Comer la comida de la abuela me hace feliz lo único triste es tener que desayunar lo sin ella. La escuela es un sitio algo extraño, algunos profesores te lo describen como una pequeña muestra de la sociedad y el mundo de verdad... Si es verdad su teoría o solo es el miedo que nos meten me da igual, compañeros de salón o de escuela algunos son una molestía pero todos somos necesarios como dicen... Aunque si gente que de plano no entiendo su existencia en un equipo sino aportan nada. En fin... Solo queda vivirla con ellos, de todas formas igual soy parte de esta.
-Esa niña... - escucho a mis espaldas cuando me siento en la clásica silla a lado de la ventana pero enfrente al profesor - estuvo en mi escuela, dicen que es muy seria por traumas, otros también dijeron que era muy rara a la hora de hacer tarea muy intensa...
Me apoyo a la pared respaldando mi espaldaz tratando de hacer una mirada a la puerta.
-¿Nos escuchó?
-Tiene los audífonos puestos, no creo que nos oiga.
Estaba buscando que canción escuchar y ellos empezaron a mal hablar de mi sin conocerme. Es lo que les digo, la demás gente es muy pero, muy habladora todos servimos hasta ellos sirven para tratar mal a la gente. Pero si yo estuviera desayunando con la abuela no pasaría esto.
Los miro a ver y es cuando se sienten intimidados que no siguen habland.
Cuando por fin termina la escuela recibo un mensaje del abuelo: no voy a llegar a buscarte, ya le avisé a tu abuela, ve por el parque hay más gente y avísame cuando llegues.
Genial, mi primer día fue algo más o menos odioso... Mínimo puedo pasar algo sola en el camino.
Al ir por el parque con la sudadera gris puesta en pleno México con calor de 33°, no suena inteligente pero lo es si llevas la sudadera adecuada, una no tan gruesa para el frío, más delgada para que no te pegue el sol de la tarde y te queme los brazos. Además, solo es hasta llegar al parque porque tiene más árboles en su camino.
Me compré una paleta de fresa en el camino para pasar el calor aún así, pero a penas llegar hice al parque ecológico me di cuenta que no tome en cuenta un factor importante.
ES UN PARQUE.
Habían estudiantes de prepa y de la secundaria sentados en bancas, estudiando anatomía humana, estudiando salivas efectivamente. Dividí ponerme ambos audífonos y seguir con mi camino tratando de que el volumen de Heart of gass.
Pasar por el parque me hace sentir un nudo en la garganta y un dolor de recuerdos en el estómago, me recuerda a mi mamá. Pero no es tiempo de llorar, no hay tiempo.
Algo me pega en la espalda y me tambalea un poco.
Cuando me quitó ambos audífonos, me doy cuenta que hasta tire la paleta que traía. Mis $20 pesos desperdiciados. ¿Pero qué me cayó?
-¿¡Estás bien!?- un grito se escuchó desde ¿Lo alto?
Qué mierda fue. ¿Un zapato?
Alzó la cabeza confundida y molesta. Un chico que a juzgar por su camisa blanca que penas logro ver porque está a contrapicada y a unos 20 metros de alto, sentado en un puente de madera peatonal que atraviesa un extremo del parque al centro del parque leyendo un libro mientras sus piernas cuelgan de la orilla casi jugando con la muerte porque si se cae de seguro no le pasa algo bueno.
-Fue mi error - me grita desde lo alto mientras se levanta de su asiento improvisado - bajo a verte, te lo compongo.
-¡Me pudiste dar en la cabeza idiota!- le digo sin pensar.
-Lo siento bajo enseguida se que te dolió, te debió doler yo sé que....¡Ay, pero que digo!- se dice solo.
-No te bajes ni te quiero ver - le gritó mientras pateo su tenis.
-¿Qué haces agachado ahí ? - llegó el guardia del parque.
-¡Te veré después!- me dice el muchacho tomando su mochila para correr y mientras lo hace me avienta otra cosa, cuando cae al suelo lo veo - ¡Es un chocolate es para ti!...- dice dándose a la fuga sin su otro zapato.
El guardia que con trabajo llegó a mitad del puente y a penas puede por su alma, cuando me mira.
-¿Lo conoces?- me dice cansado - bueno, si lo ves dile que está prohibido sentarse a orillas del barandal.