Omnia

XXII

5 años después

Mi vida cambió mucho desde que nació Ian. Al año siguiente llegó al mundo Enzo mi ahijado, Julia bautizo al peque y nos convirtieron a María y a mí las madrinas de él. No nos hemos separado desde que nació, siempre he estado vigilando de ellos, un par de meses antes de que naciese Enzo, María nos comunicó que estaba embarazada y que iba a ser una niña y la llamaron Lara que nació tres días antes de mi cumpleaños. El mismo día que nació la peque Darío le pidió que se casase con ella y le dijo que sí y a Julia y a mí nos tocó realizar la boda.

FLASHBACK

2 de mayo del 2024

-María, no te lo vamos a decir más, deja ya la cerveza hostia, que en una hora es tu boda y no queremos que des el sí quiero, borracha- dijo Julia enfadada, y yo le quite la cerveza de la mano.

-Vamos a ver no os enteráis que me da igual llegar a la boda borracha, si la voy a liar igual en la ceremonia.-dijo María riéndose a causa del poco alcohol que llevaba en vena.

-A ti te dará igual, pero a mí no que te quede muy claro.-dije enfadada al igual que Julia- Vale que estés nerviosa, pero la cerveza no lo va a solucionar, ¿crees que el día de mi boda no estaba nerviosa?- le dije calmándome y ella asintió- claro que estaba nerviosa, iba a casarme con el amor de mi vida y además estaba embarazada y nadie lo sabía, al terminar la ceremonia me dieron ganas de beberme todas las botellas de champagne que encargamos para la cena, pero no bebí nada y estaba súper nerviosa. El día de la boda de Julia, ella- dije señalándola- estaba que se subía por las paredes y que hizo, ensayamos la canción que íbamos a bailar, y se le quitaron todos los nervios- dije abrazándome a Julia- y ahora si quieres dirás que el discurso que te acabo de dar es una mierda y que para ti no tiene sentido, pero por favor hazme caso por una vez en tu puñetera vida.-dije con un par de lágrimas saltadas.

-Hostia puta, madre de mi vida y la virgen toñi, me has hecho recapacitar tanto, que madre mía, esta va a ser la última cerveza que tome, cada vez que tome una me recordará a esta charla y no me gustaría. Te quiero-dijo María secándose unas lágrimas que no se había dado cuenta que tenía en las mejillas.

-Ven aquí tonta, yo también te quiero penca mía.-dije abrazándola- vamos a dejar los abrazos y las lágrimas para después de la ceremonia, que tenemos que estar en media hora en el jardín.

-Oye que yo también quiero un abrazo.-dijo Julia con un puchero.

-Ven aquí anda, y tú también María- dije para que se acercara- ¿sabéis qué?-ambas negaron- sois las mejores amigas que una persona podría tener en esta vida, en los últimos años me habéis ayudado un montón, y no tengo ni idea de cómo agradecéroslo- dije secándome una lágrima traicionera de la mejilla.

-Vamos a ver hace cinco minutos has dicho que íbamos a dejar los lloros para después de la ceremonia para cuando todo estuviese terminado.-dijo María riéndose- y que sepas que nada de esto que hemos hecho Julia y yo, nos lo tienes que agradecer, porque si lo hemos hecho es porque nos ha salido del chumi y porque te queremos un 3000, más que cualquier otra persona y creo que has vuelto a encontrar a esa persona que te complementa y creo que me tienes que dar las gracias y cuando lo veas le des un buen morreo como a nadie antes se lo has dado.- dijo riéndose- y si no se lo das no te preocupes que ya le daré yo por ti el morreo a mi marido.

-Y María tiene toda la razón del mundo si lo hemos hecho ha sido por la razón que te ha dado María, así que cuando termine la ceremonia ve a comerle la boca a Óscar y vuelve a ser tan feliz como cuando estabas con Enzo, te lo mereces un montón y que sepas que yo también te quiero 3000 porque no hay cantidad mayor para expresarla.-

Seguimos abrazándonos cinco minutos más hasta que llego el padre de María para decirnos que la ceremonia estaba a punto de empezar.

Después de los votos y de algunas palabras mal sonantes que dijo y hubo que tapar los oídos a los peques, termino la ceremonia y como dijo María le dio el morreo del siglo a Darío, cosa que yo tenía que cumplir con el trato. Así que sin pensármelo me acerque a Óscar y le planté un morreo un poquito subido de tono, pero a nuestro alrededor solo estaban María y Julia con sus respectivos maridos y empezaron a chiflar y a tararear una canción.

-LOLOLOLO que nuestra niña le ha plantado un pedazo de morreo que madre mía, seca lo ha tenido que dejar- como siempre la Mari exagerada y yo más roja que un semáforo, y que Julia no tardo en entrar a la broma.

-Esta noche sexo salvaje estoy viendo en la parejita.- dijo riéndose.

-Oye de verdad queréis dejar de meteros en mi vida.- dije un poco enfadada.

La cena termino y todos los peques se fueron a la habitación con la niñera que había contratado María ya que había muchos niños pequeños.




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