Ten mi número, para poder arreglarnos y saber a qué hora quieres. —Estaba emocionado, sentía la felicidad que tenía. Era muy raro, pero bueno.
—Esta bien, Nos vemos. —Me pude tranquilizar, cada vez más, puedo controlarme y poder estar más tranquilo. Era lo mejor para mí. Ya había salido de la escuela.
—Oye, ¿No te parece raro que solo, él, el que todo el mundo mira, te hable? —Silencio —Me he dado cuenta de que a veces te poner nervioso e incómodo cuando estás con el. ¿Te gusta? —Sonrió. Claro que no me gustaba. Negué con un movimiento de cabeza. —Vale, entiendo. Pero si te llega a gustar me dices ¿Si? —le di un empujón que hizo a que casi se cayera de la bicicleta. Rió. Yo igual.
—No me gusta, ni me gustará. Tenlo por seguro —Lo decía con seguridad, claro que estaba seguro, no me gustaba para nada, y no me gustaría.