Cap. 8 "Las armas"

  Hoy me levanté más temprano, no podía dejar que Helen siempre me despertara así que por un día la despertaré yo.

 Fui hacia su habitación pero podía oir hablar a dos personas. Era Helen y Jake. Al parecer ya se había despertado así que no será necesario hacerlo yo.

 Cualquier persona hubiera espiado la conversación pero... Si quiero que me respeten como líder tendré que pensarme más las cosas antes de hacerlas.

 Así que decidí ir a desayunar, era muy temprano así que no había casi nadie. Solamente Sam.

—Buenos días Sam! —le dediqué una sonrisa.

—Buenos días —me respondió —mañana empezará esta locura, como te sientes respecto a eso?

 No voy a negar que estoy muy nervioso, tal vez asustado. Nunca imaginé que tuviera que pasar por una situación como esta. Pero tengo que parecer relajado, que pensarían los demás si su líder tiene miedo? Tendrían miedo también y eso sería lo peor ya que si la negatividad es fuerte lo único que nos esperará será la muerte.

—Lo lograremos, ganaremos ésto, y cuando eso suceda viviremos una vida normal y cumpliremos nuestros sueños... —dije.

—Zac... —se nos acercó Sara —no tienes que jugar a ser el líder. Solo se tú mismo.

—De que hablas?

—Ví cuando estabas frente a la habitación de Helen, en tu cara se reflejaron claras intenciones de oir la conversación... Sin embargo te apartaste de la puerta y te fuiste —afirmó Sara —y ahora estas mintiendo, en realidad estas asustado y no sabes lo que va a pasar. Lo pude deducir al ver tu reacción cuando Sam te lo preguntó.

 Sara me ha descubierto.

—Tonterías —dije.

—Yo creo que Sara tiene razón —dijo Sam.

—De que lado estas?

—No tienes que forzarte a hacer cosas que no sueles hacer. Solo se tu mismo, recuerda que más que líder eres nuestro amigo —reafirmó Sam mientras Sara asentía con la cabeza.

—Iré a entrenar —dije mientras cruzaba la puerta del comedor.

 Me dirigí hacia el gimnasio y me centré en mejorar mi físico. Con mayor fuerza mayor posibilidad de ganar en una pelea a puño limpio. También quería despejarme... Esa conversación que tuve con Sam y Sara me ha dejado muy inquieto.

 Ya cuando el cansancio me superó me deje caer sobre el suelo de madera mirando el techo. Tal sofoco no me dejaba pensar, y eso buscaba...

 Me levanté del suelo y fui a dejar las pesas en su lugar cuando lo ví. Una pequeña ranura en la pared detrás del estante. Había visto esa figura en alguna parte pero... Donde?

—Zac! —llamó Katherine.

—Oh... Que haces aquí?

—Llevamos un tiempo buscándote... —me observó mientras apartaba mi dedo de la ranura —Que haces?

—No es nada —no puedo confiar en nadie, si no dijeron nada de esto antes es porque es algo que no debe saber todo el mundo —Para que me buscabas?

—Vamos a entrenar con las armas —me dijo.

—De acuerdo, voy a tomar una ducha y enseguida estoy allá.

 Me dirigí hacia el baño mientras trataba de recordar donde había visto dicha figura.

 Mi mala memoria no me permitió acordarme. Así que sin más me dirigí hacia la Sala de armas.

—Ya estoy aquí —dije mientras cruzaba la puerta.

—Zac, ya hemos hecho las pruebas de puntería y destreza con todas las armas y hasta ahora estos son los resultados —dijo mientras me entregaba un papel con dicha información.

 Kath ya pertenecía a Esgrima así que la Espada era su fuerte. Los del club de Voleibol eran casi todos habilidosos con las armas de corto alcance a excepción de Sam que tenía una puntería refinada con las armas de fuego.

 Jake y Sebas carecían de talento tanto para las armas de fuego como las armas de corto alcance, así que se les dio una pistola para que aprendieran como defenderse con ellas al menos.

 A Helen los conocimientos de gimnasia le dan ventaja en peleas de cercanía por lo tanto el cuchillo será lo mejor para ella, para prevenir catástrofes tendrá una pistola también ya que es una chica pequeña.

 Y por último Sara... Como tiene un físico común en chicas de su edad las armas de cerca no son una opción. Tampoco tiene experiencia con armas de fuego. Así que se le dará una pistola, si el enemigo esta cerca es difícil fallar.

 Solo falto yo...

 Tarde lo que restaba de la tarde buscando algo en lo que me destacara más. Y justo como pensaba, tengo mayor habilidad con armas de cerca al igual que los demás del club de Voleibol sin contar a Sam.

                                ...

 Ya en el comedor después de una buena ducha empezamos a cenar. Podía sentir la tensión, el miedo y los nervios que había ahí.

—Chicos, vamos a jugar algunos juegos de mesa... —propuse. Y fue entonces cuando recordé.

 Pero claro... El juego de Ajedrez. La corona del rey era algo peculiar y diferente al de los Juegos comunes. Quien imaginaría que aquella pieza fuera la llave de aquel misterio.

—Pero que tonto soy, tienen que dormir bien ya que esta locura empieza mañana —dije para que fueran a dormir lo más rápido posible.

 Ya dentro de mi habitación esperé hasta que todos estuvieran dormidos y fui en busca de la pieza. La llevé al gimnasio y coloque la corona en la ranura.

 Encajaba perfectamente. En cuestión de segundos la pared accionó y dejó a la vista unas oscuras escaleras que llevaban a una habitación debajo del gimnasio.