Martes, Londres 16 de Septiembre
El lunes en clase de dibujo, bien. Se me da bien. Bueno, eso del diédrico tiene su cosa, al principio me costaba mucho entenderlo, pero ya le cojo el tranquillo. Joanne no tanto, el profe tuvo que explicárselo en la mesa. Justo en ese momento llegó Delia a clase, le sonreí. Había visto su sitio vacío y temía que la hubieran encerrado en un psiquiátrico aquella mañana. Está loca, podría suceder. Paso aposta por mi mesa y me revolvió el pelo y me sacó la lengua. No le quité los ojos de encima hasta que se sentó en su mesa. Probablemente no lo hice hasta pasado un buen rato, hasta que Jo se dio la vuelta para decirme que ya más o menos se enteraba de algo. Yo le sonreí y miré a Dean. Él no apartaba los ojos del ejercicio, parecía haberlo pillado a la primera. Joanne le miró también y resopló.
—¡Condenado cerebrito!
Me reí. Al fin y al cabo, Dean es lo que es, y es un cerebrito.
Salimos todos al patio hablando. Yo con Dean y con Aaron y las chicas entre ellas. Me saludó a lo lejos mi primo David y yo le saludé con la mano y una sonrisa. Miré de reojo a Delia, tenía que hablar con ella para saber si se iba a la playa o se quedaba. Me acerqué simpático, intentando no llamar demasiado la atención de nuestros amigos, también con cautela porque no me fiaba de que le diera por hacer uno de sus giros de guion repentinos y tuviera el día torcido.
Le pregunté por la posibilidad de la fiesta haciéndome un poco el tonto y ella se hacía la dura como si no estuviera convencida, aunque terminó sonriendo y diciéndome que se quedaría, pero con condiciones que yo tenía que cumplir. Me reí mirándola con curiosidad y ella puso una sonrisa sesgada que me invitó a morderme el labio inferior inconscientemente. Cuando volví a mirar al resto de nuestros compañeros juraría que estaban todos flipándolo con que estuviéramos hablando. Les sonreí restándole importancia.
Clases de física y de química. Odio química, no lo soporto, me parece aburridísimo. Todavía biología tiene su cosa, pero ¿a mí qué me importa ajustar la reacción de ácido sulfúrico más no sé qué para dar azufre y agua? ¿O cuántos moles de O₂ hay en el aire? Espera un momento, ¿qué coño es un mol? No me hace falta calcular los moles de una disolución de Espidifen para saber que siempre, siempre, van a quedarse restos en el vaso aunque remuevas mucho. Física, eso sí que es otra cosa. Algo con mucho más sentido, de hecho todo el sentido del mundo. Pura lógica, demostrable. Si algo se mueve, se mueve, si sube baja, y si se cae, se cae. Punto. Facilísimo.
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Hoy martes, me he despertado de buen humor pensando que nada iba a ir mal esta semana. No sé por qué. Me he pasado todo el viaje al colegio bromeando con David. Hasta mi tío Carl se ha reído en un par de ocasiones. Pero Sophia estaba muerta de sueño. He tenido que bajarme del coche con cuidado de no despertarla mientras bostezaba en mi hombro.
He ido a la cafetería con David, he pedido un café para mí y un zumo de naranja para él. Hemos seguido de cachondeo. Me gusta mucho bromear con mi primo, porque es menos inocente de lo que parece. Ha llegado Dean sonriendo. Hemos estado allí los tres, se llevan bien y eso me gusta. Ha llegado la hora de ir a clase. Me he cruzado con Delia por el pasillo, le he echado una sonrisa y ella ha venido a revolverme el pelo. No me gusta mucho que haga eso, pero no le digo nada, porque al menos se ríe. Y siempre es mejor que se ría. Sobre todo porque cuando se enfada consigue que me sienta bastante mal.
Ayer casi no pasé tiempo con Joanne, así que en el descanso he estado con ella en el atrio interior. Hoy chispeaba. Me ha dicho que si esta tarde dábamos una vuelta y le he dicho que sí.
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He quedado con Jo a las cinco en un parque que hay cerca de casa. Al llegar he comido algo rápido y me he ido a mi cuarto, a ver por dónde empezaba el ensayo que nos había mandado el de literatura. Me he quedado pensando, si estuviera en Carrbridge ni siquiera me habría planteado el hacerlo. Se lo habría pedido a alguien para copiarlo y lo habría retocado un poco para que pareciese diferente. Aquí me estoy portando demasiado bien. Mi madre estará orgullosa, a mi pesar.
Ha llegado Franny y después mis primos poco antes de irme. Sophy casi se pone a llorar porque ya me iba. Le he tenido que prometer que después jugaríamos un rato. Mi tía me ha dicho que no le haga ni caso, que está tonteando, y sigo haciendo todo lo que me pide. Le he dicho que no puedo evitarlo, igual que ella conmigo, porque soy su favorito. Se ha reído y me ha dicho: «¡lo peor es que tienes razón!».
Cuando he llegado al parque ya estaba Jo sentada en un banco leyendo un libro. Me he acercado tranquilamente y me he sentado a su lado. Me he reclinado y he cruzado los pies sobre los tobillos a la vez que me metía las manos en los bolsillos. Me he quedado mirando al frente. He oído como cerraba el libro. He mirado de reojo y me estaba mirando con una sonrisa. Ha levantado una ceja y he girado la cara hacia ella sonriendo.