Parecemos Tontos

Diario de Paul VIII: ¡¡De viernes!!

Londres, 5 de septiembre

Ayer me lo pasé bien con Jo. Me llevó a un bar que hay por el centro y estuvimos de cervezas. Hablamos mucho de Carrbridge, ella me preguntaba y yo estaba feliz de contarle cosas. Me cae genial, es muy buena tía. Hablamos de fútbol y me hace mucha gracia. Le dije que estaba alucinado con lo de ir a ver al Millwall y me dijo que su abuelo era abonado, su padre también y ella también, por tradición. Aunque su padre hubiera preferido tener un niño para eso, y por esa razón ella es un león de Millwall con coletas. Le confesé que me alegraba de haberla conocido y que esperaba que fuésemos amigos mucho tiempo. Sería la cerveza. Ella también me dijo que yo le gustaba, que se lo pasaba bien conmigo. Me dijo que no es que tuviera amigos en el colegio y que, por eso, se alegraba de que hubiéramos congeniado. ¡Es genial! De verdad. No podría decir que es una mejor amiga como Claire, Jo es como una amiga de verdad. Claire, bueno, es esa mejor amiga que es tu amiga porque no quiere ser algo más.

Hoy en clase, normal. Creo que el tal Barry  pasa de mí. Mejor. Después en el patio se ha acercado Delia con sus amigos y nos ha propuesto salir. Creo que se me ha visto el plumero porque muy rápidamente he dicho que sí sin contar con Dean y Joanne, aunque no iría si ellos no hubiesen querido. Al final, ha sido Dean el que ha elegido el sitio donde quedar. Yo he alzado las cejas contrariado,  pero no sé más que él.

*

He llegado a casa y he comido algo. Me he tumbado un rato a pensar. A veces lo hago, aunque parezca que soy un descerebrado. Han venido David y Sophy y mis tíos. Carl ha seguido trabajando en su despacho, pobre. Después he pasado por la ducha y me he puesto lo primero que he pillado, vaqueros, camiseta y una sudadera de Abercrombie&Fitch blanca. No hacía mucho frío, pero más vale prevenir. He oído a mi tía decir que venían a buscarme y he ido andando tranquilo hasta el salón mirándome los calcetines. He visto a Sophy salir escopetada hacia la puerta cuando mi tía ha abierto.

—¡Delia! —ha dicho colgándose como un mono a la chica.

—¡Ey, Delia! ¿Qué tal? —me he metido las manos en los bolsillos porque no sabía bien qué hacer con ellas —. Sophy, déjala en paz, ¡anda!

—Hola —ha dicho sonriendo inmensamente—. ¿Soy la última en llegar? —ha añadido un poco cortada.

—No, la primera —he mirado el reloj, no sabía si había llegado muy pronto o que los demás llegaban muy tarde—. Emm… voy a ponerme mis zapatillas y vengo.

—Se queda conmigo, ¿vale Delia? —le ha dicho mi prima que es la presidenta del "Club de Fans de Delia".

—Bueno, perdona, estaba haciendo unas cosas en la cocina—ha dicho mi tía viniendo al salón sonriente —. Soy Franny, la tía de Paul—le ha tendido la mano simpática. Mi tía es así, anfitriona por naturaleza. Delia le ha sonreído un poco cortada—. Sophia, ¿has recogido tus juegos en la habitación?

—No...

—Pues entonces deja a la amiga de Paul en paz y ve a recogerlo que en seguida te vas a meter al baño.

—Jooo... Delia, ¿me ayudas? —le ha dicho la pequeña cogiéndole de la mano.

—Sophia... —le he dicho yo para que no la agobiara.

—No pasa nada —me ha sonreído. Es demasiado complaciente, bueno con Sophy cualquiera lo es, supongo.

—Bueno... aunque nos la estás malcriando, que lo sepas —he dicho yendo hacia el pasillo.

He ido a mi habitación y he buscado las zapatillas debajo de la cama. Me he calzado las NewBalance, que las llevo sin atar y me las pongo más rápido. Las tengo un poco hechas polvo, por cierto.

Me he quedado mirando a las dos bajo el dintel de la puerta de la habitación de la niña, sonriendo. No he dicho nada, sólo he esperado a que Delia me mirara. Estaban recogiendo los juguetes de Sophia. Esta niña… ¡qué morro tiene! Ella me ha mirado, no he estado en silencio todo lo que me habría gustado para seguir observándolas, y me ha sonreído. Se ha acercado hasta la puerta.

—¡Vaya, Sophy! ¡Mira qué guapo se ha puesto tu primo! —ha dicho riéndose. Yo he sacudido la cabeza sin creerla.

—Gracias, tú también estás muy bien —he dicho aun sonriéndole—. Dime, ¿has llegado tan pronto porque tenías muchas ganas de verme?

—No, pensaba que llegaba la última, de verdad —ha dicho haciéndose la tonta. Me ha hecho gracia—. Y admite que a ti también te ha gustado que viniera antes, ¡eh! —me ha dicho mientras sonreía de forma pícara.




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