Pase lo que pase, siempre te querré ©

***

 

Helena Smith

Piensa, piensa,piensa. Acabo de desvelar mi identidad, y aunque parezca algo torpe, mona y empollona, ni mi hermana sabe que soy guardaespaldas de un camello.

Esto se me está yendo de las manos, mi hermana me da pena, se cree que no se nada, y es que es tan inocente... es una dulzura verla dormir por las noches...

-Helena, ¿es verdad que tienes un reguero de cuerpos a tus espaldas?-. Adrián me lo pregunto en silencio, como si temiese que le metiera una bala entre ceja y ceja en cuestión de instantes. -No tontito, no he matado a nadie, pero ¿A que impone?-. Dejé escapar una risa nerviosa, y me encaminé hacia mi volvo con intención de cambiarme de ropa, una visita a un Pub en pleno domingo por la noche no deseaba nada bueno.

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Cara Smith

Escuché la llave entrando en la cerradura, era demasiado pronto para que fuera papá, y Helena sabía que me daba miedo quedarme en casa, por lo que desde pequeñas acordamos que me llamaría antes de entrar.

Me levanté de mi escritorio y bajé al salón lo mas silenciosamente que pude, el intruso estaba entrando por la puerta de atrás, cuando subiese al piso superior... Zas! Le tumbaría como me enseñó Helena, es una técnica fácil, no me tendría que constar, en su momento ella me preguntó si quería apuntarme, pero me negué, como me arrepiento.

Pude ver que eran dos personas, una chica y un chico distinguí por las voces, fácil, mientras bloqueo a la chica, golpearé al chico, todo estaba según lo planeado, hasta me dio tiempo a hacerle una técnica a la chica, que no le costo zafarse y dejarme en el suelo, era Helena.
 

Helena

Decidí entrar por la puerta trasera, no sabia si Cara seguía en casa y no me iba a arriesgar, no tenia tiempo.

Entre con Dueñas pisándome los talones hasta que poco antes de empezar a subir las escaleras, alguien me hizo un "mataleón" (Una técnica de ahogamiento muy peligrosa), he de reconocer que la técnica era buena, pero no lo suficiente, logré zafarme de mi oponente y derribarlo al suelo, no me lo podía creer, era Cara.

-Buena técnica-. La felicité. -Tengo que ir un momento arriba, me cambiare y me volveré a ir, Dueñas subirá conmigo-. Sinceramente, en otras condiciones me hubiese parado a ver como estaba, pero no tenia tiempo. -0693A-. Código secreto de : no hables, no preguntes, debo confesarte algo, espérame despierta-.

Subí a mi habitación y sustituí mis pantalones metalizados por una mallas negras gruesas y mi top por un body negro de cuello en "v". Me puse rimel, pintalabios granate, cogí el cargador del móvil y salimos por la puerta, la operación no duró mas de cinco minutos, cuando recordé que puede que mi jefe estuviese en ese Pub.

Adrían Dueñas

Estabamos a punto de salir cuando Helena se giró y me preguntó, -¿Tu jefe va a estar?-. La pregunta me cogió por sorpresa, -No, lo se-. Conseguí articular. Ella simplemente me dió un pico y volvió arriba a su habitación, cuando bajo yo la veia igual, pero algo en mí sabia que había subido a por su arma.

Llegamos al Pub a eso de las once, bajamos de su coche y entramos. Mi móvil sonó y Alex me avisó que estaban en un reservado, me indicó cual y nos adentramos entre la gente y el griterío. No quedaba nada para entrar, había divisado la puerta desde hacía varios metros, pero antes de entrar Helena se paró en seco, echó mano a su sujetador y saco una "Acus 98 DA", hasta casi en la penumbra parecía bonita... No me dió tiempo a reaccionar cuando ví que Helena entraba en el resevado empuñando el arma... Lo que sucedió a continuación me dejó atónito.

Helena Smith

Levanté mi pistola y entré al reservado, no sabía que podía encontrarme, pensé de todo, menos encontrarme cara a cara con mi jefe.

-Alex!!-. Mi voz trasmitía sorpresa. -¿Cómo es que ahora te encargas tú del trabajo sucio?-. -Helena, yo también me alegro de verte, pero si no te importa, baja el arma-. Las palabras de Dueñas me sacaron de trance. -Vosotros dos, ¿os conocéis?-. Eché una mirada cómplice a Alex, iba a ser el el que le explicase todo...

-Bueno, pues que ves-. La voz de Alex sonaba tranquila, casi demasiado. -Puess... que mi novia y me jefe se conocen y no de haberse visto un par de veces en un Pub, de eso estoy seguro-. Su voz sonaba con una determinación que su rostro no reflejaba. -Acertaste amigo, Alex es mi jefe desde hace año y medio, yo simplemente soy su guarda espaldas y su ojito derecho...-. mi voz sonaba divertida, me estaba empezando a gustar todo esto...

Nos sentamos con un cubata cada uno, el mio apenas tenia sustancia, si pasaba algo e iba borracha, mal dispararía o atacaría o defendería, todo iba perfecto, hasta que Carmona entró por la puerta del Pub. En ese momento mi cara cambió, y Alex fué el primero en notarlo, acto seguido cerró la puerta del reservado y me pidió que me marchara a casa por la puerta trasera.




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