Le conté todo a París, cada detalle, cada cosa, ella me escucho, atenta mientras me daba café.
—¿Lo amas?
—Si
—Entonces, ¿Por qué vas a dejar que una muerta de hambre te quite a tu esposo? Esa mujer parece que haría todo para alejarte de él, no se lo permitas. Debes luchar
—Estoy muy enojada
—Pues no hagas que ese enojo, hable por ti ya quiero conocerlo
Alessio se sorprendió mucho al conocer a París, ella estaba encantada.
—Es un placer conocerte al fin, Rouses me contó mucho sobre ti
—Pero no me dijo nada de ti —París me miro
—Qué ingrata eres —La miré
—Se me escapo
—A ti todo se te escapa
—Hermanita, no, ni sabes me dieron el trabajo
—¿De striper? —Pregunto Paris
—De profesor de física en un colegio
—Felicidades ¿Ya les dijiste a…?
—No, están peleando porque mamá está saliendo con un banquero
—¿Tus padres están divorciados?
—Ya quisiera, son como estos dos, se enojan, se vuelven a enojar —Lo mire
—Eso no es cierto
—¿No estás enojada con él?
—No la molestes Cristiano
—Vale, ya
—Entonces Profesor, Rouses dijo que me llevarías a conocer Roma, porque ella tiene que trabajar —Me miro —Quiero ir de compras
—¿De qué habla?
—Por favor, te lo compensaré
—¿Por qué no le dices a tu marido que le ponga un chofer? —Mire a Alessio
—Él ya me dio un chofer, pero no quiero que le pase nada —Suspiro
—Está bien, pero si me vuelvo loco me las pagarás
—Gracias
—¿Nos vamos?
—Voy por mis cosas
—Los veo en la noche —Se fue siguiendo a Cristiano y molestando
—Es simpática
—Es un dolor de cabeza, que mi abuela envió para ver como vamos
—¿Y como vamos? —Lo mire
—Solo vamos
Al llegar mi padre me dio los últimos informes, más bombas pequeñas, y sin un rastro claro, esto me desesperaba.
—Hola mi amor —Como supuse, ella volvió aparecer
—¿Que haces aquí Sandra? ¿Que no entendiste?
—No creo que entienda palabras, parece que tiene humo en la cabeza —Mire a Cronos —Solo le gusta fastidiar —Sonrió, y se sentó
—Tengo algo para ti Maléfica —Lo miré —Milo
Unos hombres trajeron algo de bajo de una tela, y la quitaron revelando una silla.
—Ese es el asiento de mi madre —Mire a Sandra
—Cuando gobiernes te sentaras ahí
—Pero como te atreves a dárselo a ella —Chequeo los dedos y mire como la retenían —Suélteme, es una orden
—y Ahora, ninguna emperatriz gobierna sin corona —Se puso de pie y le extendieron una caja y él la abrió sacando una corona y me la puso —Quien se atreva a dañarte, se lo tiene que pensar dos veces, estás magnífica. —Lo miré —No me mires, así que parece que me invitas a pecar, y quiero irme al cielo, pero supongo que puedo probar el cielo de tus labios y de tus ojos
Me tomo de la mano y me hizo dar una vuelta, que de espaldas a él y me guio hasta el asiento, me hizo sentarme y sonrió. Lo que siguió no lo espere, se colocó sobre una rodilla inclinando la cabeza ante mí, sus hombres lo miraban sorprendido, su hermana mismo. Cuando se puso de pie, yo hice lo mismo, él se puso a mi lado, y su hombre de confianza nos tomó una foto.
—Comete el mundo —Susurro en mi oído —No te limites y ya no me mires así o te secuestro y él no te tendrá nunca más
—Entendido
Camino conmigo hasta que me hizo pararme alado de Alessio, él me miro enojado, yo estaba feliz, me sentía una diosa, me sentía superior, invencible.
—Solo míralos hermanita, son perfectos, el bien y el mal juntos, son tal para cual, solo que no estás lista para esa conversación.
—Rouses —Gire mirando a Bianca, que bajaba muy arreglada —Tu tío llamo
—¿Cuál?
—El griego niña
—Debe estar muy enojado
—No lo hizo notar, dijo que debes ir a verlo inmediatamente y que lleves a tu esposo —Miro a Alessio con desdén y luego a mí —Puedes llevarlo como un accesorio, como yo lo hago
—Gracias, Bianca, y qué buen consejo le das a nuestra hija sobre el matrimonio
—¿No es como tú me tratabas cuando nos casamos? Se alzó los lentes de sol, como un accesorio, que utilizabas cuando querías algo, descendientes, para después irte con tus amantes —Me miro
—Yo…
—¿Tú qué? —Sonrió al ver que dejo de hablar —No te vayas a sentir mal por ser egoista Alejandra, todos tenemos un límite y tu prima propaso el suyo, no pueden esperar que te dejes pisotear y después pedir disculpas. Tu tío mismo pudo haber hecho algo para frenarla con el poder que tiene ahora. No vayas a inclinar la cabeza frente a esa familia, recuerda, eres una Alessandretti, y ya has comprobado que todos se arrodillan, ante ti.
—Ella tiene problemas con sus padres y…
—¿Y tú no los tenias? ¿Tu padre no te desterró? ¿No fue tu madre quien no sabía ni siquiera como era tu rostro? Cada uno libra sus batallas, pero si es suficientemente fuerte como para lanzar mierda es lo suficientemente fuerte como para soportar que sé la devuelvan. Acaba ya con esa chica, tenle un poco de piedad, hazlo por mí.
—Sabes que siempre asumo las consecuencias de mis actos
—Sí, y está bien. Y con esta —Miro a Sandra —Cariño, no vale la pena, se cansará de él cuándo ya no se le pare el pito
—¡Bianca por favor! —La reprendió su hermano
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Editado: 23.05.2023