-Seth, ya déjalo, sólo fue una idiotez mía, no tienes porque perder así tu tiempo.- Intenté convencerlo por trigésima séptima vez en menos de una hora. Estaba contactando con un investigador privado de renombre que según él, no tardaría más de un mes en hallar a mis padres y aunque la idea me emocionaba, también me daba miedo. Y era una sensación muy desagradable aquella en que no podías definir que querías o como te sentías respecto a algo.
-Ly, relájate, todo va a estar bien, además ya contacté al investigador. Vendrá esta tarde para recolectar información y luego irá al orfanato. Además, somos hermanos lo cual significa que tus padres, también son los mios- Todo lo que dijo me causó risa ya que; 1)Desde hace al menos dos o tres años no me llamaba Ly (Sólo era un apodo para no llamarme Chloe todo el tiempo); 2) Sólo él era capaz de traer al mejor investigador del país a casa esa misma tarde y 3)acababa de decir que mis padres también eran los suyos. Me eché a reír como loca y cada vez que intentaba detenerme, le veía la cara y me daba otro ataque de risa aún peor y peor aún, nisiquiera podía respirar de tanta risa. Luego de al menos veinte minutos, logré calmarme totalmente para enfrentar la extraña mueca que estaba haciendo mi amigo, una mueca entre risa contenida, preocupación y alguna otra cara indescifrable.
-Perdón, ya volví - dije sin verlo a la cara para evitar otro ataque de risa- es que fue muy chistoso, perdón. La verdad es que no sabía si se había molestado, le había dado risa o tenía ganas de asesinarme ya que su cara era como un ladrillo; sin ningún tipo de sentimiento.- ¿Te molestaste Rob?- Probé usando en diminutivo de Robert, su segundo nombre y acercándome un poco para ver su cara, ya que había bajado la cabeza y miraba hacia el suelo.
-No, es que... tengo una idea loca... Pero... No, papá y mamá me matarían... si nosotros... de tus padres....- Hablaba lentamente y de forma cortada, como si estuviera haciendo preguntas y repondiendolas el mismo. Pero creo que estaba pescando el hilo de sus pensamientos... Quería que nosotros mismos los buscáramos y siguieramos por el mundo.- Hablaré con Wilson y le pediré uno que otro consejo, pero dejaré que él encuentre las primeras pistas y a partir de esas, hallaremos a tus padres. Si, me parece genial, de hecho, soy genial. Dame un minuto para autofelicitarme- Dijo dirigiéndose a mi por primera vez desde hace diez minutos- Soy fantástico, aparte dentro de una semana tendrás dieciocho y podremos viajar sin mayor impedimento, esto es genial, al fin saldré de esta mansión. Tendremos una aventura lejos de todos estos lujos y montones de dinero.- Casi podría jurar que sus ojos verdes brillaban de la alegría ante la perspectiva de estar un tiempo lejos de la mansión. Seth nunca fue del tipo de niño pijo que con aplaudir dos veces puede conseguir cualquier cosa y tiene a toda una tropa de sirvientes corriendo Tras él, de hecho, el joven Cliffmann tenía un trabajo de medio tiempo en una tienda de música; El trabajo perfecto para él, que siempre fue genial en todo, era sencilla y extremadamente talentoso en deportes, artes, matemáticas, lectura, ciencias, historia, musica, tecnología y cualquier cosa. Yo era buena en matemáticas, artes y música, aunque era un asco en deportes... Vivía tropezandome incluso con mis propios pies y golpeandome la cara con pelotas de basquetbol, fútbol, tenis, pin-pon, voleibol y cualquier tipo de pelota de cualquier deporte.
Tenía tan mala coordinacion que hubiera sido igual si tuviera dos manos izquierdas.
-Seth, ¿Podrías explicarme bien de que va todo esto?- Le exigí luego de otro minuto observando su alegre rostro parecido al de un niño pegado a una vitrina llena de caramelos.
-Oh, claro, se me ocurrió que podemos pedirle sólo las primeras pistas a Wilson y seguir a tus padres nosotros mismos. Aunque tengamos que atravesar el mundo, no creo que mis... nuestros padres se molesten mucho al notar nuestra ausencia...- Planeaba escapar. Seth Planeaba escapar durante algún tiempo sólo para encontrar a mis padres biológicos. Era algo genial, pero destrozariamos a Rose y Roger si deaparecieramos. Ellos habían sido muy buenos conmigo y aprendieron a quererme como a una verdadera hija y se tomarían nuestra desaparición como una gran traición y quizás incluso creyeran que yo no los quería y que a la primera buena oportunidad, había convencido a Seth de huir de la mansión junto conmigo.
-Creerán que los traicioné, no puedo hacerles esto, sólo imagina como se van a sentir cuando crean que espere a cumplir dieciocho para huir de casa y llevarte conmigo.- Dije ya sin poder contener mi nerviosismo.~ Necesito una taza de té y galletas ahora mismo~ pensé. Y pum, aparecieron en el escritorio de la habitación de Seth- Maldita sea, necesito aprender a controlar estas idioteces antes de que pase algo malo- Chillé de la rabia ya que necesitaba encontrar a mis padres, quizás ellos sabían algo que me sería útil. Me quedé en blanco un momento, me puse a analizar cada pequeño momento que viví con esta familia, recordé cuando me compraron una bicicleta y me enseñaron a montarla sin las rueditas de apoyo o la vez en que me compraron un helado gigante que no puedo comer por completo o esa vez en que para mi cumpleaños me guiaron con los ojos vendados hasta una habitación de la mansión en la que nunca había estado y cuando me quitaron la venda, me hallé parada en medio de una biblioteca colosal en donde la primera estantería frente a mi, contenía todas las sagas que había leído en mi vida; ese fue uno de los días más felices de mi vida y debieron ver la cara de Rose, Roger y Seth.
-Les dejaremos una nota y nos marcharemos en nuestras motos, llevaré todos mis ahorros y tu loa tuyos, podremos volver cuando queramos- Intentó animarme- Además... - Se escuchó el timbre y Seth corrió escaleras abajo para abrir al detective Wilson.