-Buenos días Pakza- dijo una de las muchachas que le colaboraban en la casa a Cassandra, no me acostumbraba a que me llamaran de esa forma, Cassandra me explico que al ser presentado como su pareja me llamarían de ese modo, y me tendrían el mismo respeto que le tenían a ella.
En las últimas dos semanas, las cosas dentro de Nightmare habían estado un completo caos, no solo hubo varios operativos, sino que la cerca de seguridad había sido instalada en tiempo récord, a nadie le gustaba ver a la Hakza enojada, movieron prácticamente todo Londres para que la cerca quedara terminada.
Fui hasta la cocina de la mansión donde me esperaban todos para desayunar, todos excepto mi hermosa novia, que no había salido desde ayer de la sede central, los primeros días, discutíamos por ese motivo, al final entendí que como ella no remilgaba de mi trabajo, yo no tenía derecho a hacerlo con el suyo.
No podía quejarme, si le pidiera que se tomara un día libre, ella dejaría todo por concedérmelo, nuestra relación no era la típica relación en donde, nos mentíamos y el culmen de nuestro cariño se basaba en descubrir secretos el uno del otro, ni mucho menos ella era la típica chica en apuros, ingenua que esperaba que el hombre hiciera todo por verla feliz, de hecho, en muchas ocasiones ella era quien era capaz de bajarme el mundo a mis pies si yo lo quisiera.
- ¿Ella desayuno? - le pregunté a Marian que se levantaba de la mesa, veía ojeras pronunciadas en su rostro, desde su discusión con Robert no había parado de beber y llorar en las noches, al principio me ponía los pelos de punta verla en ese estado, comprendí que el separarse de su alma gemela, era doloroso, yo lo viví en carne propia.
- No lo sé hermanito- dijo ella bostezando, se estaba alistando para irse a trabajar, Cassandra nos había insistido que no era necesario, le habíamos pedido que nos diera trabajo dentro de la organización, odiábamos quedarnos sin nada que hacer, ella nos dijo que diéramos un recorrido por todas las instalaciones y escogiéramos.
Había empleos simples, como médicos, enfermeros, docentes, guardias de seguridad, cosas que no tenían que ver estrictamente con la mafia, era como si fuera un mundo aparte, claramente no escogimos empleos de ese tipo, mi hermana, decidió ser mi consejera como Adriana lo era de Cassandra, prácticamente era mi mano derecha, yo me encargo del armamento, de los entrenamientos y además tengo mis labores como Pakza.
Me había costado acostumbrarme a este estilo de vida, ahora era algo normal, esperaba que cuando Cassandra tuviera que asumir su rol como la señora de la muerte, pudiera acoplarse así de fácil, no era un trabajo difícil solo había que recoger algunas almas y controlar a los arcángeles de la muerte que se encargaban del trabajo difícil.
-Como sea- dije tomando de mi café, Gregorio estaba dormido sobre la mesa y Adriana estaba haciéndose mimos con William- recuerden que tenemos que estar aquí a las nueve de la mañana- ellos asintieron, excepto la bella durmiente que estaba profunda sobre la mesa, le di un zape a Gregorio que despertó desorientado.
- ¿Qué te pasa imbécil? - me dijo como un niño pequeño, toda la noche había estado bebiendo con mi hermana.
-Tienes que estar a las ocho y media en la frontera- le advertí enojado- no puedes olvidarlo.
-Eres más fastidioso que la Hakza- dijo refunfuñando, me levante de la mesa dejándolos solos le iba a llevar de comer a Cassandra, me acerque a María, la nana de Cassandra, ella me entrego una bolsa con dos desayunos, bese su mejilla y le agradecí por el gesto, salí de la casa y me subí a uno de los jeeps que me había regalado mi hermosa novia como bienvenida.
Llegue a la base principal de Nightmare, todos me saludaban con un asentimiento de cabeza, no me acostumbrara a que miraran todo lo que hago y como lo hago, subí en el ascensor privado, llegando al último piso. Saludé a Anabelle que me sonrió y me dijo que la señorita Marshall estaba en una conferencia con la directora de la interpol, que había dejado dicho que si yo llegaba entrara sin ningún problema, le agradecí el mensaje.
Primero pase a mi oficina y vi el puesto de la que sería mi secretaria, o secretario, no habíamos encontrado a alguien con experiencia y en quien confiáramos para contratar, hasta ahora, Anabelle se encargaba de los dos empleos, entre a mi oficina para dejar unos papeles que había llevado para revisar en casa.
-Anabelle- llame su atención, rumbo a la oficina de Cassie- necesito que tengas listo lo que te pedí la semana pasada-ella me mostró una caja con diferentes pases, sobres y cofres, le sonreí y le agradecí por su eficiencia, le pedí que los dejara en mi oficina.
Entre sin hacer ruido a la oficina de Cassie, ella estaba bebiendo un café con ron, el olor podía sentirse hasta la puerta, la miré mal por estar bebiendo a estas horas, lo deje pasar porque era un día ajetreado, iniciar la mañana hablando con la directora de la interpol, no era un mensaje alentador.
-Ya te dije que te lo entregare en unas semanas- dijo al teléfono, no se de quien hablaban, luego le preguntaría, bese sus labios castamente- Hola cariño- me susurro y yo sonreí al ver como sus ojos brillaban de felicidad al ver que sacaba el desayuno de las bolsas, acomode la comida en la sala de estar, y me senté a esperar que terminara su conferencia, me quede repasando todo el trabajo que tenía pendiente, varios minutos después, sentí como pasaban unos brazos por mis hombros.
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Editado: 17.02.2021