La vagoneta llegó a su destino. Los jóvenes bajaron mientras eran apuntados por las armas que llevaban los sujetos. Estaban dispuestos a defenderse en cuanto bajaran del vehículo, pero notaron algo muy extraño…
- Esperen, este no es el Liceo – dijo Joshua – Es una casa.
- Una mansión – corrigió Dany.
- Es lo mismo.
- ¡Claro que no!
- Dejen de discutir, de cualquier forma, estamos en peligro – dijo Francis.
Jamie estaba atento.
- Por favor, no lastimen a mis guardias. Tengo que hablar con ustedes y esta era la única forma.
Quedaron sorprendidos cuando vieron a la persona que les hablaba.
- ¡Es Alan!
Lo reconocieron inmediatamente. Alan y Gloria llegaron a donde se encontraban.
- Les pedí a mis guardias que usaran las armas del Liceo para evitar una pelea. No quiero llamar la atención con esto.
- ¿Qué es lo que quieres? – preguntó Joshua - ¿Arthur te ordenó secuestrarnos?
- No quiero pelear.
Era verdad, él ni siquiera llevaba el uniforme del Liceo, vestía su traje casual. No tenía su arma y estaba acompañado de Gloria, una chica que jamás habían visto entre los soldados de aquel lugar. Bajaron la guardia, algo les decía que estaban bien.
- Por favor, hablemos – pidió nuevamente.
Tomaron asiento en la sala.
- ¿Quién es ella? – preguntó Dany.
- Les presento a Gloria, mi novia. Ella está enterada de todo, podemos hablar sin ningún problema.
- ¡Hola! ¡Mucho gusto!
Los jóvenes se presentaron uno por uno. Joshua se dio cuenta de algo… si Alan tenía novia en ese momento, entonces ella pudo haber roto el Hechizo de Control.
- ¿Desde cuándo es tu novia? – preguntó.
- Es reciente. Verán, hace poco mi mente se aclaró. Ahora estoy convencido de que el Liceo es un lugar peligroso para la ciudad.
Se miraron entre sí, afirmando lo que suponían sobre el hechizo.
- Arthur puso a todos en su contra. Nos reunió la semana pasada y nos dijo que ustedes tenían poderes mágicos. Los acusó de haber lastimado a un niño, el hermano menor de Kenneth. Les dijo que no debían atacar porque estaba planeando algo grande.
- ¡Ahora entiendo todo! – Dany saltó con eso - ¡Por eso ya nos odian en el salón! ¡Por su culpa!
- Sí, seguramente les dijo que Kevin era inocente – añadió Joshua – Por eso Kenneth y Emilio nos odian.
- ¿Qué clase de plan está haciendo? – preguntó Francis.
- No nos ha dado los detalles. Espero que pronto hable sobre eso, estaré atento. A pesar de haberme dado cuenta de sus malas intenciones, sigo actuando de la misma forma.
- Eso es muy inteligente de tu parte – comentó Jamie – Pero… si ya no tienes el Hechizo de Control, ¿Cómo es que Arthur no se ha dado cuenta?
- Cierto… cuando Sherly se liberó, la corrieron del Liceo – dijo Joshua.
- ¿Hechizo de Control? – Alan no sabía – Supongo que está muy concentrado en el plan que no se ha dado cuenta.
- Puede ser…
Gloria estaba confundida.
- ¿Eso quiere decir que nos ayudarás? – preguntó Joshua.
- Sí, pero debe ser en secreto. Por eso tuve que traerlos de esta manera. Debo seguir teniendo la confianza de Arthur para saber más.
- ¡Es verdad! – apoyó Dany – Al final ya no me decepcionaste, Alan. Pensaba que eras una basura.
- ¡Dany! – exclamó Joshua.
- Nos trató mal aquella vez, ¿recuerdas?
Francis y Jamie rieron.
- Debemos hacer un plan, un plan que enfrente al plan de Arthur. Estoy dispuesto a ayudarles en todo lo que necesiten.
- Muchas gracias, Alan. Me alegra saber que tenemos a alguien de nuestro lado – dijo Joshua.
En el hospital, Lucero estaba acostada en la cama, pensando en Dany. Ya era de noche y debía descansar.
- No puedo creer que no haya venido a verme… - decía, triste por lo que le había pasado y porque solamente sus papás la habían visitado, además de sus amigas, que estuvieron en el día cuando la llevaron.
Editado: 01.10.2019