MARIPOSAS
El baile de invierno terminó cerca de media noche, los asistentes se retiraron satisfechos ya que habían logrado sus objetivos o al menos estaban a medio lograrlos, una semana después se empezaron ha anunciar compromisos entre familias y hubo mucho de que hablar en los círculos sociales, sin embargo, cuando llegó la última semana de la estación invernal el palacio Imperio junto al Condado Valenthe anunciaron el compromiso de Nain Valenthe y Erlan Rei Storm él príncipe heredero del Imperio Storm. Los círculos sociales estaban en un estado caótico y varios omegas junto a distintas damas betas lloraron porque su amado ya estaba comprometido, no obstante, aún tenían la esperanza de ingresar al palacio Imperial como concubinas, aunque eso ya se vería más adelante, ya que hubieron varios Emperadores en la historia que decidieron no tener concubinas.
Por otro lado los aliados de los demás príncipes y princesas no estaban felices, el palacio se volvió más hostil y la misma Emperatriz tuvo que contratar más seguridad, las cosas serían tensas hasta la ceremonia de matrimonio que celebrarán a finales de la siguiente primavera.
Nain por otro lado tenía dos misiones, una debía prepararse para ingresar al palacio Imperial como esposo del príncipe heredero, una vez su ceremonia de matrimonio concluya será coronado ese mismo día por él Emperador y la Emperatriz, nombrandolo príncipe heredero consorte, para eso debía estudiar más etiqueta, perfeccionar la misma y estudiar temas políticos entre otras habilidades necesarias, su segunda misión era más sencilla, era simplemente mantener la opinión pública positiva, así que saldría a citas con él príncipe heredero lo cual era beneficioso porque así podría conocerlo más. Por otro lado Ian había recibido numerosas propuestas de matrimonio, sus padres aún no decidían así que solo debía esperar una decisión y empezar sus preparativos para casarse y lamentablemente dejar su hogar.
— ¿Aún no han decidido? —habían pasado tres semanas desde que el baile de invierno pasó, sus padres aún no habían decidido un matrimonio para él, así que estaba sorprendido.
Dejando de cenar un momento, él Conde se limpio la boca con una servilleta y miró a sus hijos gemelos junto a su hijo mayor y primogénito.
— Ian, debes entender que tu hermano será la futura Emperatriz —explicó— Debemos analizar profundamente tu matrimonio, ya que un día será de ayuda para tu hermano —agregó con paciencia.
— Pero... —Ian no estaba seguro de que decir, se sentía utilizado— Te mencioné que hubo un beta que me agradó, es amable y-
— Es el segundo hijo del Barón Loto —agregó la Condesa mirando con decepción a su hijo— No traerá ningún beneficio a futuro Ian, debes pensar un poco más en el futuro
— Pienso en mi futuro, quiero un matrimonio donde al menos pueda amar a mi esposo —objetó Ian.
— Diríamos que si en otras circunstancias hijo pero, ahora debemos pensar en el futuro de la familia —trató de consolar él Conde.
— ¿En la familia? ¿O piensan en Nain? —Ian se sentía traicionado por su propia familia, ellos lo veían como una moneda de intercambio.
— Ian, cálmate —ordenó Nain que estaba sentado a su lado— Debes comprender un poco de tu propia realidad —le murmuró.
— ¡No lo aceptaré! —por primera vez Ian gritó sus pensamientos ignorando a su hermano, miró con irá a sus padres— ¡No me casaré con alguien a quien no pueda amar! ¡Es ridículo!
— Eres de la nobleza Ian, compórtate a tu altura —ordenó ferozmente su madre omega.
— No pienso ser una moneda de cambio —murmuró Ian comenzando a llorar, miró a su hermano gemelo con odio— Todo, siempre lo tienes todo ¿Ahora estas feliz? Me quitaste todo en mi vida, incluso mi derecho a casarme con alguien a quien puedo amar —le reclamó y sin esperar más salió corriendo del comedor.
Los Condes y los hijos presentes se quedaron en un incómodo silencio.
— Iré a hablar con él —ofreció Jhoshua él primogénito de los Valenthe.
— No, termina tu cena —ordenó la Condesa— Solo es un berrinche —murmuró cansada— Nain, habla con tu hermano más tarde, enséñale un poco de tu carácter, golpealo si es necesario —agregó con voz gélida.
— Eso es ir muy lejos —objetó él Conde— Simplemente hablen. —ordenó dando fin a la discusión.
Nain por otro miraba su plato de comida y luego de reojo observó el asiento junto a su hermano mayor, ahí tendría que haber otra persona.
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A la mañana siguiente Ian estaba siendo preparado, ayer en la noche su hermano gemelo lo había regañado por gritarles a sus padres y luego le ordenó que se prepare para salir al día siguiente, francamente Ian estaba sorprendido, no podía salir a menos que sea con su hermano mayor o con sus padres, así que se preguntaba a dónde lo llevaría Nain, estaba molesto si, pero no quería quedarse encerrado en la mansión al menos quería un cambio de aires.
— Te ves muy bonito —una voz alagó su apariencia a sus espaldas, era Nain— Si usarías más ropas como esa serías muy popular —comentó mientras asentía ante la reverencia de la única sirvienta que atendía a Ian ocasionalmente.
— Es lo único que encontré en mi armario, mamá en reprimenda por mis gritos de ayer mando a confiscar mi ropa —murmuró Ian observando el traje color crema que traía puesto, su cabello estaba siendo trensado en una trensa que caía hacia adelante por su hombro derecho.
— Compraremos ropa hoy entonces —comentó Nain acercándose al tocador de Ian, la sirvienta terminó de arreglar el maquillaje de Ian y se alejó haciendo una reverencia— Te traje un regalo por cierto —hizo una señal y una de sus sirvientas personales trajo una caja que contenía varios broches de oro en forma de mariposas— Son para ti —ofreció y la sirvienta de Ian empezó a colocarlos a lo largo de la trensa que había hecho— Te quedan muy bonitos —alagó Nain viendo el reflejo de su hermano en el espejo.