Dos Años después
Esteban caminaba por la acera frente al edificio donde quedaban las oficinas de su empresa, llevaba dos años viviendo cerca por lo que caminaba el trayecto todas las mañanas, había establecido una rutina sencilla en su vida, trabajaba toda la semana sin descanso, incluso en su hora de almuerzo, el fin de semana iba aun bar, se liaba con cualquier mujer se la llevaba a la caja y no la volvía a ver. Y empezaba de nuevo.
No tenía idea de lo que realmente había dejado de funcionar en su vida, pero de pronto ya no tenía las mismas ganas de vivir, todo se había reducido a una rutina que se repetía día tras días, sus familiares y amigos estaban preocupados, pero realmente a el le daba igual, hasta pensaba que era mejor, sus finanzas habían mejorado, su empresa estaba en auge, no le hacía falta nada, excepto… ella.
La había seguido buscando por todas partes, pero ella seguía sin aparecer, no había rastro de ella, si antes le había sido difícil, en estos dos años había sido imposible, lo ultimo día que la vio fue en el funeral, supo que se fue a casa de sus padres y de ahí, nada mas. Su padre lo había insultado por que el no tenía por qué estar buscando a una mejer que recién enviudó recientemente y un montón de babosadas que cada vez que se acordaba se le revolvía el estomago. Había contratado detectives, investigadores, había utilizado sus contactos en la policía y nada, se la había tragado la tierra y el había llegado a resignarse a perder a su amiga.
Su parte económica era a la que mejor le había ido, su empresa estaba creciendo, ya se había independizado de sus padres y le había comprado su parte a su amigo y socio Jorge, estaba a punto de cerrar un negocio con una empresa extranjera, y esto le abriría muchas puertas en el ámbito internacional, esto era lo único que le daba emoción y adrenalina en su vida, por lo que había enfocado todo su esfuerzo en ello.
Llego al edificio, tomo el ascensor y se bajo en su piso, saludo a su asistente y puso manos a la obra, ese día tenía una reunión con el representante de la empresa extranjera Montes La Publicité, era una empresa Francesa, aunque su nombre sonara latino, realmente no le importaba a que sonaba, lo realmente importante era lo que esto significaba, llamo a su asistente quien acudió de inmediato, era una joven estudiante de publicidad que le había caído del cielo, era baja de unos 1.56 cm de estatura calculaba Esteban, tenía el cabello negro y siempre lo llevaba recogido en una coleta, usaba lentes y el uniforme que el había implementado en la oficina, pantalón beige de dril con una camisa azul claro con el logo de Work Inc.
Su asistente negó con la cabeza
Melissa sonrió maravillada, su jefe iba a conseguir el contrato mas importante de su vida y se sentía muy orgullosa de ser parte de eso, aunque sea una mínima fracción
Melissa se sonrojo – No es para tanto señor
Melissa se sonrojo aun mas, si era posible, pero Esteban no lo noto. Se levanto y se fue directo a la sala de juntas, Melissa lo siguió y ultimo los detalles para que todo saliera perfecto. Pasado una hora llegaron los representantes de Montes La Publicité, se dieron los respectivos saludos y tomaron asiento
A Esteban le dio un palpito en el corazón, pero lo desecho en el momento, estaba emocionado por cerrar este negocio y se había ilusionado al saber que estaría hasta el presidente de la empresa, perdón ¿Qué dijo? La presidente? Era una mujer , tal vez eso le podía favorecer; sacudió esos pensamientos de su cabeza, no podía distraerse en estos momentos, sonrió a los representantes