<<El corazón y la mente pueden estar en un debate constante, porque cuando la mente quiere tener la razón, el corazón quiere sentir; pero solo nosotros ponemos el punto y final.>>
Esta angustia constante que estaba sintiendo en el pecho, cada lágrima frustrada y cada sonrisa forzada era difícil de llevar, más cuando tenía que fingir y yo a esto le llamaba una lluvia de remordimiento. No sabía porque la tenía, pero sabía exactamente porque me sentía así, sentía la culpa de estar mal, sentía que todos me atosigaban simplemente porque pensaban que era diferente y para ellos ser diferente estaba mal.
Mi amiga de mirada azulada seguía insistiendo en que debería como ignorar al mundo... Empecé a hacerlo pero lamentablemente la había incluido a ella; Me ahogaba aunque la quería y sabía que ella me hacía bien y me decía las cosas por bien pero necesitaba un respiro.
Alejar esa lluvia de remordimiento que no me dejaba tranquila, poder tener la mente en paz y el corazón igual.
Una pequeña tregua.