Maraton 1/5
-Para por favor- gritó Kailene, cuando Isaac empezaba a tirar todo lo que conseguía a su paso.
-Déjame en paz Iniuska- dijo mirando a Kailene. Esta se quedó de piedra, la había llamado por el nombre de su difunta esposa y Kailene se puso de mal humor.
- ¿Iniuska? ¿Es enserio? Hace poco dijiste que no me parecía en nada a ella y ahora me llamas por su nombre. Qué te pasa yo no soy ella ni mucho menos pretendo parecérmele nunca fue mi intención contraer matrimonio con alguien, y no quiero estar en la vida de alguien que me ve como si fuera su esposa muerta y no como quien verdaderamente soy. Me llamo Kailene y no Iniuska si quieres seguir con este teatro de matrimonio debes tener presente eso- Kailene estaba muy molesta eso se veía venir Isaac se quedó de piedra allí mientras veía a Kailene marcharse hacia una de las habitaciones de la nave.
Kailene se sentía eufórica pensaba que el peor error que había cometido Isaac era haberla escogido y desde ese momento ella haría que él se arrepintiera de ello, ella no quería ser la viva imagen de Iniuska, ella sabía lo que valía y no pretendía vivir a la sombra de aquella mujer. Ella haría que él se grabara en la mente que ella no era su esposa muerta. Tenían personalidades muy diferentes y él lo sabía.
Kailene se quedó todo el recorrido dentro de aquella habitación y no salió hasta que llegaron a Pangera, la ciudad estaba muy limpia, ellos dormirían en la Mansión Lila en habitaciones especialmente acomodadas para ellos, en los días que estuviesen por el sector de los cafetales que denominaban el número 3. Todo estaba igual de cómo lo recordaba, esa noche decidió que dormiría con Irina y rechazo la mano y la compañía de Isaac desde que se bajó de la nave no parecían un matrimonio feliz que era lo que habían tratado de venderles a todos en los sectores de las diferentes zonas.
Isaac estaba muy molesto con Kailene le reclamaba siempre pero ella hacia como si no existiera, lo dejaba hablando solo o apenas el intentaba hablar con ella, ella se retiraba y no le daba oportunidad de hablar. Durante las cenas que se suscitaron en ese sector de Pangera, Kailene tomaba el lugar de Irina e Irina el lugar de ella. Los bailes en aquella casa eran fastuosos y contaban con la presencia del Krouden de Pangera y su sufrida esposa. Kailene se sentía un poco mareada ya llevaban cuatro semanas allí no pensaba que esa estancia fuese tan larga, lo único bueno era que por las tardes podía ver a su padre ya que había sido contratado en la Mansión Lila como jardinero. Estaba en buenas condiciones y parecía más joven. Sabía que su padre estaba allí gracias a la intervención de Isaac pero no daría su brazo a torcer.
Se levantó para ir al baño ya que se sentía un poco indispuesta, camino hasta allí con paso lento unas ganas de vomitar la embargaban llego hasta el baño giro el pomo de la puerta el baño se veía oscuro, pero en el fondo se reflejaba una figura muy particular. Encendió las luces y con su mirada un poco borrosa vio al Krouden de Pangera frente a ella.
-Te estaba esperando yo sabía que vendrías, el líquido no tardaría en hacer efecto y pronto tendrías que recurrir al baño, si tu sirvienta hubiese venido hubiera tenido que asesinarla, es un verdadero incordió esa mujer- esto lo dijo con un tono frio que hizo que a Kailene se le erizara la piel. Ella trató de salir y lo logro, pero ella no camino dos pasos cuando el hombre la agarro y la llevó a un cuarto que quedaba en uno de los pasillos contiguos al baño. La metió en una de aquellas habitaciones y ninguna persona se encontraba por allí, trató de gritar pero fue inútil. El hombre removió el vestido sigilosamente, se sentía realmente asustada y le daba asco aquello, Isaac llegaría en cualquier momento sabía que si ella tardaba en la buscaría y la salvaría, pero no ocurrió así, el Krouden David la violo y la golpeó cuantas veces quiso y nunca llegó Isaac.
Si los libros que ella había leído de niña eran pura ficción el príncipe nunca llego a rescatarla, esas cosas eran mentiras aquello le demostró que los príncipes no existen y no te rescatan en el momento indicado. Se quedó allí en aquella cama, sin poder moverse, lo que fuera que le había colocado el Krouden era algo fuerte ya que sentía que llevaba mucho tiempo allí y su efecto no pasaba. El Krouden se había marchado desde hacía mucho tiempo. Se sentía asquerosamente mal y sucia, sus partes íntimas le dolían. El Krouden la había tratado bruscamente sintió desfallecer y sus ojos se cerraron, se había desmayado.
…..
Un halo de luz entró por la ventana, los ojos de Kailene se abrieron automáticamente al sentir ese calor que emanaba el sol, debió ser muy tarde y hacía mucho calor, ya podía mover su cuerpo pero su intimidad todavía le seguía doliendo. Como pudo se colocó el vestido y salió de allí tambaleándose. Llego a la habitación que ocupaba con Irina, ya que desde que llegaron había decidido dormir con ella. Unas flores se encontraban encima de una de las mesitas de noche con una nota que decía