A tientas busco el celular para ver que hora era, por la luz que se filtraba por las cortinas cerradas no podria ser mayo de las 9 de la mañana.
-Manuel despierta
-No quiero, estoy muy comodo - Eloisa solo podia sentir su cabeza sobre su pecho, ya que le hacia cosquillas su barba de un día y su fuerte agarre a su cintura.
Sabiendo que seria imposible que la soltara, paso sus dedos sobre su cabello, lentamente, casi hinoptico, mientras rememoraba todo lo que había pasado en tan solo unas horas, esa seguridad que tuvo para seducirlo, para solicitar lo que deseaba y sobre todo la forma en que se sintio.
-Me gusta esa mirada que tienes, espero que yo sea el causante de esos pensamientos nada puros.
-La verdad...no, estaba pensando si nos da tiempo para ir a comer con los del grupo - Eloisa prefirio mentir, no queria espantarlo, sabia que el no era bueno para hablar de los sentimientos y no queria aruinar las cosas por frases dichas por el calor del momeno.
Manuel esperaba esas palabras que podrian arruinar todo y no deseaba escucharlas, entonces porque se sintio defraudado por no oirlas.
Acepto el cambio de tema por uno más seguro, no recordaba esa reunión, pero era una via de escape ya despues analizaria su inconforidad.
-Me parece bien, comemos algo ligero - Se fue desenrredando de ese comodo cuerpo, buscando por la habitacion su ropa - Donde quedaron ... - no pudo terminar, las palabras quedaron atoradas en su garganta, se sento en la orilla de la cama, jalando las cobijas para descubrirla.
-Porque no te cubriste con algo- Solo se escuchaba su voz amortiguad por las cobijas
-Porque me gusta que me veas, como me gusta verte - con un rapido movimiento le quito las cobijas aventandolas para dejar al descubierto ese cuerpo que lo tenia hechizado - Nada me gustaria que demostrarte como me tienes hechizado, pero tenemos que ir a una comida asi que...- la tomo en brazos y fue directo a la regadera donde la fue bañando con delicadeza.
Lavando su cabello y aclarandolo, pasando la esponja por cada uno de sus curvas, sus piernas torneadas, su monte que deseava y saboreaba.
Eloisa sentia cada una de sus caricias y estaba perdiendo completamente la razón y no queria eso. Así que decidio que dos podian jugar ese juego.
Tomo el shampoo para poder lavar el cabello, paso lentamente los dedos por cada uno de sus hebras, tenia que acercarse haciendo chocar sus pechos con su torax. Cada vez que se estiraba y bajaba lentamente, facilitando el proceso por el agua y la diferencia de estatura. Sus gruñidos eran la indiccion que el se encontraba igual de perdido que ella.
-Al demonio, pequeña bruja. No me importa llegar a la hora del postre.- Con una facilidad la tomo de la cintura elevandola para que enredera sus piernas a su cintura y sus sexos estuvieran en constante friccion.
Rapidamente cerro las llaves de agua y la llevo a la cama sin previo interludio se suergio en esa cabidad tan ansiada.
Eloisa lo mordia del hombro para acallar los gritos. Este encuetro era completamente diferente a lo de la noche anterior, uno era dulce y ahora era completamente animal, salvaje, primitivo.
Manuel sabia que era demasiado duro, se quiso frenar pero la respuesta de ella lo hacia imposible. Jamás penso que ya estaría lista para recibirlo, tan húmeda, tan exquisita.
Unas cuantas embestidas más y llegaron juntos al abismo. Sin salir de ella, levanto la cara buscando su mirada y soportando su peso con sus brazos.
No dijeron nada solo mirandose a los ojos, intentando regular su respiración. Lentamente una sonrisa fue dibujada en ambos rostros. Manuel salio lentamente de ella para irse a duchar y preparandose para salir.
Sabiendo que ella lo observaba camino como Dios lo trajo al mundo, no era vanidoso pero sabia que no estaba de desmerecer, su cuerpo estaba trabajado y no le era indiferente para las mujeres.
Despues de verlo desaparecer por la puerta del baño, Eloisa se puso su bata mientras buscaba que se iba a poner. Riendose de como sucedieron las cosas.
Chorrendo de agua y solo con una toalla amarrada a la cintura, le dio una nalgada incitandola a entrar al baño y que se apurara, Eloisa emitio un ligero grito de sorpresa y desatando su bata la dejo caer, camino cotoneandose hasta llegar al baño y cerro la puerta en sus naries pociendo seguro porque sabie que si lo dejaba entrar no saldrian del departamento.
Escuchando un grito de frustración, por parte de Manuel, al intentar abrir la puerta y percartarse que se encontraba cerrada y la carcajada de Eloisa al verce vencedoray poderosa.
Ella vestida con un con un pntlon negro y playera negra. Su chamara de mezclilla y unos tenis grises, el look ideal para salir a comer y caminar despues.
Sintiendo su presencia detras de ella, levanto la mirada y lo vio recargado en el marco de la puera, intentando ocultar una risa.
Con esa look estaban gritando a los cuatro vientos que eran una pareja. Eloisa lo vio directamente a los ojos esperando, el solo estiro la mano para tomar la suya y enrredar los dedos.
Ya en el auto busco la direccion donde se encontrarian, porque nuevamente lo volvieron a cambiar. Decidieron por el coral, un restaurante familiar que se encontraba en el centro de coyoacan.
Al llegar preguntaron la recervacion, indicandole que se encontraba en el segundo piso. Tomados de la mano se dirigiero ahi, ya se encontraban todos. Los cuales les sorprendio verlos juntos y mas tomados de la mano.
Rapidemente saludaron a todos y viendo que se sentarian separados, se diero un apreton de manos.
Viendo donde la podria sentar sin preocuparse de manos mañosas decidio sentarla entre Liz y Victor.
-Me sacrificare de estar rodeado de mujeres hermosas y te sedere el lugar bro - Todos soltaron la carcajada por ver como les dolia separarse.
-Gracias bro - Manuel le agrdecio chocando las manos, ayudo a Eloisa a sentarse, sintiendo erizar la piel tomo su lugar buscando de donde provenia esa mirada.