DESCONFIANZA Y CONFIANZA
Erlan llegó a la mansión Valenthe más contento que en otras ocasiones, ahora tenía una verdadera razón para sonreír, hace poco había confirmado sus sentimientos por Ian y él omega se declaró también correspondiendolo ¿Cómo no estar feliz? Ahora solo quedaba disfrutar de su reciente relación, aunque por ahora estaría en secreto muy pronto le gritaría al mundo que Ian Valenthe era su novio, su futuro esposo, su amor.
— Saludos a su alteza —él mayordomo de la mansión lo recibió como casi todas las ocasiones— Es agradable tenerlo de visita nuevamente
Erlan sonrió asintiendo, hoy tenía planeado tomar el té con Ian, Nain tenía una reunión con su madre así que no habría problemas, planeó todo para siempre visitar la casa Valenthe cuando su prometido no esté.
— ¿Puede informar a Nain que estoy de visita? Quisiera que me acompañe a tomar el té y algunos bocadillos que traje —pidió con amabilidad.
— Si, enseguida lo llamo —asintió él mayordomo.
— ¿Qué?
— ¿Necesita algo más?
— No, nada —Erlan estaba confundido ¿Nain estaba en casa? ¿Por qué? El mayordomo de su madre le dijo que tenía una reunión con Nain, se supone que debe estar justo ahora yendo al palacio de la Emperatriz.
— Alteza, lo llevaré hacía la sala de recepción, le ruego que me acompañe —pidió una sirvienta con una sonrisa, Erlan la reconoció, era una de las sirvientas personales de Nain.
— Gracias —agradeció y empezó a seguir a la sirvienta, sus propios sirvientes y guardias lo siguieron también.
Estaba confundido, el mayordomo de su madre jamás le mentiría, Nain le ponía más atención a los asuntos políticos y así mismo, siempre le cancelo cita tras cita ¿Qué estaba pasando?
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Nain Valenthe siempre se caracterizó por tener su cabello tan largo que caía libremente hasta por debajo de sus caderas, tenía una piel fina como una suave servilleta blanca, sus facciones eran finas, sus rasgos lo hacían ver casi androgino y sus iris de diferentes colores solo resaltaban lo especial que era, nunca tuvo la necesidad de arreglarse mucho ya que de por sí era hermoso, sin embargo, ahora que estaba estableciendo su posición poco a poco decidió finalmente conocer a Erlan, su futuro esposo y compañero de vida, así que cuando se enteró que lo vino a visitar puso un poco más de empeño en su apariencia, su cabello rojo cobrizo fue peinado en una trenza suelta adornada con broches en forma de flores de oro, vistió un lindo traje de tres piezas color marrón señido a su cuerpo y para dar un toque elegante usó un chal de seda que sujetó con sus brazos y la seda cayó perfectamente hacia abajo detras de él como si fuera una capa.
— Se ve muy bonito joven Nain —su único sirviente omega alagó su apariencia, su señor se veía delicado y elegante.
— Gracias —él omega sonrió observando su apariencia en su espejo de cuerpo entero, se veía bien sin un cabello fuera de lugar, ahora finalmente podía conocer a Erlan de una manera más romántica, no tenía expectativas de amor pero esperaba al menos llevarse bien con él— Dile a Ian que no nos acompañe hoy, últimamente lo estoy forzando a pasar tiempo con su alteza, debe sentirse muy agobiado, porfavor dale el aviso, desde ahora en más no tendrá que cubrirme la espalda —pidió con gentileza a una de sus sirvientas quien muy contenta asintió y se fue a buscar a Ian.
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Fue una total sorpresa para Ian la llegada de Erlan, su pareja usualmente llegaba cuando Nain no estaba pero su hermano ni había salido a ninguna parte así que eso lo preocupó un poco, sin embargo, mientras pueda estar al lado de su alfa podrá soportar la presencia de su hermano.
— Se ve muy lindo joven Ian —alagó una de sus nuevas sirvientas personales, había dejado su cabello suelto solo por hoy, quería verse atractivo para Erlan.
— Gracias —agradeció arreglando su traje que era un color crema algo suelto, prefería la comodidad ante todo aunque eso no esté del todo de acuerdo con la etiqueta.
— Joven Ian —una sirvienta apareció en su puerta e ingresó a su habitación, era una de las sirvientas personales de su hermano.
— Bajaré enseguida —avisó mientras un sirviente omega lo maquillaba.
— Él joven Nain dijo que no es necesario que se moleste joven Ian —avisó la sirvienta con una sonrisa— Se disculpa con usted por molestarlo para que entretenga a su alteza él príncipe heredero, me ordenó avisarle que ya no será necesario de ahora en adelante, él joven Nain agradece su tiempo, ya no lo molestará —explicó.
Ian no se lo esperó, su tez se volvió pálida aunque no se notó por el maquillaje pero sus pupilas temblaban.
— Si me lo permite debo retirarme —la sirvienta hizo una reverencia y él noble omega solo asintió aún sin procesar toda esa información.
¿Nain le dijo que se quede en casa? ¿Ya no podrá ver a Erlan? ¿Sospecha algo? ¿Qué debía hacer ahora? ¿Cómo puede ver a Erlan sin tener que solicitarle personalmente a su hermano acompañarlo? ¿Qué sucedería con él ahora? Debía hablar con Erlan cuanto antes, debían hacer pública su relación, porque de lo contrario no soportaría mucho tiempo.
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Erlan no tenía muchas expectativas sobre su compromiso desde un principio, por rumores había escuchado de Nain y no fueron cosas buenas, él omega era alguien acostumbrado a los lujos, no conocía una vida más allá de eso, era manipulador, manejaba varios círculos sociales, había arruinado la reputación de varios omegas o betas mujeres que quisieron intimidarlo, era alguien muy estratégico, demasiado cruel para su gusto, cuando lo conoció solo confirmó el narcisismo del omega, no era para él y no entendía porque su madre lo obligaba a casarse con ese omega, habían más omegas con mayor posición, incluso un reino vecino había mandado una proposición de matrimonio con una princesa omega, sin embargo, su madre se negó y le dijo que su pareja sería Nain Valenthe él hijo de un Conde que tenía en sus manos el acceso a los puertos marítimos. Él príncipe heredero secretamente salía a la capital con una identidad falsa, le gustaba la vida simple y le agradaban las personas simples, Ian Valenthe cumplía con todos sus gustos, era alguien tímido, de carácter cariñoso y suave, era alguien cálido, gentil, amable y que le gustaban las cosas simples ¿Por qué no podía simplemente casarse con él? El objetivo de conseguir el acceso a los puertos no sería afectado y todos serían felices.