Miércoles, 17 de Septiembre
¡Mierda! No me acordaba de ningún examen hasta que al encender el móvil por la mañana me llegó un mensaje de Delia. Platón. ¡Puf! Sólo recordaba vagamente el mito de la caverna, eso entraría ¿no? Ni si quiera había prestado atención ayer. Bah, mira, paso, filosofía me la suda, no lo aguanto para nada.
Bueno, llegué al colegio y con un café me leí un poco por encima el libro, porque apuntes no había tomado apenas. ¡Vaya plomo! Qué aburrido. No me quedé con casi nada, pero bueno, al leer lo del mito de la caverna me di cuenta de que lo recordaba bastante bien. Llegó Dean, él seguro que había estudiado y Joanne seguro que también. En fin, me daba igual. Cerré el libro justo cuando él me preguntó cómo lo llevaba.
—Hazte una idea —le dije riéndome. Él resopló y me miró sonriendo.
*
Llegó el momento del examen. Fue fácil, completamente previsible. Las preguntas eran claras, tal cual el libro. ¿Que qué fue mal? Pues que apenas recordaba lo que había leído. Y mira que me fastidia, habría sido fácil. ¿Sabes esa sensación que se tiene cuando sabes la respuesta a algo pero no sabes cómo empezar y consigues hacer una frase que no tiene ni sujeto ni predicado? Pues así me pasaba todo el rato. Lo del mito de la caverna lo clavé. Así que un dos tengo, fijo. Y puede que, entre unas cosas y otras, a lo mejor llegue a un tres y medio. ¡Soy un gañán! No hay más que decir sobre el tema.
Salimos al recreo, y fui hablando con Joanne. Hasta le pegué un abrazo, me apetecía un montón. ¡Qué mona! Desde que me contó lo que me contó, la veía mucho aún más vulnerable de lo que me pareció al principio. A pesar de sus coletillas cuando hablaba en plan chungo. Además ya nos soltábamos bastante el uno con el otro y la relación que tenemos va debuti. Nos sentamos en un banco del patio. Delia se comía una manzana y yo la miraba, sí.
—Stonem… —me dijo bajito Dean—quiere a… —dijo mientras le miraba con cara de pocos amigos, aunque no colaba—… Miller.
—¡Eres un poco bobo! —dije haciéndome el enfadado. En realidad eso era imposible, es que es demasiado gracioso detrás de esas gafas de pasta—. ¿Y tú qué? ¿Le has echado el ojo a alguna chica?
—Bueno, en realidad, sí —dijo rascándose tontamente la cabeza—. A Emily. ¿Me ayudas?
—¡Venga ya! —dije mucho más alto de lo que estábamos hablando—. ¡No!
—¡Peor que el perro del Hortelano, Paul! —me dijo riéndose.
—¿Qué decís? —dijo Joanne en ese momento.
—Nada… —dije mirándola—. No parecen interesarle las relaciones serias —le dije a mi amigo con un gesto solemne.
—Pero, ¿qué dices? Si yo no la quiero de novia. Sólo quiero…
Me empecé a reír antes de que terminara la frase, sólo de imaginarme como acababa, viniendo de él, me pareció graciosa. Es como lo contrario a lo que esperarías oír de un chico como Dean. Pero, oye, al final es un chico como otro cualquiera. Y apunta alto, porque Emily es, sin duda, de las más guapas de la clase.
—¿Qué chica? —insistió Joanne.
—Nadie… —dijo Dean riéndose.
—¡Oye, va! Guay, os odio.
*
Última hora, gramática. Un soberano coñazo de predicados, complementos del verbo y complementos indirectos. ¡Qué aburrimiento! ¿Por qué se me dará tan mal?
Por fin he llegado a casa y he comido algo. Los miércoles están bien porque llego antes a casa. He hecho algunas tareas por encima, pero me he quedado sobado en la cama un buen rato.
Me ha despertado Sophia, gritándose con David. ¡Estaban discutiendo por algo! Probablemente llevarían un buen rato discutiendo desde que habían llegado. He mirado el reloj, joder me he sobado mogollón. Odio despertarme de la siesta porque voy como un zombi por todas partes y me cuesta abrir un libro y enterarme a la primera de lo que leo. Bueno, me cuesta hacer casi cualquier cosa. Después de saludar a mi tía y a mis primos me he puesto a hacer deberes, no sin antes palmearme la cara para despejarme.
Pi pi, pi pi.
Te vienes a dar una vuelta ? ^^ me aburro, pero solo tú y yo :P
De: Delia. A las: 17:05
He sonreído y le he contestado al instante.