Capítulo XXXII

Estaba llegando a una de las zonas más boscosas de Nightmare, después del encuentro con las cortes habíamos acordado que una semana más tarde nos reuniríamos en el complejo para iniciar el entrenamiento; baje de mi camioneta con la maleta que me había preparado mi nana esta mañana.

El campo estaba solo, deje la mochila en uno de los árboles y retire mi chaqueta, conservando el cinturón con mis armas, saque uno de mis cigarrillos y lo encendí, no me gustaba fumar con regularidad, aunque no pareciera estaba nerviosa.

Frente a mí un enorme portal se abrió, dándole paso a un grupo de 14 hombres, vestidos de una forma bastante extraña, entre ellos estaban mis padres biológicos, detrás de ellos venían mis hermanos, que se acercaron con rapidez a saludarme.

-Cassandra- me riño Samuel al ver el cigarrillo en mis manos- hazme el favor de botar esa porquería- me dijo y rodé los ojos obedeciéndole, él se acercó a abrazarme- ¿Cuánto has bebido? - me pregunto enojado al sentir mi aroma.

-Deja de molestar Samuel- le dije fastidiada- tu apestas a sexo y no te estoy preguntando con cuantas mujeres te revolcaste- le dije y me gruño por mi comentario.

-Hola nena- me dijo Cameron besando mi frente, él a pesar de ser un idiota era quien mejor me comprendía – déjala Samuel solo debieron ser un par de copas exagerado- le dijo y me guiño un ojo, Cameron siempre me defendía de las reprimendas de nuestro hermano mayor, Damon y Jasón me abrazaron y revolvieron mi cabello.

Nathaniel se acercó dejando un casto beso en mi frente, y acercándose a susurrarme algo en mi oído.

-Dales una oportunidad- me susurro mirando a mis padres biológicos que miraban con recelo la escena- ellos realmente te aman – me dijo nuevamente- a todos nos diste una segunda oportunidad- me recordó- ¿por qué a ellos no?-me dijo dejando la duda en mi cabeza, era cierto que se habían equivocado y provocado muchísimas situaciones desagradables en mi vida, yo acostumbraba a perdonar, y en el fondo tenía que reconocer que sentía cariño por ese par de arcángeles, asentí en dirección a Nathaniel, que me sonrió complacido, respire profundo y con valentía me acerque a mis padres que me miraban asombrados.

-Hola papás- dije sonriendo, a ellos se les inundaron sus ojos en lágrimas, me lancé a los brazos de ambos, dejándolos desconcertados, sin embargo, unos segundos más tarde me correspondieron.

-Hola hija- dijeron al tiempo besando mis cachetes con cariño.

- ¿Borrón y cuenta nueva? - les pregunte apartándome de sus brazos y mirándolos, ellos me sonrieron y asintieron secando sus lágrimas.

-Borrón y cuenta nueva- dijeron ellos felices, se escuchó como aclaraban la garganta detrás de ellos.

-Que tontos somos- dijo Gabriel- Cassandra hija te presento a la corte celestial- dijo mi padre, se sentía muy raro llamarlo de ese modo- tu tío Miguel Ángel- dijo y uno de los arcángeles se acercó a mi besando mi mano y sonriéndome, en ese instante un recuerdo que creí que había sido un sueño se instaló en mi mente.

Flashback

-Tito Ninel- gritaba sobre los hombros del que al parecer era el hermano de mis padres- cole- decía emocionada- nos alcansha- dije mirando hacia atrás en donde un divertido Samuel volaba cerca de nosotros.

-Jamás preciosa- dijo el hombre traspasando los surcos celestiales- jamás dejare que te alcancen- me aseguro- yo siempre te protegeré- prometió- cuando estés asustada solo piensa que siempre, así no esté presente te protegeré.

- ¿No dejalas que ninun mostuo me atape? - le pregunte con mi torpe y aniñada forma de hablar. 

-Jamás dejare que ningún monstruo te atrape mi niña- me dijo él aterrizando nuevamente en el patio de la que era mi casa, en ese entonces le creí,  deje de hacerlo cuando jamás volví a verlo y con el tiempo me asegure que había sido un sueño, o un recuerdo inventado por mi atormentado subconsciente.

Cuando volví a la realidad todos me miraban preocupados, puse las manos en mi rostro y seque las lágrimas que caían sin control, me acerque a Miguel Ángel que me miraba preocupado.

-Tito ninel- le susurre y él me sonrió abriendo sus brazos emocionado y conmovido, sin pensarlo dos veces me lance a sus brazos feliz.

-Mi pequeña- dijo él besando mi frente- que grande te has puesto- me dijo y yo lo abracé cerrando mis ojos y llenándome de ese cariño que tanto había anhelado- perdóname mi pequeña estrellita no te cumplí todo lo que te prometí.

-Estas aquí- dije separándome y mirándolo a los ojos- es lo que importa- él me sonrió dejándome ver al resto de arcángeles que veían conmovidos la escena.

-Ven te presento- dijo Miguel arrebatándole la función a mis padres, que veían enternecidos la escena y lentamente se acercaron junto con mis hermanos- chicos les presento a Cassandra- dijo él- la hija de mis dos hermanos y la señora del equilibrio- dijo y todos sonrieron- nena te presento a Meriel el padre de Abadon- señalo a uno de los hombres que me sonrió- a Nathaniel y a Rafael ya los conoces- dijo y asentí- él es Uriel- dijo mi tío señalando a otro de los arcángeles- y el ultimo y menor de todos nosotros Amael- dijo sonriendo.

-Nosotros nos presentamos solos- dijo el hombre que había sido torturado por mi hace una semana- yo soy Retilus mi señora- dijo él inclinando su cabeza, el resto no se tomó la molestia de presentarse, solo me miraron con desdén y se callaron.