Capítulo 11

SERPIENTE
 

Itachi se río ante la expresión de espanto de Deidara, no quiso ser tan directo pero para el ya no habían dudas en su mente, sus inseguridades se esfumaron al ver a Deidara despierto, se sentía seguro de sí mismo y de cada una de sus decisiones.

- que... ¿que acabas de decir? -Deidara por la sorpresa dejo caer su tableta de medicamentos al suelo, Itachi la recogió regresandosela.

- lo siento Deidara... debí venir hace ya mucho tiempo... pero no estaba seguro sobre si querías verme o el como enfrentarte -se sincero- pero al verte hoy, mis dudas se fueron, lo único que se es que te amo, incluso si me vuelves a rechazar ahora, lo seguiré intentando, te seguiré esperando todo el tiempo que desees, yo te prometo protegerte, amarte por quien eres, quiero envejecer a tu lado si es posible, incluso si mi trabajo es peligroso siempre volveré a ti pase lo que pase, porque tendré dos razones para volver a casa, tu y Sasuke, serán mi ancla a la vida 

Deidara apenas podía procesar las palabras de Itachi, eran una promesa que iba más allá de ser simples novios, era una promesa de estar juntos, incluso cuando envejecieran.

- Itachi -debía ser valiente, como dijo Itachi, no había tiempo de dudar- antes te mentí... no te rechace por tu trabajo... fue más por miedo, porque yo soy... soy... -debía confesarlo, debía decirle que el era el artista- yo... soy...

- no es necesario Deidara, se quien eres -Deidara lo miro con terror en los ojos, estaba asustado por las siguientes palabras de Itachi- yo se que eres un descendiente de los Uzumaki 

- ..... ¿qué? 
- tuvimos que investigar más sobre tu pasado para armar el caso contra los Uzumaki, se descubrió que tu abuela es Tsunade, que tu padre era el siguiente cabeza de familia, pero tu familia huyo después de que Renzo Uzumaki los persiguiera -explicó Itachi- seguramente viviste con mucho miedo este tiempo, no te preocupes, ya paso, eres libre de esa carga

- Itachi... -Deidara debía confesar que era el artista, era ahora o nunca- muchas gracias -no tuvo el valor, ese secreto se iría a la tumba con el.

- me asustaste mucho sabes, un poco más y me daba un infarto -Itachi con cuidado lo abrazo- me alegra que estés bien, cuando pude rescatarte, enserió me sentí tan aliviado...

- si... -murmuró Deidara.

- si ¿que? -cuestionó Itachi mientras observaba a Deidara esconderse en su pecho.

- si quiero ser tu novio, eres todo lo que puedo pedir, eres todo lo que pienso, me rescataste de un lugar que creía imposible, se que me cuidarás y ahora más que nunca, se que tu amor es verdadero -confesó Deidara- te amo, amo tu personalidad, tu apariencia, tu voz, tu mirada... amo todo de ti, Itachi

- yo también te amo -Itachi tenia los ojos cristalizados, iba a llorar en cualquier segundo, con cuidado hizo que Deidara lo viera- amo todo de ti Deidara, eres mi omega perfecto -con calma se acerco a Deidara hasta sentir la respiración del otro- te amo

Y con esas dos palabras, sello su promesa silenciosa, beso a Deidara prometiendo cuidarlo y amarlo, estaría al lado de Deidara hasta su último suspiro en la tierra. Deidara por otro lado, se prometió a sí mismo jamás regresar al mundo bajo, ahora se dedicaría a salvar vidas y a ser feliz con Itachi, cuidaría de esa felicidad.

Un policía y un mercenario, uno representa la justicia y el otro la no justicia, ambos no deberían estar juntos, pero mientras ese único secreto se mantenga oculto, estarían juntos, hasta que ese secreto los separe.

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Casi seis meses habían pasado desde el incidente, Deidara regreso poco a poco a su vida normal, lejos de los ojos de la policía especial y también de los mercenarios del bajo mundo, Zetsu por suerte lo mantenía informado por si algo pasaba. Gracias a que pudo regresar a hacer su residencia en el hospital donde antes estaba, pudo preocuparse más por su vida personal y olvidar su última misión, aunque tuvo que mudarse de departamento, Itachi por suerte lo ayudo con eso y como vivían a solo 30 minutos de distancia, Sasuke lo visitaba seguido, fue tanto así que le dio su propia habitación, ya que Sasuke prefería quedarse ahí ya que le quedaba cerca el colegio, además de que Deidara le daba de comer buena comida y le enseñaba a pelear.

Un golpe sordo se escucho, Sasuke de nuevo choco contra el pilar que estaba en medio del sótano donde entrenaban, Sasuke sospechaba que ese pilar solo estaba ahí para herirlo cada que Deidara lo mandaba a volar.

- estas más lento, mantente firme Sasuke, regula tu respiración -regaño Deidara acercandose- recita las reglas de nuevo, esquiva -ordenó mientras se lanzaba a golpearlo, Sasuke reacciono y esquivo la mayor parte de golpes, aunque otra patada lo mando a volar esta vez contra la pared más cercana.

Tocio y apenas jalo aire a sus pulmones, sentía que le quebraron dos costillas.

- pri-primera regla... -Sasuke jadeo levantándose y yendo a atacar a Deidara quien lo esquivaba agilmente- nunca pierdas de vista al enemigo -Deidara lo pateo de nuevo, pero esta vez bloqueo la patada con ambos brazos, así que solo retrocedió un metro por la fuerza del golpe- segunda regla -Sasuke se agacho mientras esquivaba otro puñetazo y pateo a Deidara en el abdomen mandandolo un paso atrás y siguió atacandolo con los puños- ataca sin parar al oponente -gruñó cuando Deidara le dio un puñetazo en las costillas y de una patada lo mando al suelo- tercera regla... -giro para esquivar una patada que Deidara mando contra el suelo- no dejes que el oponente te acorrale en el suelo -jadeo de dolor, respirar cada vez era más difícil.

- cuarta regla -ordenó Deidara.

- no importa el dolor, sigue peleando -repitió de memoria Sasuke yendo a atacar a Deidara.

Logro darle dos patadas que lo sacaron de su eje y Deidara cayó al suelo, confiado iba a golpearlo en la cabeza, cuando Deidara fue más rápido y barrio el suelo con sus piernas, Sasuke cayó y Deidara se puso encima de él, por más que Sasuke intento sacarse de encima a Deidara, este alzó su puño y lo golpeo en la mejilla derecha, noqueandolo al instante por la fuerza del golpe.