Orquídea de plata

Las bestias

Las bestias del níquel y el azafrán 
Alzaron sus ennegrecidas garras 
Bailaron una noche sin luna 
Mientras que el oro se hacía el más simple de los metales
Orquídeas crecían en sus senderos 
Y, por capricho, sus enormes garras las hicieron añicos 
Retozaron y cantaron 
La simiente crecía
gritaron a voces injurias contra su dios 
"¿Qué desea esta simiente?" Preguntaron candentes 
Y Dios les respondió; un hogar. 

 




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